Razón E Instintos

Introducción

El tema a exponer es cómo justifica el ser humano sus acciones y pensamientos. A partir de esto se origina la siguiente interrogante: Considerando al ser humano como ente racional, ¿es el instinto el que influye sobre la razón, o es la razón la que predomina sobre el instinto?

Durante años se ha definido al ser humano como el único ente capaz de razonar, quedando el instinto completamente de lado. En fin, la relevancia del tema es saber, si el ser humano es una criatura plenamente racional o si el instinto influye directa o indirectamente en nuestra forma de ser. Para analizar el problema planteado previamente, se hará uso de dos formas de conocimiento, la razón y la emoción. Dichas formas de conocimiento serán analizadas a partir de dos áreas del conocimiento, filosofía como área humanista y biología como área científica.

Razón como Virtud Propia del Ser Humano

Desde un punto de vista humanista, la razón se destaca en todo sentido del ser humano como su virtud propia, ya que si bien los seres humanos formamos parte del reino animal, poseemos características que nos hacen distintos a las demás especies. Desde la perspectiva de la filosofía, la razón es la habilidad por la que el hombre no sólo logra reconocer conceptos, sino también cuestionarlos, consiguiendo de esta manera establecer su coherencia o contradicción y permitiéndole inducir o deducir otros diferentes a los que ya conoce. Además, la razón es lo que nos permite reflexionar de manera consciente para satisfacer algún objetivo o finalidad debido a que es una guía autónoma del hombre en todos los campos en los que es posible una indagación o investigación. En este sentido, dice que la razón es un rasgo propio del hombre y que lo distingue de los demás animales.

Existe evidencia científica clara e irrefutable de que los seres humanos somos parte del reino animal, tanto a nivel físico como psicológico (en cuanto al comportamiento), ya que compartimos muchas características con el resto del mundo animal. Si nos fijamos en algunas de nuestras actividades, nuestros comportamientos e intereses se encontrarán similitudes. Hay cuatro puntos específicos, cuatro necesidades básicas que tienen todos los animales: comer, dormir, reproducirse y defenderse. Hay una quinta facultad que nos diferencia de manera considerable: la inteligencia suficiente para cuestionarnos sobre nuestra existencia. Aquel quinto punto es el que nos hace distintos de los demás entes, la razón, la que nos permite cuestionar y reflexionar para sacar nuestras propias conclusiones.

Visto de un ángulo más científico, específicamente biológico, la razón es la forma principal con la que nos conectamos con el medio. La capacidad de razonar se encuentra primordialmente en el cerebro. La corteza frontal del cerebro, está asociada con funciones ejecutivas, tales como el autocontrol, la planificación, el razonamiento y el pensamiento abstracto. La razón nos permite de realizar una serie de tareas que nos diferencian de las demás especies animales. El doctor Marc Hauser, científico de la Universidad de Harvard, EEUU, ha recopilado estas diferencias en cuatro puntos. “Esas 4 grandes diferencias entre nuestro sistema cognitivo y el del resto de los animales son: Nuestra habilidad para combinar diferentes tipos conocimientos, datos e informaciones para luego crear, registrar y transmitir nuevos conocimientos. Aplicar los conocimientos a problemas, logrando soluciones en una y otra situación. Crear y entender representaciones simbólicas a través del uso de todos los sentidos. Establecer un pensamiento de acuerdo a la información recolectada por esos sentidos.”

La diferencia entre humanos y animales se encuentra principalmente en el cerebro, ya que en hombre tiene la capacidad de razonar, tiene el conocimiento de que actuar y cómo hacerlo, que decir, que no hacer, entre otras. Los animales en cambio no poseen la mayor capacidad de razonar, de ser conscientes de manera clara de las cosas que ellos actúan; ellos actúan de diferentes maneras, ya sea por instinto o imitación.

La razón nos ayuda a comprender lo que percibimos con los sentidos y estos nos permiten ilustrar y asimilar mejor lo que la razón nos dice, por ejemplo, cuando observamos la Luna, la vemos

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