Resumen Ética Nicomáquea De Aristóteles -sobre El Bien Humano En General-
anplz7 de Noviembre de 2013
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ÉTICA NICOMÁQUEA
Sobre el bien humano en general
Aristóteles menciona que todas las acciones del hombre, todo arte, ciencia o elección, tienen una finalidad, que tienden a un bien, y por ello se le conoce como bien a aquello a lo que todas las cosas aspiran. Ya que existen muchas acciones los bienes también serán muchos, pero principalmente existen dos tipos, los bienes que se buscan y aman por sí mismos y los bienes útiles que sirven para la consecución de otros; los bienes que no buscan alcanzar a otros serán más importantes que el resto.
Ya que todas las acciones buscan un bien y estos bienes pueden deber su existencia al logro de otros bienes, debemos suponer que existe un bien supremo. Aristóteles indica que este bien superior es la felicidad, ya que se desea por sí misma. Si bien, existen otros bienes que son deseables por sí mismos, como ya lo he mencionado, se buscan porque se piensa que a partir de ellos se puede llegar a la felicidad, como pueden ser el placer, el honor o la sabiduría.
Si todo bien proviene de un acto, para captar la esencia de la felicidad debemos determinar de qué acto del hombre proviene. Si para un artista este acto será crear arte, o para un científico llevar a cabo un descubrimiento, entonces el bien reside en la obra que realizan, por lo tanto debe existir algún acto que le sea propio al hombre, simplemente por su naturaleza humana, este acto inherente al hombre parece ser la vida activa.
La vida activa, que es el acto inherente al hombre, consiste en la actividad y obras del alma. Dicho de este modo, la felicidad que es el fin último, consistirá en las acciones del alma.
Algunos hombres identifican la felicidad con el honor. Quienes buscan el honor normalmente es para convencerse a sí mismos de su propia virtud, esto quiere decir que se aprecia más la virtud que al honor, pero la virtud será un bien incompleto, ya que si un hombre virtuoso pasa la vida holgando o padece grandes males, no podría considerarse que vive feliz.
La virtud sólo llegará a la felicidad por medio de la acción, actuando rectamente, y será un placer por sí misma. Tomando en cuenta que el sentir placer es un estado del alma, y a cada quien le produce placer aquello a lo que es aficionado, un aficionado a la virtud encontrará placer en los actos virtuosos.
La felicidad también requiere de los bienes exteriores, pues es difícil realizar buenas acciones si no se cuenta con recursos, es por eso que algunos identifican la felicidad con la riqueza, pero no es la riqueza el bien último ni el más perfecto, ya que sólo es útil cuando sirve para alcanzar otro bien.
Ya que un hombre virtuoso, actuará conforme a la virtud toda su vida, logrará una vida constantemente próspera, y podrá soportar los infortunios debido a la nobleza que posee, de este modo, las pequeñas vicisitudes no serán de gran importancia para determinar la dicha o desdicha de un hombre. Al ser los actos los que rigen la vida, ningún hombre feliz podrá volverse miserable pues nunca hará nada despreciable.
Sabemos que es deseable hacer el bien a una persona, pero lo es mucho más procurarlo para la perfecta gestión y salvaguarda del pueblo y las ciudades; la ciencia política de esto se encarga, y será la que determine las ciencias y acciones necesarias en las ciudades, y cuáles deberá cada ciudadano aprender para llegar al fin último, que es el bien supremo, para esto deberá ocuparse de la virtud con el propósito de hacer de los ciudadanos hombres de bien. Y, puesto que la virtud es una acción del alma, tendrá que estudiar lo que sea relativo al alma.
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