Sobre La Actitud Del Hombre De Ciencia

Sobre la actitud del hombre de ciencia

El tema de los hábitos es competencia principal de la filosofía y la psicología. Gira alrededor del complicado problema de la actitud del hombre de ciencia; no solo al investigador científico que por vocación, profesión centra en la ciencia y la reflexión su tarea ordinaria sino también a quien se vincula en forma estable con la vida universitaria y académica.

Crisis del pensamiento y Capacidad de Juicio

La importancia que le atribuimos a la creación de hábitos de pensamiento especialmente en aquellos sectores que presumiblemente van a jugar un papel paradigmático en la sociedad, universitarios, se vincula con la crisis de la sociedad contemporánea

La sociedad moderna en lugar de conducir a los hombres a comportamientos cada vez más racionales, paradójicamente los lleva a conductas cada vez más irracionales, con la consiguiente multiplicación de conflictos.

El problema radica en que la creciente organización racional-funcional de la sociedad moderna favorece por fuerza solo la racionalidad funcional, no exige en igualdad medida la facultad de actuar en situaciones dadas con capacidad de juicio

Parecería que la esencia de la racionalidad funcional es eximir al individuo medio de pensamiento y traspasar facultades a los individuos que dirigen la racionalización de la sociedad.

Los hábitos

La utilización del término hábito corre a contrapelo de varias teorías de la educación contemporánea. Su deterioro del término se ha debido a la identificación con conceptos como: costumbre, consuetudo etc. tienden a acentuar el carácter automático del comportamiento de una persona contrario a la libertad del individuo, de su capacidad de discernimiento y de su creatividad.

Se usa el termino habito porque: tiene un peso esencial en a educación y en segundo lugar porque los hábitos facilitan enormemente el desenvolvimiento de la existencia humana.

Platón define la educación como la creación del hábito virtuoso. Por su parte Santo Tomas señala, los hábitos son necesarios para lograr 3 características en el obrar: la firmeza, la prontitud y la deleitación.

Hay que tomar en cuenta que el poseer de alguna manera los hábitos intelectuales no implica necesaria o mecánicamente la generación de nuevos conocimientos o el buen uso del conocimiento.

Hábitos del pensamiento

Hablar del pensar riguroso como habito es hablar que la persona genera forma permanente, firme, pronta, deleitable de encarar los problemas, tiene como fin el esclarecimiento de dichos problemas, de acuerdo a los principios lógicos del recto pensar.

Se supone que el estudiante debería llegar a la universidad con ciertos hábitos adquiridos relativos al trabajo, al trabajo intelectual y al trabajo científico, pero la realidad es otra.

El hábito de pensar rigurosamente se adquiere o se afianza en la medida en que se ejerciten ciertos procedimientos u operaciones del entendimiento, las cuales son:

a) La definición

b) La distinción

c) La relación

d) La causalidad

e) La sistematización

f) La critica

g) La síntesis

a) El habito de la definición

Definir es decir lo que la cosa es; es tener en claro su significado y sentido de un término cuando se lo utiliza dentro de un contexto, dentro de un juicio. Posibilita saber cuál es la comprensión y la extensión de un concepto.

Adquirir el habito de la definición supone entrenarse y entrenar al alumno, en la rigurosidad de las definiciones, sobre todo de aquellos términos polisémicos que el uso cotidiano ah cargado de ambigüedades y subjetivismos.

b)

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