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Pensar La Compasión Y Pensar Desde La Compasión


Enviado por   •  13 de Julio de 2015  •  2.893 Palabras (12 Páginas)  •  146 Visitas

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Pensar la compasión y pensar desde la compasión .

Santiago Alarcón Serna.

• Introducción:

La palabra compasión proviene del latín cumpassio, un calco semántico o traducción del vocablo griego συμπάθεια (sympathia), una palabra que está compuesta de συν + πάσχω lo que da como resultado la palabra συμπάσχω, literalmente “sufrir juntos”, “tratar con emociones”, por su parte el diccionario de la real academia de la lengua española define el término como un sentimiento de conmiseración y lástima que se tiene hacia quienes sufren penalidades o desgracias, y esta, pese a ser la acepción más conocida e inclusive la más aceptada, también es un intento de reducir aquello que ha significado el termino compasión a lo largo de la historia, dejando a un lado las perspectivas que se han producido al abordar el termino desde la religión (en sus más variados enfoques) y la filosofía.

Sin embargo, solo será de nuestra competencia en estos momentos pensar la compasión a través de la óptica del budismo con el fin de no solo tratar de entender el concepto y pensarlo sino también, quizás lograr pensar a través de él, además de tratar de lograr algunos acercamientos conceptuales con el fin de re pensarlos y acercarnos un poco más a un término que ha resultado ser tan escurridizo.

Generalmente se suele tomar la compasión como un sentimiento que resulta ser ambiguo, esto debido a la noción de “padecer-con” que conlleva, la cual nos dirige al pensamiento mediante el cual todo padecimiento es indeseable, y entonces posicionados desde allí, ¿por qué habría de apreciarse un sentimiento como la compasión que haría extender el padecimiento por el mundo ?, unido a esto va el hecho de que no hay una unidad conceptual en cuanto a la palabra ya que puede llegar a tomarse como un tipo de humillación o como un reconocimiento de una debilidad propia que se ha intentado ocultar, sin embargo la ambigüedad de este término no termina aquí, porque además se suele calificar a aquellas personas que no mantienen una actitud compasiva como impasibles, indiferentes, insensibles e incluso se les puede llegar a juzgar como crueles.

• Compasión y otros términos:

Con el tiempo la palabra compasión ha sido asimilada de la misma o de una manera similar con otros términos, por ejemplo la palabra conmiseración que en la actualidad resulta estar en desuso, se suele entender como un sentimiento que denota pena o lastima hacia una persona que sufre algún tipo de desgracia, de la misma manera en el campo de la filosofía occidental muchos tratadistas han utilizado el termino apiadarse de una manera intercambiable con el de compadecerse, más específicamente dentro del pensamiento moralista británico de Adam Smith , Francis Hutcheson, Thomas Reíd y Hume el concepto de la simpatía fue de gran ayuda en su labor de fundamentar la moral en aquello que decidieron denominar sentimientos naturales, esta relación en especial fue dada a conocer por los ensayos de Earl Shaftesbury , especialmente en su “Ensayo sobre la virtud” de 1711.

• Una aproximación al pensamiento occidental:

En un asunto tan humano como la compasión y con el fin de lograr un acercamiento lo más asertivo posible al desarrollo que se le ha dado a este en la filosofía occidental tratare, de si bien no abarcar a cabalidad el pensamiento de algunos filósofos tales como Schopenhauer, Kant, Aristóteles, Descartes, Spinoza, Nietzsche o Rousseau porque resultaría materialmente imposible en lo que nos permite hacer un ensayo, si intentare tocar algunos puntos fundamentales que permitirán entender en un primer momento el desarrollo de la compasión en occidente, y mediante esto se podrá entender quizás un poco mejor la concepción que el Budismo tiene de este, y las diferencias entre el pensamiento occidental y oriental.

La traducción traída por Antonio Tovar de la definición dada por Aristóteles cuando este hace un esfuerzo por definir la piedad (éleos) sobre la compasión nos dice que:

“Sea la compasión cierta pena por un mal que aparece grave y penoso en quien no lo merece, el cual se podría esperar padecerlo uno mismo o alguno de los allegados, y esto cuando aparezca cercano; porque es claro que es necesario que el que va a sentir compasión este en situación tal que pueda creer que va a sufrir algún mal o bien él mismo o bien alguno de los allegados, y un mal tal como se ha indicado en la definición, o semejante o casi igual”

Para Aristóteles entonces la compasión es una forma de abordar objetivamente un dolor subjetivo que padece otra persona, hasta cuando esta, es decir quien lo padece intenta ocultarlo, pero solo se puede llegar a sentir compasión ante circunstancias graves, no ante aquellas que resultan ser nimiedades, este pensamiento es retomado posteriormente por Nietzsche cuando plantea la vulnerabilidad enfermiza del hombre moderno, denominada por él como una neurosis del bienestar que se encauza en una hipersensibilidad mórbida por medio de la cual cualquier tipo de contratiempo se convierte en una situación insoportable y es justamente desde allí que se puede llegar a menospreciar incluso la vida, el entendimiento entonces que Aristóteles tiene de grave es bastante especifico, y lo deja claramente fijado al señalar que aquellos males dolorosos y graves son entonces las muertes y ultrajes corporales, los malos tratos y la vejez, las enfermedades y la falta de alimento. Los males causados por la fortuna son la carencia y escasez de amigos, la fealdad, la debilidad, la mutilación, o bien no ocurrirle a uno nada bueno, o si le ocurre no disfrutarlo , es además importante señalar que tanto para Aristóteles como para algunos filósofos más el sufrimiento que da origen a la compasión es además inmerecido , este comportamiento para Aristóteles es propio de las almas nobles, esto nos remite a la admiración que por parte del espectador se despertaba ante la forma en la que los héroes de las tragedias afrontaban las adversidades y los diversos sufrimientos desmedidos que se consideraban al mismo tiempo inmerecidos, es sin embargo importante aunque sea solo plantearnos si se podría llegar a sentir compasión por quien hace “el mal” como el torturador, tal como la sintió Jesús frente a sus verdugos o como la sentía Buda por los malvados, ya que desde ambas posturas no importa cuál sea la causa del sufrimiento, hay que rechazar el dolor, se trata entonces aquí de no ser indiferente al dolor, porque como se había planteado al principio, una persona indolente es considerada en ocasiones como cruel, y es que además en última instancia cabe destacar que para Aristóteles la compasión se siente solamente por nuestros allegados y/o próximos.

Si bien para Aristóteles el actuar bajo la guía de la

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