Utopia de Tomás Moro.

UTOPÍA- TOMÁS MORO

La isla de Utopía parece como trazada por compás y en conjunto ofrece la forma de luna en cuarto creciente. Se dice que en épocas pasadas fue conquistada por Utopo, e hizo de aquellos pueblos rudos y agrestes una nación que hoy supera a las demás en cultura y civilización, mandó cortar el istmo que servía de unión entre el país y el continente y así fue como el mar circundó por todas partes aquella tierra.

Unió a los indígenas a su ejército y el trabajo distribuido entre tantos individuos, fue realizado con gran rapidez y éste éxito admiró y aterró a sus pueblos vecinos.

Los utópicos se consideran simples cultivadores y no como propietarios de sus tierras. Cada año, veinte miembros de cada familia regresan a la ciudad, después de haber pasado dos años en el campo, y son reemplazados por igual número de llegados de la ciudad que son adiestrados en las tareas agrícolas. Con esto se evita que todos sean a la vez ignorantes o novicios en materia de agricultura, como cada cambio se realiza cada año, nadie se haya obligado a llevar durante un tiempo excesivo y contra su voluntad, una vida un tanto dura. Tienen conocimiento de cuánto se consume en cada ciudad y su territorio, pero no por eso dejan de sembrar una cantidad de trigo que supera sus necesidades y hacen igual cosa con el ganado que crían reservándose distribuir el sobrante entre los vecinos.

DE LAS CIUDADES Y ESPECIALMENTE DE AMAUROTA

Si se conoce una ciudad de Utopía se conocen todas; tan semejantes son unas a las otras, Pero Amaurota es la más digna ya que a diferencia de las otras es sede de la Asamblea. Aquí no existe propiedad y cada diez años se cambian de casa, previo sorteo que se efectúa. Los utópicos se preocupan mucho por sus jardines. Tienen en ellos vides, frutales, plantas y flores.

DE LOS MAGISTRADOS

Cada treintena de familia elige año por año entre sus miembros un magistrado, llamado Sifrogrante en el idioma antiguo y Filarca en el moderno. A la cabeza de diez sifograntes y de sus familias se encuentra el que antes se llamaba Traniboro y protafilarca en la actualidad. El total de sifrograntes eligen a un príncipe, haciéndolo entre cuatro candidatos que propuso el pueblo.

Cada tres días los traniboros se reúnen en Consejo con el príncipe y deliberan sobre los asuntos públicos.

DE LOS OFICIOS

Un oficio que ejercen todos los utópicos, hombres y mujeres, es la agricultura. Desde la infancia todos son instruidos en ella. Además de la agricultura, aprenden un oficio determinado: tejedores de lana y lino, albañiles o artesanos, herreros o carpinteros.

Los vestidos y su forma son los mismos en toda la isla, el traje sólo sirve para distinguir un sexo de otro y a solteros de casados. Cada familia confecciona sus propios vestidos.

Todos adoptan casi siempre los oficios de sus padres; pero si alguien se siente atraído por otro oficio, por adopción, pasa a formar parte de alguna de las familias que lo ejercen. En sus ratos de ocio, se dedican al cultivo de las letras.

Los magistrados no quieren obligar a los ciudadanos a que realicen contra su voluntad un trabajo superfluo, ya que las instituciones de Utopía tienen tendencia a libertar a todos los ciudadanos de las servidumbres materiales en cuanto lo permiten las necesidades de la comunidad, y también a favorecer la libertad y el cultivo de la inteligencia. Eso creen ellos que es la felicidad.

DE LAS MUTUAS RELACIONES

Utopía está formada por familias unidas por vínculos de parentesco. Se procura que cada familia no tenga menos de diez hijos púberes, ni tampoco más de dieciséis.

Se viven en comunidad, el más anciano es el que rige a la familia; las mujeres sirven a sus maridos, los hijos a sus padres, es decir, los más jóvenes sirven a sus antecesores.

Toda ciudad se divide en cuatro

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