EL DISCURSO FÚNEBRE DE PERÍCLES – DISCURSO DE TOMA DE POSESIÓN JOHN F. KENNEDY.

EL DISCURSO FÚNEBRE DE PERÍCLES – DISCURSO DE TOMA DE POSESIÓN JOHN F. KENNEDY.

En el ejercicio comparativo entre el discurso recogido por Tucídides y pronunciado por Pericles en el año 431 a. de C. y aquel realizado por el Presidente John F. Kennedy en su ceremonia de posesión en 1961,  podemos destacar ciertas similitudes de contenido.  A nivel general se identifican en ambas alocuciones una apología a valores como la libertad y la democracia, basados en la exaltación de sentimientos cívicos como el patriotismo.

También se hace evidente en los dos discursos cómo los oradores extienden su intención de acudir en auxilio de otras naciones o pueblos si llegase a ser necesario.

Dice Pericles: “También por nuestra liberalidad somos muy distintos de la mayoría de los hombres, ya que no es recibiendo beneficios, sino prestándolos, que nos granjeamos amigos. El que hace un beneficio establece lazos de amistad más sólidos, puesto que con sus servicios al beneficiado alimenta la deuda de gratitud de éste. […] Somos los únicos que, movidos, no por un cálculo de conveniencia, sino por nuestra fe en la liberalidad, no vacilamos en prestar nuestra ayuda a cualquiera.”

En forma similar, el discurso elaborado por Kennedy menciona: “A los viejos aliados cuyo origen cultural y espiritual compartimos, les brindamos la lealtad de los amigos fieles. Unidos, es poco lo que no nos es dado hacer en un cúmulo de empresas cooperativas; divididos, es poco lo que nos es dado hacer, pues reñidos y distanciados no osaríamos hacer frente a un reto poderoso.” 

Estas exclamaciones se perciben como un llamado urgente a la unidad en la que la disposición a prestar colaboración y asistencia se hace manifiesto, en el orador ateniense más como un compromiso altruista, y en el discurso moderno, a pesar de apelar a una amistad leal, reconoce la conveniencia de mantener una alianza dada la magnitud del desafío que se les instala.

Por otra parte, es recurrente en ambos textos la convicción de que la lucha  en defensa de su patria y de los valores que esta representa no se acota a una coyuntura en particular, sino que es un cometido de larga data y cuyo cese no es posible avistar.

Es así como Kennedy, refiriéndose a la lucha para erradicar la opresión, expresó: “No se llevará a cabo todo esto en los primeros 100 días. Tampoco se llevará a cabo en los primeros 1.000 días, ni en la vida de este Gobierno, ni quizá siquiera en el curso de nuestra vida en este planeta. Pero empecemos”. 

El estilo de Pericles es distinto, pues se basta de reseñar las proezas de sus antepasados, sus padres, y sus contemporáneos, dando cuenta de luchas remotas y que se han prolongado hasta su presente, lo que sin duda evidencia una constancia en el tiempo, recita: “Comenzaré, ante todo, por nuestros antepasados, pues es justo y, al mismo tiempo, apropiado a una ocasión como la presente, que se les rinda este homenaje de recordación. Habitando siempre ellos mismos esta tierra a través de sucesivas generaciones, es mérito suyo el habérnosla legado libre hasta nuestros días. Y si ellos son dignos de alabanza, más aún lo son nuestros padres, quienes, además de lo que recibieron como herencia, ganaron para sí, no sin fatigas, todo el imperio que tenemos, y nos lo entregaron a los hombres de hoy. En cuanto a lo que a ese imperio le faltaba, hemos sido nosotros mismos, los que estamos aquí presentes, en particular los que nos encontramos aún en la plenitud de la edad, quienes lo hemos incrementado, al paso que también le hemos dado completa autarquía a la ciudad, tanto para la guerra como para la paz.”.

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