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¿POR QUÉ Y PARA QUÉ FILOSOFAR?

195414 de Enero de 2013

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¿POR QUÉ Y PARA QUÉ FILOSOFAR?

Pablo Abencio De La Cruz Mayhuay

RESUMEN

El por qué nos lleva a los orígenes actuales, no se refiere tanto al pasado que ya no existe porque vive en ti y en mí. El para qué, nos impulsa construir nuestro destino ahora y aquí, no es tanto al futuro que todavía no es, pero se va haciendo en cada uno de nosotros.

La meditación filosófica se hace con la finalidad de despertar las conciencias e invitar a las personas para darse cuenta del por qué y para qué somos personas humanas. Recogemos las respuestas sugestivas de Platón, Aristóteles, Renato Descartes, Carlos Jaspers; Sócrates, Aurelio Agustín, Xavier Zubiri, Gabriel Marcel, Karl Raimondo Popper, añadimos los problemas humanos y los escollos ambientales.

Palabras claves: asombro, admiración, duda, felicidad, filosofía, situación límite, verdad.

IN BREVE

Il perché ci porta alle origini corrente, non è tanto il passato che non esiste più perché vive in te e in me. Per che cosa, ci spinge a costruire il nostro destino ora e qui, non tanto il futuro non è ancora, ma è sempre in ciascuno di noi.

Meditazione filosofica è fatto allo scopo di risvegliare le coscienze e invitare le persone a essere caratteristiche del perché e per quello che siamo esseri umani. Raccogliamo le risposte suggestive di Plato, Aristotle, René Descartes, Carlos Jaspers; Socrate, Aurelio Agostino, Gabriel Marcel, Xavier Zubiri, Karl Popper Raimondo, aggiungere problemi umani e le insidie ambientali.

Parole chiave: stupore, ammirazione, dubbio, gioia, filosofia, situazione estrema, davvero.

INTRODUCCIÓN

La existencia cotidiana y trillada uniformiza a las conciencias; vivir sin examinarse a sí mismo es el principio de toda arbitrariedad y de todas las tiranías. Interrogarse a sí mismo es superar la existencia anónima, es el inicio de la averiguación y de la evaluación de uno mismo como de los equipajes recibidos.

Si es así, en la primera parte de la reflexión filosófica buscamos responder a la pregunta ¿por qué filosofar? Recogemos los postulados de Platón, Aristóteles, Renato Descartes, Carlos Jaspers, añadimos los problemas humanos e ambientales. En la segunda parte, está dedicado al ¿para qué filosofar? En base a las tesis de Sócrates, Platón, Aristóteles, Aurelio Agustín, Xavier Zubiri, Gabriel Marcel, Karl Raimundo Popper y la felicidad, anhelo natural y exigencia sacrificada de ser feliz, ahora y aquí. A través de la conclusión invitamos iniciar la tarea del pensar por sí mismo.

I.- ¿POR QUÉ FILOSOFAR?

1.1.- Platón, filósofo ateniense, discípulo de Sócrates y maestro de Aristóteles; se filosofa por la capacidad de asombrarse:

Nuestros ojos nos hacen ser partícipes del espectáculo de las estrellas, del sol y de la bóveda celeste. Este espectáculo nos ‘ha dado el impulso de investigar el universo. De aquí brotó para nosotros los filósofos, el mayor de los bienes deparados por los dioses a la raza de los mortales

Los niños poseen la facultad maravillosa de asombrarse ante las realidades desconocidas, con la sonrisa y la mirada tierna, preguntan con solemnidad: ¿Qué es esto? ¿Por qué es? ¿Para qué es? Exige la respuesta auténtica y veraz para seguir interrogando. Hay que recuperar el talento de la niñez para seguir asombrándose ante las realidades desconocidas y continuar filosofando. Aquel que no se hace como los niños, deja de filosofar, es decir, pierde la condición de homo sapiens.

1.2.- Aristóteles. Filósofo de Estagira, pupilo de Platón, maestro eximio de Alejandro Magno, precisa las razones del filosofar:

Fue la admiración lo que inicialmente empujó a los hombres a filosofar. De entre aquellas cosas que admiraban y de las que no sabían darse la razón, se aplicaron primero a las que estaban más a su alcance. Luego, avanzando poco a poco, aplicaron su espíritu inquisitivo a fenómenos de mayor monta, como, por ejemplo, las fases de la Luna, el curso del Sol y de las estrellas, y, por último, la formación del Universo. Buscar una explicación de las cosas, admirarse de ellas es reconocer que se las ignora; por esta razón el filósofo es, hasta cierto punto, un hombre aficionado a los mitos, porque el mito se construye sobre asuntos maravillosos

Quien es incapaz de admirarse, tampoco se pregunta ni interroga a los demás. La conquista de los primeros principios y causas últimas, es lo que hace diferente y digno de respeto al filósofo:

No es decoroso que al filósofo se le impongan criterios, antes debe ser él quien gobierne el criterio de los demás, ni debe estar él sujeto a la voluntad de otro, sino que debe obedecerle a él el que es menos filósofo

La belleza es una invitación a la admiración gozosa. Por cierto, el filósofo se maravilla por la belleza inmortal, por aquella que no se marchita ni se envejece, sino que está floreciendo e irradiando brillantez en el Universo, el hombre y la divinidad.

¿Qué es la luz eterna? Es la verdad del ente. ¿Quién capta la verdad del ente? El que está purificado, el limpio de los prejuicios y de lo rutinario, el que abandona el mundo de las habladurías. ¿Eres capaz de dejar todo lo que te ata al siglo de la moda y del night club?

1.3.- Renato Descartes, filósofo francés, padre del racionalismo.

Las enseñanzas y aprendizajes, como en los tiempos de Cartesius, están llenos de máscaras mentales. ¿Qué son las teorías? Fabricaciones de los hombres y portadores de la falibilidad, el camino está lleno de escollos y el hombre debe problematizarse, es decir, dudar.

Deseando Yo en esta ocasión ocuparme tan sólo de indagar la verdad, pensé que debió hacer lo contrario y rechazar como absolutamente falso todo aquello en que pudiera imaginar la menor duda, con el fin de ver si, después de hecho esto, no quedaría en mi creencia algo que fuera enteramente indudable.

1.- Así, pues los sentidos nos engañan, a las veces, quise suponer que no hay cosa alguna que sea tal y como ellos nos la presentan en la imaginación.

2.- Y puesto que hay hombres que yerran al razonar, aun acerca de los más simples asuntos de geometría, y cometen paralogismo, juzgué que yo estaba expuesto al error como otro cualquiera, y rechacé como falsas todas las razones que anteriormente había tenido por demostrativa.

3.- Y, en fin, considerando que todos los pensamientos que nos vienen estando despiertos pueden también ocurrírsenos durante el sueño, sin que ninguno entonces sea verdadero, resolví fingir que todas las cosas, que hasta entonces había entrado en mi espíritu, no eran más verdaderas que las ilusiones de mis sueños.

4.- Pero advertí luego que, queriendo yo pensar, que lo pensaba, fuese alguna cosa; y observando que esta verdad: YO PIENSO, luego SOY, era tan firme y segura que las más extravagantes suposiciones de los escépticos no son capaces de conmoverla, juzgué que podía recibirla sin escrúpulo, como el primer principio de la filosofía que andaba buscando

Los sentidos en muchas oportunidades nos inducen al error, como ejemplo, están los espejismos, no hay que confiar ciegamente en los sentidos, sino examinarlo. Los mejores talentos se equivocan y los científicos son falibles por ser hombres. La duda nos lleva a poner en tela de juicio los aprendizajes, pero no para quedarse en la perplejidad, sino para investigar y llegar a la verdad apodíctica. Aquellos que dudan filosofan, investigan.

1.4.- Carlos Jaspers, filósofo germano y existencialista.

En los tiempos difíciles las personas humanas filosofan sin saberlo, se interrogan y buscan caminos de solución, unos con esperanza y otros en desesperación. Carlos Jaspers, por la vivencia y la observación de la tragedia de los enfermos en los hospitales y de la barbarie de los nazis, infiere que las personas filosofan con hondura en Situación límite:

Quiere decirse que son situaciones de las que no podemos salir y que no podemos alterar. La conciencia de estas situaciones límites es después del asombro y de la duda el origen, más profundo aún, de la filosofía. En la vida corriente huimos frecuentemente ante ellas cerrando los ojos y haciendo como si no existiera. Olvidamos que tenemos que morir, olvidamos nuestro ser culpables y nuestro estar entregados al acaso. Entonces sólo tenemos que habérnoslas con las situaciones concretas, que manejamos a nuestro gusto y a las que reaccionamos actuando según planes en el mundo, impulsados por nuestros intereses vitales. A las situaciones límites reaccionamos, en cambio, ya velándolas, ya, cuando nos damos cuenta realmente de ellas, con la desesperación y con la reconstitución: llegamos a ser nosotros mismos en una transformación de la conciencia de nuestro ser.

Pongámonos en claro nuestra humana situación de otro modo, como la desconfianza que merece todo ser mundanal.

Nuestra ingenuidad toma el mundo por el ser pura y simplemente. Mientras somos felices, estamos jubilosos de nuestra fuerza, tenemos una confianza irreflexiva, no sabemos de otras cosas que las de nuestra inmediata circunstancia. En el dolor, en la flaqueza, en la impotencia nos desesperamos. Y una vez que hemos salido del trance y seguimos viviendo, nos dejamos deslizar de nuevo, olvidando de nosotros mismos, por la pendiente de la vida feliz.

Pero el hombre se vuelva prudente

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