RELACIÓN ENTRE EL HOMBRE Y LA VIDA
natamunar9 de Febrero de 2014
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Desde hace muchos siglos ha sido un tema de estudio el origen de la vida, y la importancia que tiene el hombre como un ser-vivo, para empezar a desarrollar mas a fondo esta cuestión nos basaremos en primera instancia del capítulo ‘La Vida’ del libro filosofía del hombre cuyo autor es Roger Verneaux.
La vida como término puede hacer referencia a la diferencia existente entre los reinos de la naturaleza, sin embargo según Verneaux es pertinente aclarar que éste termino, necesariamente no designa un ser o una persona sino que al contrario es mejor describir al ser vivo junto a sus actos vitales, que como un difícil sustantivo.
Algo mas que añadir, es que existen diferentes puntos de vista desde los cuales esto puede ser analizado, por ejemplo desde el punto de vista científico ‘’la vida es el conjunto de los fenómenos comunes a todos los seres vivientes’’ (Dastre) es decir que todo aquello a lo que se ha señalado como fenómeno forman en conjunto todos los seres vivientes, sin embargo esto no alcanza nuestro objetivo dado que no es del todo cierto hacer este señalamiento, eso sin contar que nos estaríamos desviando de nuestro interrogante principal ¿qué es el ser vivo?, por lo tanto recurrimos a otras definiciones similares, partiendo del mecanicismo todo esto es explicado también como un fenómeno, esta vez complejo en el cual ocurren una serie de reacciones químicas regidas por las leyes fisicoquímicas con la finalidad de ‘ser un viviente’ empero, aceptar esto conlleva admitir un principio superior a la materia, que en este caso es inmaterial, el alma.
Basándose en lo anterior ya mencionado, el alma según el principio cartesiano, es inadmisible, dicho en otras palabras, es un constituyente que cumple con la función de hacer que el ser vivo sea capaz de vivir. Aristotélicamente el alma es el principio que confiere al cuerpo su perfección de su ser vivo, aún así el cuerpo debe ser capaz de poseer una organización en sí. Sin antes definir, que la vida es en esencia por sus características propias del ser vivo; organización, nutrición, reproducción, conservación y evolución en cuanto a crecimiento y envejecimiento, y que la actividad esencial del ser vivo es actuar sobre sí mismo, se reafirma lo dicho por Aristóteles.
Volviendo a la cuestión del ser vivo, para la escuela de Montpellier, éste se encuentra constituido por un principio vital que ejerce en él fuerzas vitales de naturaleza inmaterial.
Además de esto, el hilemorfismo propone dos principios constitutivos, el primero es la materia que reúne los elementos que crean al cuerpo y el segundo es la forma que en este caso vendría siendo el alma, que hace que el cuerpo exista con tal naturaleza. Junto con esto llegan las teorías sobre la creación del ser vivo, la espontanea la cual es rechazada completamente por la metafísica ya que de ser aceptada, cambiaría totalmente el rumbo de este interrogante, la teoría de la preexistencia que solo se puede explicar filosóficamente pues en ésta no hay ser, sino dos movimientos contrarios de los cuales depende que haya vida o lo contrario que haya materia, sin embargo esta también es rechazada por ser designada como un arte poético, finalmente está la teoría de la creación, la cual nos hace entender que la vida fue creada por Dios y que es Él quien dirige la evolución de las especies, excluyendo claramente al hombre ya que éste tiene un alma espiritual, por medio de la cual puede tener una comunicación directa con Dios.
En relación con la otra lectura ‘El puesto del hombre en el cosmos’ de Max Scheler, nos expone una comparación entre la planta y el hombre, por un lado la planta carece de sensaciones y su existencia se reduce a nutrirse, crecer, reproducirse y morir, por otro lado, como nos decía Verneaux el hombre, un ser vivo, es aquel que se organiza, evoluciona, reproduce, nutre y conserva. No obstante,
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