Relación de la "Alegoría de la caverna" del Libro VII de la República de Platón con la educación
Maria CasertaMonografía3 de Mayo de 2020
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El filósofo griego Platón al principio del libro VII de “La República” desarrolla la “Alegoría de la caverna “en la cual, reflexiona sobre la transición del hombre desde la ignorancia hacia la razón a través de la educación.
En dicha alegoría se describe a un grupo de hombres que han vivido toda su vida encadenados dentro de una caverna, sin poder mirar hacia atrás. Detrás de ellos, a una cierta distancia y colocada por encima de sus cabezas, hay una hoguera que ilumina un poco la zona. Entre la hoguera y los encadenados, hay un muro. Los separa del mundo exterior un camino escarpado. A pesar de que nunca han visto el mundo exterior, pueden ver sombras proyectadas sobre la pared debido a que, del otro lado del muro, es decir, en el exterior, hay hombres que llevan con ellos objetos que sobresalen del mismo. La sombra de los mencionados objetos es proyectada sobre la pared que están contemplando los encadenados. Ellos ven la silueta de árboles, animales, montañas, personas etc.
La "Alegoría de la caverna" nos presenta dos mundos, el de las ideas y el mundo sensible.
La caverna representa al mundo sensible, el mundo de los sentidos. En este mundo, los hombres están confiados en su conocimiento. En la caverna, las sombras crean la realidad. Representan las cosas del mundo que son reales, pero no tan reales como las ideas. Las sombras muestran indicios que sólo puede ver la razón, son recuerdos que llevan a una idea.
El grupo de personas prisioneras, son los hombres comunes, ignorantes, cuyas almas son prisioneras de sus cuerpos y que sólo pueden acceder al mundo de las ideas mediante un camino difícil: la educación.
Las cadenas representan todo lo que ata el alma al cuerpo, es decir las pasiones y los apetitos, que deben ser dejados de lado para mejorar el ser racional.
Luego, Platón y su discípulo, nos hacen reflexionar sobre qué ocurriría si uno de los encadenados se desatara y saliera de la caverna, lo que se relaciona con la “ascensión” al mundo inteligible, inmutable e inmaterial. El prisionero se dirige hacia la luz. Esta luz representa la liberación, por lo tanto, los objetos que descubre afuera son reales. Es el mundo de las ideas.
Debido a que el mundo de la razón no coincide con el mundo de los sentidos, este hombre probablemente se sentiría incómodo al salir de la caverna porque todo le parecerá extraño.
Al principio no podrá ver las cosas claramente debido a la luz del sol que representa el conocimiento. Dicha luz es percibida por los ojos que simbolizan la razón. Pero poco a poco el hombre realizará un proceso que le permitirá tomar conciencia de la existencia de otra realidad, más plena y verdadera. Este camino a recorrer que es muy duro y lleno de obstáculos se logra mediante la razón y la educación. Una vez que el hombre transita este camino, se convierte en un ser inteligente y ya no quiere regresar a las sombras, a la ignorancia.
Después de haber realizado el arduo proceso de educarse, de confundirse al enfrentarse con el mundo superficial y sensible y de haber alcanzado el verdadero conocimiento, el hombre debe volver a la caverna para iluminar a quienes aún viven en la oscuridad, en la ignorancia y mostrarles el camino hacia la luz como si fuera un maestro o filósofo, es decir, demostrando que todo ser humano posee los medios y tiene fortaleza y razón para escapar de la ignorancia.
La capacidad de ir comprendiendo el mundo inteligible e ir dejando atrás las cosas del mundo sensible está en la naturaleza de cada ser.
Podemos concluir que para Platón la "Alegoría de la caverna" simboliza el tránsito entre dos mundos, el de las ideas y el mundo sensible. Para pasar de uno a otro se requiere recorrer un camino: la educación. Es un camino difícil y arduo, que conduce al conocimiento de la verdad, a la liberación y que es la puerta de entrada al mundo científico.
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