Quien se llevo mi quedo?

¿Quién se llevo mi queso?

Esta narración nos hace reflexionar acerca de lo que queremos alcanzar en la vida, de aquellas cosas de las cuales estamos seguros que al lograr tenerlas seremos felices. Cada persona tiene su propia idea de lo que el “queso” significa, ya sea algún puesto en una empresa, alguna situación personal, libertad, un reconocimiento, etc. y al conseguirlo muchas veces nos quedamos en una zona de confort, por lo que al perderlo o ser arrebatado siempre pasamos por una experiencia traumática.

Esa experiencia traumática es un cambio en la vida, y los cambios suceden muchas veces y debemos de estar preparados para enfrentarlos, esta en nosotros decidir que personaje queremos jugar en nuestra historia, si queremos ser los ratones quienes están conscientes de que un cambio esta por suceder y están preparados para ello, o podemos ser como los liliputienses que se aferran a ignorar el cambio, y tardan mucho tiempo en darse cuenta de que si no cambian no van a sobrevivir.

Es una situación difícil salir de nuestra zona de confort, pero creer que estando ahí vamos a triunfar en la vida es aún peor. Actualmente vivimos en un mundo en el que se necesita gente flexiva, que tenga forma de adaptarse a los cambios que a menudo se presentan y no aferrarse a la forma en la que antes se hacían las cosas, y aunque muchas veces la gente se tarda en acoplarse a ese cambio, es por bien decir “Mas vale tarde que nunca”.

La transición de cambio es un proceso en el cual es común sentir miedo, miedo a lo desconocido, miedo a salir de una zona donde nos sentíamos confiados y seguros, pero una vez que nos adentramos a esa transición nos damos cuenta que no tenemos nada que perder, al contrario, muchas cosas que ganar, por lo que antes conocíamos y nos llenaba de alegría ya no existe, y debemos buscar una nueva fuente de alegría, y para quitarnos esos temores debemos tomar el control de la situación y estar conscientes de que cuanto más rápido nos olvidemos de donde estábamos y de esa situación tan reconfortante, es cuanto más rápido encontraremos esa fuente que tanto buscamos. Como bien dice la narración: El cambio sólo le sorprende a uno si no lo espera ni cuenta con él.

Una vez que encontramos la forma de acoplarnos al nuevo cambio, nos daremos cuenta de que aquellas cosas que hacíamos mal era por decisión, y es aquí cuando nos reímos de nosotros mismos, de esa aberración tan ridícula que se tenía. En esta etapa es cuando uno se desprende rápidamente del pasado y esta dispuesto a continuar el camino hacía algo mejor.  

El cambio se encuentra en nosotros mismos, y mientras nosotros no cambiemos nuestra manera de actuar o pensar nada va a mejorar alrededor. Siempre hay más oportunidades allá afuera, tanto si uno sabe reconocerlo a tiempo como si no.  Y uno se ve recompensado con el nuevo cambio en cuanto se dejan atrás los temores y se disfruta de la aventura. Nadie más lo hará por nosotros, nadie nos va a lograr convencer de que tenemos que seguir adelante si nosotros no lo hacemos, cada quien tiene que comprender la ventaja de cambiar por sí solo.

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