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Vision Tomista De La Antropología


Enviado por   •  23 de Enero de 2014  •  589 Palabras (3 Páginas)  •  251 Visitas

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1. El Contexto Histórico

Según la Semiótica contemporánea, al intentar la interpretación de un cuerpo de signos, un texto filosófico, por ejemplo, no basta con el análisis semántico (qué significan las oraciones, qué ideas trasmiten, qué problemas lógicos o epistemológicos suscitan) es preciso aún el análisis pragmático, que investigan por las relaciones de los signos y los hombres que los crean o los usan en determinadas circunstancias históricas, en funcion determinadas necesidades o interes. A este nivel analítico, es indispen¬sable buscar social, cultural, políticamente... al emisor de los signos y ponerlo en relación con los receptores directos o indirectos de los mismos.

No podemos comprender realmente lo que los hombres han pensado haciendo caso omiso de su circunstancia, como si sus discursos fuesen simplemente producto de su pensar, sin compromiso con los intereses y las luchas de su tiempo. Y menos aún podemos comprender a un filósofo como Tomás de Aquino, para quien el conocer era previo al pensar, para quien el filosofar era un oficio más en el concierto de los oficios de los burgos y las ciudades, un oficio enderezado ante todo a descubrir el sentido de la actividad humana. Fue precisamente Tomás uno de los pensadores medievales que más se aproximo a los problemas de su tiempo, al fomentar la "Disputa Cuodlibética", a partir de los problemas cotidianos de los asistentes.

Conviene recordar aunque sean los rasgos esenciales de ese agitado siglo XIII, el siglo en que los valores de la sociedad feudal empiezan a deteriorarse definitivamente ante el empujo revolucionario de las ciudades (burgos, cités), donde se gestaba un nuevo tipo de hombre y un nuevo estilo de vida social, económica y política, que irían a transformar en menos de dos siglos la fisonomía de Europa, las corporaciones de mercaderes y artesanos; las corporaciones de maestros y estudiantes; las confederaciones de ciudades; la alianza con lo principios que reivindicaban su poder político frente a los señores...: he ahí lo que hacía los burgos y los cités inexpugnables baluartes antifeudales. Y todo dinamizado por ideas nuevas: autonomía del orden social y político frente a la Iglesia, entusiasmo por los valores terrenos, atención nueva hacia la realidad del mundo, afirmación de la autonomía de la razón, recuperación del espíritu evangelico, fomento de la investigación de la naturaleza, cuestionamiento de todas las autoridades del pasado, estudio de autoridades consideradas sospecho¬sas y subversivas (como Aristóteles)...

El movimiento libertario de las ciudades afectaba todos los órdenes: social, económico, político, religioso, cultural. En todos los terrenos colisionaban las aspiraciones y los valores de una y otra sociedad: los valores de la sociedad-sujeto feudal, legitimada jurídica y políticamente, que consagraba la opresión mediante la institucionalización

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