PRESOCRÁTICOS

1.- LA VIDA DE SOCRATES.

Nace En Atenas en el año 470 a.c. Proveniente de una familia artesana, tuvo como padres al escultor Sofronisco y a la partera Fenarete. Desde muy joven fue partidario de la aristocracia ateniense.

Sócrates no realizó ningún escrito, debido a que para él la filosofía es un proceso, un devenir constante que nos permite entender los conocimientos universales, por ende, no puede expresarse en escritos pues éstos son “estáticos”. Debido a esto el conocimiento de su vida y sus ideas provienen de los testimonios y comentarios de sus discípulos especialmente Platón y Jenofonte, éstos en especial Platón utilizan la figura del maestro para trasmitir sus propias ideas, por eso se toma en cuenta narraciones posteriores, tales como los comentarios que realiza Aristóteles.

Dedicado a la enseñanza de la juventud esclavista sigue las exigencias de la época (la retórica) orientando su pedagogía a favor de la aristocracia; obtiene el reconocimiento de la aristocracia y el rechazo de los sectores democráticos. De ahí que sus detractores lo acusan de embaucador y de corromper a los jóvenes.

Las divergencias con los sectores democráticos tuvo como consecuencia el enfrentamiento con los sofistas a quienes Sócrates trató como maestros errantes y traficantes del saber, fue acusado por éstos de querer desestabilizar al Estado ateniense.

De esa manera, el comerciante Anito, el poeta Melito y el orador Licón lo acusan de corromper a la juventud y de no aceptar los dioses oficiales, sostenían que Sócrates promovía nuevos dioses. Es condenado a muerte bebe la cicuta en el año 399 a.c.

2.- CONCEPCIÓN SOCRATICA DEL HOMBRE

Su filosofía se enmarca en como formar virtuosamente al ser humano. El término griego equivalente a virtud es areté, cualidad que permite que un ser sea de la mejor manera posible. Nos plantea ¿Cúal es la naturaleza del hombre, su esencia? Y nos responde que es el alma que es lo que permite distinguirse de cualquier otro y por alma entiende a la razón como centro de la actividad pensante y ética; el alma es el yo pensante, el yo consiente, la personalidad intelectual y moral. Taylor atribuye a Sócrates la condición de iniciador de la tradición ético-moral de la que se nutre Europa hasta nuestros días y Nietzsche le atribuye la primacía de la racionalidad frente a la voluntad de poder.

Si el alma es la esencia del hombre, cuidar de si mismo no es cuidar del cuerpo sino de su propia alma y la tarea del educador será enseñar a los hombres a cuidar su alma, tarea encomendada por la divinidad.

Argumenta Sócrates, que se debe distinguir entre el instrumento y el sujeto que lo manipula y utiliza. El hombre se sirve de su cuerpo como de un instrumento; esto significa que no se puede identificar al hombre con su cuerpo/instrumento. El alma, la psyqué, es el sujeto que se sirve del cuerpo. El hombre es su alma. Por eso no da una sentencia tomada del Oráculo de Delfos “Conócete a ti mismo”

3.- CONCEPTO DE LIBERTAD EN SOCRATES

Sócrates identifica libertad con señorío, con el dominio racional de la animalidad y de la circunstancia. Sostenía que el hombre libre verdaderamente es aquel que sabe dominarse y dominar sus instintos. Manifiesta que el hombre que es influenciado por los placeres y el lujo, es un hombre esclavo. Por que, no sabe dominarse y dominar sus instintos. Lo pone como referencia a Dios, sobre quien sostiene que no tiene necesidad de nada. Y quien se aproxima a Dios son los sabios, quienes tratan de reducir al mínimo sus necesidades.

La libertad significa libertad interior, que se traduce en la eliminación de todo lo superfluo y de los placeres que suceden en el entorno. El nuevo héroe socrático, es aquel que es capaz de triunfar sobre todos sus enemigos interiores, sobre sí mismo. Aquel que haya logrado dominar todos sus pensamientos negativos que afectan su conciencia, será verdaderamente libre.

La trascendencia del concepto de libertad dado por Sócrates, fue transformándose conforme la sociedad fue evolucionando. En los primeros tiempos del cristianismo se agudizó es tendencia de entender la libertad como conciencia interior y emergió la idea de la voluntad del ser humano como causa única de sus propias acciones. Durante la Edad Media acabó confundiéndose la defunción de libertad con la de libre albedrío, asentada ahora en la voluntad guiada por la razón, iluminada por Dios. Esa libre voluntad estaría delimitada por el carácter eminentemente moral. La libertad dejó de ser parte de la conciencia para convertirse en parte de la existencia del ser humano.

4.- LA NUEVA FELICIDAD DEL HOMBRE

“La felicidad no reside en los bienes externos, el alma es la morada e nuestro destino”, enseñaba, Demócrito. Así como Heráclito señalaba que: “la verdadera felicidad es muy distinta de los placeres”. Sobre estas premisas Sócrates concluye en el siguiente enunciado: “quien es virtuoso, ya sea hombre y mujer, es feliz, el injusto y malvado son infelices. Sócrates sostenía que el alma es feliz cuándo está internamente ordenada, o sea, cuando es virtuosa. En consecuencia los hombres malvados son desgraciados.

La felicidad es una virtud, que solamente va con los hombres que tienen su conciencia libre y ordenada. La felicidad no es material es espiritual. Esta en la conciencia del hombre. Para lograr la felicidad el hombre tiene que ser virtuoso. Porque la virtud logra su propio premio que es la felicidad. Ningún hombre virtuoso puede padecer algún mal ni en la vida ni en la muerte, porque su alma es feliz.

Actualmente la felicidad ha sido transformada en satisfacciones materiales y al logro de metas. Los hombres felices hoy por hoy son aquellos que mayores necesidades materiales satisfacen y los infelices son los hombres que son pobres económicamente. Los placeres y los bienes externos actualmente son sinónimos de felicidad. El concepto actual se aleja infinitamente del concepto de Sócrates y de los presocráticos.

5.- LA MUERTE DE SOCRATES Y LA NO VIOLENCIA.

Sócrates adoptó el lema del oráculo de Delfos: “Conócete a ti mismo” equiparó lo justo con la ley y enseño a respetarlas, no solo las escritas sino incluso las no escritas, que valen para todos igualmente.

Sócrates decía: “El buen ciudadano debe acatar aún las leyes malas para no estimular al mal ciudadano a violar las buenas”. Incluso Sócrates puso en práctica este principio al ser acusado injustamente por Melitos de haber honrado a Dioses extraños a las que acostumbraban

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