Michael Lowy

Michael Löwy nos explica cómo influye la ideología en el conocimiento científico, cómo nuestra perspectiva —o "consciencia de clase"—, el lugar y el momento donde estamos parados y nuestro interés, dan la pauta para las investigaciones que realicemos. De esta forma intenta mostrar porque únicamente el marxismo es capaz de aportar una solución radical y coherente al problema de la conciliación de la verdad, solución cuya primera condición de posibilidad es la ruptura epistemológica total con el positivismo.

EL POSITIVISMO:

La idea central de la corriente positivista consiste en que, en las ciencias sociales, asi como en las ciencias de la naturaleza, es necesario desprenderse de los prejuicios y las presuposiciones, separar los juicios de hecho de los juicios de valor, la ciencia de la ideología. El fin de un sociólogo o un historiador, por ejemplo, debe ser alcanzar la neutralidad serena, imparcial y objetiva, propia del físico, del químico y del biólogo.

El positivismo comtiano está fundado en dos premisas esenciales, estrechamente ligadas:

1. La sociedad puede ser epistemológica mente asimilada a la naturaleza...

2. La sociedad estará regida por las leyes naturales, es decir, por las leyes invariables, independientes de la voluntad y de la acción humana.

De estas premisas se desprenden que el método de las ciencias sociales puede y debe ser idéntico al de las ciencias de la naturaleza, que sus procedimientos de investigación deben ser los mismos y, sobre todo, que su observación debe ser igualmente "neutra", objetiva de los fenómenos.

Sin embargo, reducir el método al de las ciencias naturales y proponer que solo el científico aquel conocimiento neutro y objetivo, deviene en una concepción estática de la sociedad, en la cual se concibe a éstas sin alteraciones, en completo orden, inmutable, lo que implica una cierta posición respecto a la función que las ciencias sociales desempeñan en el conocimiento, tanto de la forma en que se aprende, como de la explicación de lo que se aprende.

Vista así la concepción positivista adquiere un fuerte sentido reaccionario que niega la posibilidad del cambio social y la acción humana, en oposición a la idea de cambio, que nace con la ilustración, la cual "afirmaba que la razón podía regir al mundo y que los hombres son capaces de modificar sus formas de vida obsoletas, si actúan como base en el conocimiento y sus capacidades ya liberadas“.

EL MARXISMO

Marx nunca oculto la perspectiva de clase que orienta su pensamiento. No solamente desenmascaro el carácter burgues de la obra de sus adversarios, sino que también proclamo el carácter proletario de su propio punto de vista. En consecuencia, el método de Marx no es neutro, positivo o naturalista; este método que el titula dialéctica racional, es “un escándalo y una abominación para la burguesía y sus portavoces doctrinarios porque, en la comprensión positiva de las cosas existentes, incluye al mismo tiempo la inteligencia de su negación, de su necesaria decadencia, es esencialmente critica y revolucionaria”.

Si se admite la tesis del marxismo revolucionario según la cual toda ciencia social es, conscientemente o no, directa o indirectamente, una ciencia comprometida, orientada, tendenciosa, partidaria, ligada a la concepción del mundo, al punto de vista de una clase social. Para el relativismo consecuente no existe verdad objetiva sino que hay muchas verdades (la del proletariado, la de la burguesía, la de los conservadores, la de los revolucionarios), cada una de ellas igualmente verdadera o falsa. De esta forma se termina por negar la posibilidad de un conocimiento objetivo.

Dada tal posición, es forzoso reconocer que ciertos puntos de vista son relativamente mas verdaderos que otros.

En cada periodo histórico, el punto de vista de la clase revolucionaria es superior al de las clases conservadoras, porque es el único capaz de reconocer y de proclamar el proceso de cambio social.

La ciencia del proletariado demuestra su superioridad por su capacidad de incorporar las verdades parciales producidas por las ciencias burguesas, superándolas dialécticamente, criticando y negando sus limitaciones de clase.

El punto de vista del proletariado no es una garantía suficiente del conocimiento de la verdad objetiva, pero es el que ofrece la mayor posibilidad de acceso a esa verdad. Y ello se debe a que la verdad es para el proletariado un medio de lucha, un arma indispensable para la revolución. Las clases dominantes, la burguesía, tienen necesidad de mentir para mantener su poder. El proletariado revolucionario necesita la verdad.

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