Sueños De Un Visionario

Los sueños de un visionario explicados por los sueños de la Metafísica

En esta obra Kant nos presenta una crítica a la metafísica, pero cabe mencionar, que no es una crítica tajante como la que realiza en su obra Critica a la razón pura, sino que son los primeros cimientos de un desapego total de ella.

Sueños de un visionario comienza con una refutación a la obra de Emmanuel Swedenborg, quien es un visionario sueco que en la época de Kant gozaba de una gran fama, debido a que sus diversos escritos habían llegado a las manos de muchos lectores, sumándose a ello, las variadas predicciones que había realizado con ayuda de los espíritus, los cuales, según su narración, mantenían una concurrente comunicación con él.

Como consecuencia de la gran fama de Swedenborg, Kant decide leer su extensa obra, de la cual se arrepiente de haberlo hecho, pero para no desaprovechar tal pérdida de tiempo, por influencia de sus amistades y conocidos, decide escribir Sueños de un visionario para hacer ver y demostrar, que las explicaciones de Swedenborg, no pueden ser aceptadas ni corroboradas por la experiencia, por lo que aceptarlas sería un notable error. Creer en un mundo lleno de espíritus, es creer en relatos imaginarios que solo tienen cabida en una mente enferma.

La primera parte de esta obra está destinada a demostrar que la idea de espíritu no es posible, y que los estudios deben de ser redirigidos hacia lo útil, es decir, hacia lo razonable. Todo lo que se cree saber de la idea de espíritu es una invención de los sabihondos pedantes que se manifiestan como guías o falsos profetas de la humanidad. Por ello, desvelar el escondido sentido que tiene tal palabra, dará pie a conocer cuáles son los límites que tenemos en el conocimiento, o sea, determinar qué es lo que podemos conocer y qué es lo que no podemos conocer con la razón.

Conocer estos límites nos ayudará a comprender la posibilidad de aquello que pertenece a los conceptos comunes que se hallan en la experiencia, y de lo que se aparta de ellos, pues existen conceptos que no se pueden hacer comprensibles por medio de experiencia alguna, ni siquiera por analogía, a estos conceptos, según Kant, hay que rechazarlos por ser inmediatamente imposibles.

En mi opinión, parece ser que en esta obra de Kant se arroja a una labor ociosa, de la misma forma en que lo hizo Swedenborg al escribir su extensa obra, pues en las dos primeras partes se encarga de refutar las construcciones teóricas de este visionario, lo cual me parece sumamente innecesario, pues al hacerlo le está dando validez a lo que ni siquiera tiene sentido tomar en consideración. Creo que la influencia de sus amistades e instintos, fueron demasiado fuertes para que Kant decidiera escribirla. Pero cabe hacer mención, que lo que es muy rescatable y de verdad interesante, es la última parte, pues en

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