ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Santisima Trinidad


Enviado por   •  31 de Julio de 2013  •  2.063 Palabras (9 Páginas)  •  529 Visitas

Página 1 de 9

El misterio de la Santísima Trinidad nos enseña que en Dios hay Tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo; pero que las tres tienen una misma Naturaleza divina, y en consecuencia son un solo Dios.

en Power Point en p. 2

5.1 EL MISTERIO DE LA TRINIDAD DE PERSONAS EN LA UNIDAD DE DIOS

5. 1.1 El misterio

"Es necesario que el misterio del Hijo de Dios hecho hombre y el misterio de la Santísima Trinidad,que forman parte de las verdades principales de la Revelación, iluminen con la pureza de la verdad la vida de los cristianos-

(S.C. para la Doctrina de la Fe, Decl. Para defender la fe contra algunos errores actuales acerca de los misterios de la Encarnación y de la Santísima Trinidad, 21-11-1972 AAS 64¨, 1972,1, pp. 237-246, n. 1).

El misterio de la Santísima Trinidad nos enseña que en Dios hay Tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo; pero que las tres tienen una misma Naturaleza divina, y en consecuencia son un solo Dios. Este misterio es un dogma de fe definido: cfr. Dz. 39, 54, 86, 703, etc.

Las palabras "naturaleza" y "persona", no se toman aquí en el sentido corriente de los términos, sino de acuerdo con el lenguaje filosófico, que es más preciso. La naturaleza o esencia de los seres es aquello que hace que las cosas sean lo que son; el principio que las capacita para actuar como tal (por ejemplo, la naturaleza del hombre es ser animal racional compuesto de alma y cuerpo), La persona, en cambio, es el sujeto que actúa (por ejemplo un hombre concreto con un nombre: Pancho Tiznado Téllez, que actúa de acuerdo a su naturaleza: piensa, quiere, trabaja, etc.). Así es claro que en cada hombre hay una sola naturaleza y una sola persona. En Dios, en cambio, no ocurre así: una sola Naturaleza sustenta a una Trinidad de Personas.

5.1.2 Revelación del misterio.

En el Antiguo Testamento hay varias alusiones a este misterio; pero Dios no quiso enseñarlo de modo claro, quizá porque los judíos, propensos a la idolatría hubieran tomado por tres dioses a las tres Personas divinas.

En el Nuevo Testamento se nos enseña de manera precisa. Veamos dos textos en que se nombran las tres divinas personas:

El primero relata el bautismo de Cristo. El Padre dejó oír su voz desde el cielo: "Este es mi Hijo muy amado; escuchadle-. El Hijo era bautizado por San Juan. Y el Espíritu Santo descendió en forma de paloma (cfr. Mt. 3, 17).

El segundo nos muestra a Cristo cuando mandó a los Apóstoles a la conversión del mundo. "Id, les dijo, y enseñad a toda la gente, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo" (Mt. 28, 19).

La fe católica es que veneremos a un solo Dios en la Trinidad y a la Trinidad en la unidad; sin confundir las personas ni separar la sustancia. Porque una es la persona del Padre, otra la del Hijo y otra la del Espíritu Santo; pero el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo son una sola divinidad, les corresponde gloria igual y contorno majestad (Símbolo de S. Atanasio o Quicumque).

5.1.3 Errores

Los principales son de dos clases:

a) Unos, queriendo asegurar mejor la unidad de naturaleza de Dios, negaron la trinidad de Personas, afirmando que las tres divinas Personas eran tan sólo tres diversos modos de concebir a Dios. Entre éstos está Sabelio.

b) Otros, queriendo asegurar mejor la diferencia de personas, llegaron a negarla igualdad de Naturaleza. Por ejemplo, Atrio que negó la divinidad de Cristo, asegurando que era de diferente naturaleza que el Padre; y Macedonio que negó la divinidad del Espíritu Santo.

Sabelio fue excomulgado por el Papa Calixto I; y Atrio y Macedonio condenados por el Concilio de Nicea y I de Constantinopla.

5.2 NATURALEZA DEL MISTERIO

A ninguna inteligencia creada o creable le es posible comprender el misterio de la Santísima Trinidad. El esfuerzo racional de los teólogos -y principalmente de S. Tomás de Aquino- ha tratado de ilustrarlo a partir de los datos revelados: tarea que emprendemos a continuación.

5.2.1 Distinción de las personas

Las tres divinas personas no se distinguen ni por su Naturaleza, ni por sus perfecciones, ni por sus obras exteriores. Se distinguen únicamente por su origen.

lo. No se distinguen:

a) Por su Naturaleza, porque tienen una Naturaleza común, la Naturaleza divina. Así no son tres dioses, sino un solo Dios.

b) Ni por sus perfecciones, porque éstas se identifican con la Naturaleza divina. Así ninguna de las tres Personas es más sabia o poderosa, sino que todas tienen infinita sabiduría y poder; ni la una es anterior a las otras, sino que todas son igualmente eternas.

c) Ni por sus obras exteriores; porque teniendo las tres la misma Omnipotencia, lo que obre una respecto a la criatura, lo obran las otras dos.

2o. Se distinguen únicamente por su origen, porque el Padre no proviene de ninguna persona; el Hijo es engendrado por el Padre; y el Espíritu Santo procede a la vez del Padre y del Hijo. Esto es lo que impide que una Persona se confunda con las otras.

a) Procesiones

Es inútil buscar en el mundo físico un equivalente a este misterio; pues tal verdad sobrepasa el limite de lo creado. Es posible, sin embargo, alcanzar una cierta profundización en esta verdad gracias a la Revelación. Así, con respecto a la Primera y a la Segunda Personas divinas hallamos, por una parte, el empleo de términos relativos: Padre-Hijo (cfr. Jn. 1, 18-1 14, 13; Gal. 4, 4); y por otra parte, que el Hijo es el Verbo del Padre: la Palabra interior con que se expresa totalmente a Sí mismo (cfr. Jn. 1, l).

De la Tercera Persona se nos dice que procede del Padre y del Hijo (cfr. Jn. 15, 26). A partir de estos datos revelados, y basándose en la analogía de las potencias espirituales del hombre (inteligencia y voluntad), los teólogos han ilustrado -no explicado- este misterio. Las Procesiones (de procedencia) lo ilustran de algún modo.

a.1 El Padre no proviene de ninguna otra Persona.

a.2 El Hijo es engendrado Por el Padre por

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (12.5 Kb)  
Leer 8 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com