Normalistas Y La ética

El normalista y la ética: implicaciones personales y profesionales

En este ensayo se pretende presentar una reflexión desde la perspectiva de un normalista en relación a las implicaciones que tiene la ética en el aspecto personal como en el aspecto profesional. La construcción de las ideas que se presentan toma como referente el texto de Fernando Savater (1998). Cabe mencionar que será un escrito breve, por lo que se presentar las ideas de forma puntual, de tal manera que quede claro aquello que se desea transmitir como el mensaje principal de este escrito.

El primer planteamiento a mencionar es el hecho de que existen elementos que se aprenden a voluntad y otros que no. Un ejemplo palpable es el hecho de que no todas las personas aprenden física nuclear, sin embargo todas aprenden a preservar su salud relativamente, y todos los aprendizajes por pequeños que sean tienen repercusiones en nuestra vida.

Pasando este argumento a un ejemplo en el campo de la educación, específicamente en lo referido a la docencia se puede llegar a la idea de cómo un normalista puede aprender lo más que pueda referente a los contenidos que se proponen en las escuelas Normales, sin embargo esta bajo su voluntad el grado de significatividad que genere este contenido abordado.

Existen criterios respecto a lo que se debe de hacer, o lo que es bueno y lo que es malo, sin embargo la realidad que se vive es relativa y no siempre se hace lo que se debe de hacer. Los normalistas debemos cumplir un perfil de egreso en el cual se es un profesor capaz de trabajar con todos los contenidos de Educación Básica a nivel Primarían, con la posibilidad de usar estrategias de acción eficaces, es decir con un nivel aceptable de profesionalidad, sin embargo también se debe de cumplir con una parte con sentido personal, pues se debe tener capacidad de respuesta al entorno y una identidad profesional definida, pero a pesar de todo esto no siempre se cumple con esto, pues egresar de una Licenciatura en Educación Primaria, no es garantía de que un profesor cumple en su totalidad con todos los rasgos enmarcados en el perfil de egreso.

Después de esto, se llega al planteamiento central de que todos tienen libertad de acción respecto a su vida, aunque dicha libertad sea relativa y no se haga en su totalidad la voluntad de cada persona, esto teniendo como base de acción el hecho de que existen otras personas con voluntad.

De la idea anterior se llega a la consideración de que los docentes en formación o bien los que ya están frente a grupo, deben de ejercer su libertad de acción de forma prudente y con una identidad profesional coherente con sus aspectos personales, es decir la libertad que el profesor posee debe de usarse para el bien de su profesión de tal manera que se trabaje acorde a los lineamientos que exponga la Secretaría de Educación Pública.

Cada persona decide que hacer, y aunque puede evitar muchas acciones, existen principios vitales que se deben de preservar, por ejemplo la vida misma. En el campo de la educación cada maestro puede considerar sus propios métodos de trabajo con los alumnos, pero nunca deberá salir de los planteamientos del Plan de Estudios, pues es el documento rector de toda la práctica docente.

Cada docente es libre de trabajar con su grupo de la forma que considere mejor, sin embargo existen ciertos hechos que no se deben descuidar nunca, por ejemplo el trabajo por proyecto, y desde la libertad del docente se trabaja de forma tradicional, si buscar aprendizajes permanentes ni significativos, no se procuran los procesos de evaluación de carácter formativo, se evita la participación del alumnado en las construcción de los planes de clase, es decir no se atiende a los intereses del niño ni a su ritmo de aprendizaje, sin embargo trabajar sin acatar todas la sindicaciones del Programa de Estudio tendrá sus implicaciones.

El docente

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