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TEISMO Y ATEISMO


Enviado por   •  6 de Septiembre de 2012  •  5.886 Palabras (24 Páginas)  •  908 Visitas

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TRABAJO DE FILOSOFIA

EL TEISMO Y EL ATEISMO

REALIZADO POR:

AMPARO ARIAS SANCHEZ

HECTOR AUGUSTO PATIÑO HERNANDEZ

INSTITUCION EDUCATIVA TECNICA INDUSTRIAL

“SIMON BOLÍVAR”

GUAMO – TOLIMA

2012

TRABAJO DE FILOSOFIA

EL TEISMO Y EL ATEISMO

REALIZADO POR:

AMPARO ARIAS SANCHEZ

HECTOR AUGUSTO PATIÑO HERNANDEZ

PRESENTADO A:

OMAR TORRES

INSTITUCION EDUCATIVA TECNICA INDUSTRIAL

“SIMON BOLÍVAR”

GUAMO – TOLIMA

2012

TABLA DE CONTENIDO

1- PORTADA

2- SUBPORTADA

3- TABLA DE CONTENIDO

4- TEISMO Y ATEISMO

5- ¿QUE ES EL TEISMO?

11- DEFINICION DE LA PALABRA

12- ¿QUE ES EL ATEISMO?

13- DEFINICION

18- CONCLUSION

19- BIBLIOGRAFIA

TEISMO Y ATEISMO

La existencia de Dios ha sido objeto de argumentos a favor y en contra, propuestos por filósofos, teólogos y otros pensadores.

La reflexión sobre la existencia de Dios plantea cuestiones filosóficas fundamentales, en relación con la ontología, e implica un debate entre diferentes posturas, cuya expresión habitualmente no se limita al mundo de la racionalidad, sino que se extiende al de las creencias. El teísmo y el ateísmo son las posturas teóricas favorables o contrarias a la existencia de Dios, respectivamente. Por su parte, el agnosticismo niega la posibilidad de conocer la existencia de Dios. Se han propuesto muchas denominaciones que matizan o definen con más precisión cada posible posición en este debate (panteísmo, deísmo, apateísmo, etc.)

Un problema básico es que no existe una definición universalmente aceptada de Dios. Algunas definiciones sobre Dios no son tan específicas como para permitir llegar a probar que exista una realidad que se ajuste a tales definiciones.

Los argumentos a favor de la existencia de Dios suelen incluir cuestiones metafísicas, empíricas, antropológicas y gnoseológicas. Las alegaciones en contra suelen incluir cuestiones empíricas y razonamientos deductivos o inductivos.

Aunque hace tiempo, buena parte del mundo académico occidental veía la cuestión de la existencia de Dios como un tema intocable o un pseudoproblema, esta cuestión ha vuelto a suscitar debates vivos en filosofía.

Se ha llegado a escribir: «En el mundo académico, Dios no está muerto [en referencia a la muerte de Dios descrita por Nietzsche]: volvió a la vida a finales de los años sesenta».

¿QUE ES EL TEISMO?

En términos generales el teísmo significa la creencia en el Dios viviente, que interviene en el curso del mundo y en la vida humana. En este sentido amplio, se dan rasgos teístas en la mayoría de las religiones: en las politeístas, en cuanto que los muchos dioses intervienen en mayor o menor grado en la vida humana; en las religiones de signo panteísta o monista, en la medida en que preconizan una unión íntima entre el hombre y la divinidad; en las religiones monoteístas sobre todo, por relación a las cuales el teísmo adquiere su significado específico.

I. Sentido y alcance del teísmo

El concepto de teísmo se va elaborando en la época moderna como consecuencia de tener que pensar de nuevo la idea de Dios en contraste con dos fenómenos históricos: por una parte, el desarrollo de las ciencias de la naturaleza, que parecen no dejar lugar para Dios, al menos concebido al modo tradicional; por otra parte, la presencia de otras concepciones, como el panteísmo y el deísmo, que intentaban precisamente dar respuesta al reto que suponía esa nueva visión del mundo, regido por leyes necesarias. Sin embargo, el contenido del teísmo se configura y se consolida a lo largo del pensamiento medieval. Dios en efecto es, según ese pensamiento y también según lo que se conoce como teísmo, absolutamente perfecto, autoconsciente y libre; transciende por completo la realidad mundana y, por otra parte, la ha creado de la nada, la conserva en el ser y la determina en su actividad. Es decir, el teísmo, a la vez que intenta pensar el ser de Dios en sí mismo, lo concibe por relación al mundo, de una forma que puede parecer paradójica, puesto que le considera al mismo tiempo como absolutamente transcendente y como infinitamente inmanente. Esto, que no es nuevo, se acentúa ahora de manera especial, debido a que el teísmo se tiene que abrir paso entre dos corrientes extremas, de cuyos escollos se tiene que librar a la vez que se ve precisado a tomar de ellas aspectos legítimos, habida cuenta de la concepción general de la época.

Por una parte, el teísmo se distingue del panteísmo, en cuanto que afirma una diferencia radical entre Dios y el mundo, pero coincide con él en rechazar el dualismo y retrotraer todas las cosas a un único principio. Ciertamente, este principio crea libremente el mundo, según el teísmo, pero al mismo tiempo la presencia de Dios en las cosas les es más íntima que su propio ser, lo que hace que bajo este aspecto al teísmo no le resulte tan fácil y tan obvio distinguirse del panteísmo, sobre todo si se tiene en cuenta que el ser y la acción de Dios son absolutamente idénticas. Por lo demás, el éxito del teísmo frente al panteísmo fue sólo relativo. A finales del siglo XVIII tuvo lugar en Alemania la llamada «controversia del panteísmo» (Pantheismusstreit), entre Mendelssohn y Jacobi sobre todo, que ponía de manifiesto el arraigo que

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