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DISCURSO DE TOMA DE POSESIÓN PRONUNCIADO POR EL PRESIDENTE BARACK OBAMA


Enviado por   •  12 de Febrero de 2013  •  Síntesis  •  2.506 Palabras (11 Páginas)  •  685 Visitas

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DISCURSO DE TOMA DE POSESIÓN PRONUNCIADO POR EL PRESIDENTE BARACK OBAMA

Capitolio de los Estados Unidos

EL PRESIDENTE: Vicepresidente Biden, Presidente del Tribunal Supremo, miembros del Congreso de Estados Unidos, distinguidos invitados y compatriotas:

Cada vez que nos reunimos para la toma de posesión de un presidente, somos testigos de la solidez perdurable de nuestra Constitución. Afirmamos la promesa de nuestra democracia. Recordamos que lo que une a esta nación no son los colores de nuestra tez ni los principios de nuestra fe ni los orígenes de nuestros apellidos. Lo que nos hace ser excepcionales, lo que nos hace americanos, es nuestra lealtad a una idea, articulada en una declaración que fue hecha hace más de dos siglos:

“Sostenemos que estas verdades son evidentes por sí mismas; que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables, que entre ellos están la vida, la libertad, y la búsqueda de la felicidad.”

Actualmente continuamos recorriendo un camino que no termina, para enlazar el significado de esas palabras con las realidades de nuestra época. Pues la historia nos dice que, aunque estas verdades son evidentes por sí mismas, nunca han sido ejecutables por sí mismas; que, aunque la libertad es un regalo de Dios, su gente es quien tiene que conseguirla aquí en la Tierra. (Aplausos.) Los patriotas de 1776 no lucharon para reemplazar la tiranía de un rey con los privilegios de unos cuantos ni con el mandato de un tumulto. Ellos nos entregaron una república, un gobierno de la gente, por la gente y para la gente, encargando a cada generación de mantener seguro nuestro credo fundamental.

Y lo hemos hecho así durante más de doscientos años.

A través de sangre extraída con látigo y sangre extraída con espada, aprendimos que ninguna unión fundamentada en los principios de libertad e igualdad podría sobrevivir siendo medio esclava y medio libre. Nos hicimos una nueva gente y juramos ir adelante todos juntos.

Juntos, determinamos que una economía moderna requiere ferrocarriles y carreteras para agilizar los viajes y el comercio, escuelas y universidades para capacitar a nuestros trabajadores.

Juntos, descubrimos que un mercado libre solo prospera cuando existen reglas que garanticen la competencia y los negocios justos.

Juntos, decidimos que una gran nación tiene que ocuparse de los vulnerables, y proteger a su gente de los peligros y los infortunios peores de la vida.

A lo largo de todo esto, jamás hemos abandonado nuestro escepticismo de autoridad central, ni hemos sucumbido a la ficción de que los males de la sociedad pueden curarse solo a través del gobierno. Nuestra celebración de iniciativa y empresa, nuestra insistencia en el trabajo duro y la responsabilidad personal, esos son factores inamovibles de nuestro carácter.

Sin embargo, siempre hemos entendido que, cuando los tiempos cambian, nosotros también tenemos que hacerlo; que la fidelidad a nuestros principios fundamentales requiere nuevas respuestas a nuevos retos; que preservar nuestras libertades individuales eventualmente requiere una acción colectiva. Pues el pueblo americano no está más capacitado para satisfacer las demandas del mundo actual actuando por sí solo que lo que pudieran haber estado los soldados americanos para hacerles frente a las fuerzas del fascismo o el comunismo con mosquetes y milicias. Ninguna persona por sí sola puede capacitar a todos los maestros de matemáticas y ciencias que necesitaremos para equipar a nuestros hijos para el futuro, ni construir las carreteras y las redes de informática y los laboratorios de investigaciones que traerán nuevos empleos y negocios a nuestras costas. Ahora, más que nunca, tenemos que hacer estas cosas juntos, como una sola nación y un solo pueblo. (Aplausos.)

Esta generación de estadounidenses ha estado a prueba debido a crisis que han fortalecido nuestra determinación y que han probado nuestra resistencia. Está llegando a su fin una década de guerra. (Aplausos.) Ha comenzado una recuperación económica. (Aplausos.) Las posibilidades de los Estados Unidos no tienen límite, pues poseemos todas las cualidades que requiere este mundo sin límites: juventud e impulso; diversidad y transparencia; una capacidad inagotable para el riesgo y una facilidad para la reinvención. Mis compatriotas estadounidenses, estamos hechos para este momento, y lo aprovecharemos, siempre que lo aprovechemos todos juntos. (Aplausos.)

Pues nosotros, el pueblo de los Estados Unidos, entendemos que nuestro país no puede tener éxito cuando cada vez menos gente tiene mucho éxito y cada vez más gente apenas puede cubrir sus gastos. (Aplausos.) Creemos que la prosperidad de los Estados Unidos tiene que ser una responsabilidad que esté sobre los amplios hombros de una clase media creciente. Sabemos que los Estados Unidos prosperan cuando todas las personas pueden disfrutar de independencia y orgullo en el trabajo que hacen; cuando los salarios de un trabajo honesto liberan a las familias de estar al borde de la penuria. Somos fieles a nuestra creencia cuando una niñita que nazca en la más penosa de las pobrezas sepa que ella tiene la misma oportunidad de tener éxito que cualquier otra persona, porque ella es americana, ella es libre, y ella es igual, no solo ante los ojos de Dios, sino ante nuestros propios ojos. (Aplausos.)

Entendemos que los programas obsoletos son inadecuados para las necesidades de nuestra época. Así es que tenemos que aprovechar nuevas ideas y tecnologías para rehacer nuestro gobierno, renovar nuestro código tributario, reformar nuestras escuelas, y empoderar a nuestros habitantes con las habilidades que necesitan para trabajar más, aprender más, llegar más lejos. Sin embargo, aunque nuestros medios cambiarán, nuestro propósito perdura: una nación que recompensa el esfuerzo y la determinación de cada uno de los estadounidenses. Eso es lo que requiere este momento. Eso es lo que le aportará un verdadero significado a nuestro credo.

Nosotros, el pueblo de los Estados Unidos, aún creemos que todo ciudadano merece un grado básico de seguridad y dignidad. Debemos tomar las decisiones difíciles para reducir el costo de la atención de la salud y el volumen de nuestros déficit. Sin embargo, rechazamos la opinión de que Estados Unidos debe escoger entre cuidar a la generación que edificó este país e invertir en la generación que construirá su futuro. (Aplausos.) Porque recordamos las lecciones dictadas por nuestro pasado, cuando la gente pasaba sus años crepusculares en la pobreza y los padres de un niño discapacitado no tenían

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