Sobre La Libertad Y El Bienestar

Desde el inicio de los tiempos y de las civilizaciones humanas, el tema de la libertad y el bienestar de las personas, ha sido fundamental en el desarrollo de las diferentes sociedades, como también de las comunidades a las cuales dichas sociedades pertenecen y por consiguiente un punto demasiado importante para la conformación de sus gobiernos, los cuales se han desarrollado de una u otra manera dependiendo de la importancia o postura que toma frente a la libertad de sus ciudadanos. Desde este marco y en concordancia con las diferencias políticas y sociales, es posible señalar, a modo de tesis, que los tipos de gobiernos tienen relación directa con la libertad y el bienestar de las personas. En virtud de lo anterior, el objetivo de este ensayo es mostrar si hay relación alguna entre el tipo de gobierno, la libertad y el bienestar, mediante la identificación de lo que es en esencia la libertad, la forma de poder que ejercen los diferentes gobiernos sobre las sociedades y su afectación en el bienestar de las personas.

La libertad es un concepto que históricamente ha sido tratado de definir de la mejor forma posible por numerosos filósofos y escritores en general, ya desde la antigua Grecia. Acciones como la esclavitud en la que tenían sometidos los egipcios a los judíos, para que estos construyeran sus monumentales edificaciones, trabajando más de 16 horas diarias, bajo las peores condiciones laborales y humanas; caso muy parecido al ejercido por el imperio romano a las tribus o pueblos paganos cercanos a sus dominios, los que debían trabajar en las tareas más duras y ser los protagonistas de su principal entretenimiento, las luchas de gladiadores. Del mismo modo acciones más actuales como irrumpir en la propiedad del vecino sin su consentimiento o hablar mal de un compañero de trabajo en una reunión en la que está presente todo el personal de la empresa, son acciones, independiente de la clase que sean, que sin causa justificada perjudiquen a alguien, pueden y deben ser controladas, y en los casos más importantes, como los de esclavitud anteriormente mencionados, exigen por completo su control. Tal como plantea J. S. Mill (S.L pág. 69), de este modo la libertad del individuo queda así bastante limitada por la condición siguiente: no perjudicar a un semejante. Pero si se abstiene de molestar a los demás en sus asuntos y el individuo se contenta con obrar siguiendo su propia inclinación y juicio, en aquellas cosas que sólo a él conciernen, las mismas razones que establecen que la opinión debe ser libre, prueban también que es completamente permisible que ponga en práctica sus opiniones, sin ser molestado, a su cuenta y riesgo.

Cuando la individualidad de las personas se ve afectada en asuntos o acciones en donde la regla de conducta son las tradiciones o costumbres de otros, allí faltará uno de los principales pilares sobre los cuales se sostiene el bienestar humano, que dicho sea de paso va de la mano con la libertad, y el factor más importante del progreso individual y social.

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