Tan Simple Como La Felicidad
alquiroga28 de Junio de 2012
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La mayoría de las veces nos cuestionamos el sentido de la vida cuando se nos presentan situaciones en donde no podemos distinguir cuáles son sus propósitos. Entonces, formulamos una pregunta: “¿Qué es tal cosa?”. Y entre las interrogantes más frecuentes está la felicidad. Este concepto, es algo esencial en el transcurso de nuestra vida, porque todos nos esmeramos por llegar a conocerla o estar lo más cerca posible. La Real Academia Española define felicidad como: “Estado de ánimo que se complace en la posesión de un bien”. Pero lo cierto es que la mayoría de las personas tienen un concepto distinto, como el filósofo Friedrich Nietzsche.
Para Nietzsche, la felicidad es “el sentimiento de que el poder crece, de que una resistencia queda superada”. Encontrar la felicidad depende netamente de tener poder sobre uno mismo, ser capaz de luchar, de correr riesgos, aventuras y pasión. Y a base de esta idea, distinguió dos tipos de personas: las que no tienen fuerza, que eluden los problemas, los que a través de la tranquilidad encuentran la paz. Y existen las personas con fuerza, que crecen al enfrentar obstáculos y a resolver problemas, los que se atreven a seguir adelante y superar el dolor, los que encuentran su felicidad a través de la auto-superación. Entonces, según Nietzsche, solo los que no aman la vida tal cual es aspiran al placer, es decir, a la verdadera felicidad.
En lo personal, discrepo con el tipo de felicidad real que expone el filósofo Alemán Friedrich Nietzsche. A mi perspectiva, la felicidad es simplemente no tener preocupaciones y vivir de las cosas sencillas, de los detalles, de ver la vida tal cual es. Mientras menos cosas sepas, mientras menos ocupaciones tengas, más feliz eres. Aceptar las cosas tal cual son, no tener que esforzarse o luchar por algo, porque es justo ahí donde encontraríamos los miedos, nos entrarían con las frustraciones y la falta de tiempo. Entonces, la felicidad como tal entraría a esfumarse.
La vida es como la frase de una canción, es una “espina que hace cosquillas”. Si tomamos ese concepto, una persona al avanzar para luchar por sus objetivos se va encontrando con piedritas en el camino que te llevan a caídas, desilusiones, y a más soledades.
Yo creo que el hombre es naturaleza, y entonces solo con vivir, ver la belleza de los detalles, tener paz y descanso ya es feliz. Uno de los estados puros de la felicidad es el amor, y el amor no necesita gran esfuerzo, no necesita de luchas a grandes rasgos o de superar obstáculos, es algo innato, es algo que nace junto a tu vida, es parte de tu naturaleza como ser humano y no necesitas de más. Pero el hombre, en la actualidad tiene un yoismo tan impresionante que siempre querrá pensar en él y tratar de superarse, luchar por tener un mejor empleo, y como es avaro, tener siempre mucho dinero. Pero hay un detalle: nadie es feliz. Todos, hoy en día tienen un exceso de cansancio, de frustraciones, exceso de llantos, y nadie se atreve a decir “no soy feliz”. Por ende, estamos mal enfocados hacia la felicidad, y encontrarla como ha propuesto Nietzsche sería erróneo. Es cierto que luchar te lleva a crecer, y muchas veces a madurar, pero no necesitas de aquellos factores para creer en la felicidad o simplemente ser feliz.
Si la felicidad fuera lucha, yo preguntaría: ¿Y si, en pleno plan de lucha algo nos sale mal, aun sigue siendo felicidad?, si al atrevernos a dar pasos agigantados cometemos más de un error ¿no fracasaríamos?. Si hoy aplicásemos una encuesta, ¿qué porcentaje de la población sería feliz, honestamente?. Yo creo que existen estas y otras interrogantes que en los tiempos de Nietzsche no fueron planteadas.
En síntesis, creo que el concepto de felicidad es más simple de lo que se piensa, que en vez de esforzarse por luchar, por gastar las horas o ganar más sueldo,
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