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Podía escuchar que se acercaba por lo que decidí correr aún más rápido


Enviado por   •  24 de Octubre de 2015  •  Tareas  •  1.375 Palabras (6 Páginas)  •  128 Visitas

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Podía escuchar que se acercaba por lo que decidí correr aún más rápido.

Mis piernas, sin embargo, ya se sentían gelatinosas de tanto que las había forzado. Tenía el estómago vacío, mi cuerpo no tenía de dónde sacar la energía. No importaba, debía seguir corriendo.

La situación era tan cliché como cualquier película de horror: era de noche, las calles estaban oscuras, no había nadie cerca...

¿Cómo terminé en esta situación?

Estaba en casa de mi prima Evelyn y todo estaba bien, todo era tan normal... era su fiesta de cumpleaños y no sé por qué, de la nada, el centro de atención éramos yo y mi futuro con Beatriz. Ella y yo ya llevábamos casi cinco años como pareja y pronto nos casaríamos. O así suponían todos, por lo menos. Era un gran paso y yo sinceramente no me sentía preparado para ello, pero no podía dejar que los otros lo supieran.

-¿Tienen fecha para la boda?- Preguntó Evelyn con interés.

De pronto todos nos miraban a mí y a Bet.

-¿La tenemos, Jack?- Preguntó mi novia riendo.

Sus miradas eran expectantes. Bet esperaba mi respuesta, Evelyn esperaba mi respuesta, las personas que estaban mirándome esperaban mi respuesta....

Era demasiado.

-Disculpen, debo usar el baño- fue la mejor respuesta que se me ocurrió en ese momento; la mejor excusa que pude usar para salir de ahí...

Me habían despedido de mi trabajo dos días antes. Bet no lo sabía. Pero sinceramente estaba alegre por ello. Odiaba a los abogados de ese bufete con toda mi alma. Pero era buen dinero, por lo que encontrar otro empleo igual iba a costarme mucho esfuerzo. Encima de eso, ahora debía pensar en matrimonio ¡Qué noche!

De pronto me faltaba el aire y en vez de dirigirme hacia el baño, me escurrí hacia la puerta de la entrada. Salí de la casa para poder respirar aire fresco y aclarar mi mente. La noche era tranquila, sólo podía escuchar a los grillos cantar...

Estaba por entrar de nuevo y despedirme de esa calma, cuando vi una sombra acercarse por entre los arbustos junto a la casa. La figura no podía distinguirse muy bien pero, a juzgar por el cuerpo, era un hombre alto. Aunque eso era todo lo que podía distinguir. Algo en él se veía hostil y la manera en la que se acercaba a mí me decía que sus intenciones no eran buenas. No estoy seguro de por qué, quizá mi cerebro no estaba procesando bien las cosas, quizá temía que el misterioso hombre les hiciera daño a los que estaban en la fiesta, pero en vez de regresar dentro de la casa y llamar a la policía, decidí huir.

Corrí en dirección opuesta al hombre. Corrí con un miedo atroz.

¿Qué quería hacerme? ¿Quería dinero? ¿Sería un asesino?

Podía escuchar sus pasos rápidos tras de mí. Dios mío, me estaba persiguiendo...

No debía analizar la situación demasiado, no debía distraerme ya que el hombre me seguía el paso muy de cerca. Si me distraía podría alcanzarme. Sabía bien hacia donde estaba corriendo: mi casa.

Mi corazón palpitaba como nunca lo había hecho. Quizá estaba trabajando el triple de lo que había trabajado en mis 28 años de vida. Agradecía internamente las clases de atletismo que tomé en la preparatoria, ya que estaba seguro de que ese hombre ya me habría atrapado de no haber estado en buena forma.

El hombre era un verdadero psicópata, no parecía cansarse, no parecía desistir, sólo me perseguía con vehemencia. ¿Qué quería? ¿Qué quería? ¿Qué quería?

-¡Auxilio!

El poco aire que había en mis pulmones me permitió ese desesperado alarido.

-¡Ayúdenme, por favor!

Nadie parecía escucharme.

Mis piernas ya no podían dar más de sí. Estaba llegando a mi límite y el hombre sólo se encontraba más cerca de mí. Podía ver mi casa a lo lejos. Una sonrisa se formó en mi rostro, sentía que el llegar a ella era la solución a mi problema. Cual si el hecho de entrar ahí fuera a detenerlo. Le rezaba a Dios de todas las maneras que conocía y le prometía cosas que quizá no tendría deseos de prometer más que en una situación como ésta: una situación de vida o muerte.

-¡Se los suplico! ¡Ayuda!

Aún nadie me escuchaba.

Cada vez estaba más cerca de la casa pero estaba perdiendo

...

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