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El territorio y el entorno natural


Enviado por   •  11 de Septiembre de 2011  •  Ensayos  •  7.564 Palabras (31 Páginas)  •  794 Visitas

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El territorio y el entorno natural

A partir del año 292, conforme a las estelas o monumentos de piedra con las cuales acostumbraban a historizar su propia tradición, y hasta el siglo IX, los mayas desplegaron un período de esplendor, el cual dejó su marca sobre otras culturas mesoamericanas.

Los especialistas en demografía histórica especulan que a mediados del siglo VIII, en pleno esplendor del Período Clásico, la población maya de las Tierras Bajas pudo haber llegado a los trece millones de habitantes.

El territorio de los mayas abarcaba la casi totalidad de Guatemala, el occidente de Honduras, Belice, y los actuales estados de Yucatán, Quintana Roo, Campeche, parte de Chiapas y Tabasco, en México.

Se distinguen varias regiones. La meseta de la península del Yucatán, la selva de El Petén en las Tierras Bajas guatemaltecas de la región central, la costa caribeña del oriente de Yucatán, y las Tierras Altas de Guatemala y Chiapas.

Durante dos mil años, los mayas lograron desarrollar una sofisticada cultura en un medio ambiente sumamente adverso como la selva tropical de las Tierras Bajas.

Ocuparon un territorio caracterizado por una diversidad ecológica enorme, la cual les proponía distintas exigencias. Las poblaciones de las planicies del norte, cuyo subsuelo está surcado por ríos subterráneos, dependían de la emergencia de cenotes o lagos naturales, y de la acumulación en cisternas, llamadas chultunes. Más al sur el territorio se puebla de ríos, aguadas y pantanos, dando lugar a la región montañosa de Chiapas-Guatemala, y a las regiones costeras.

Sin centralización estatal que unifique a las ciudades, los mayas desarrollaron una cultura sumamente homogénea en el tiempo y el espacio.

La vida de los mayas fue de base urbana, con un entorno campesino y agrícola. Alrededor de los monumentales edificios políticos y ceremoniales, los palacios y templos, con el frente de sus casas orientadas hacia los puntos cardinales, se ubicaban los barrios de los artesanos, los comerciantes y los agricultores. A continuación se situaban las tierras labradas.

El Mayab puede ser percibido como una red continua de viviendas y campos de cultivo, solamente interrumpida por los accidentes topográficos, y anudada por los grandes centros urbanos.

Estelas y Calendarios

Gracias al sentido histórico con el cual pensaban el devenir de la vida, los mayas tuvieron una precupación intensa por medir el paso del tiempo. Llevaban registros minuciosos de los grandes acontecimientos políticos y sagrados, las victorias militares decisivas, la fundación de las ciudades, la coronación de los príncipes, y la emergencia de nuevas dinastías.

A partir de la observación de los astros elaboraron un complejo y preciso calendario. Conservaron la memoria de los hechos significativos a través de la erección de estelas, monolitos o placas talladas en piedra, que permiten conocer su historia mediante las fechas sumamente exactas que llevan inscriptas, y la información que muestran las imágenes grabadas en la superficie de dichas estelas. No obstante, la tarea de los científicos se complica por la concepción circular del tiempo que tuvieron los mayas.

La estela más antigua fue encontrada en Tikal, y pertenece al año 292 d.C. Conforme a las tradiciones mayas, marca el inicio del Período Cásico o Dinástico. La estela más reciente que se ha hallado corresponde al año 889, y fue descubierta en Uaxactún. Ambas ciudades se encuentran muy próximas, en el actual territorio de Guatemala

Período Preclásico: 500 a.C. – Siglo III d.C

El surgimiento de la civilización maya se remonta a cinco siglos antes de Cristo. En cambio, las clasificaciones tradicionales consideran que la historia maya propiamente dicha comenzó mucho después, en el 292 d.C., cuando aparecen definitivamente las estelas conmemorativas con figuras reales, y fechas que los científicos denominan de “serie inicial”.

Algunos arqueólogos e historiadores recientes prefieren denominar al Período Preclásico como “Clásico Predinástico”, por detectar anticipadamente una serie de elementos que consideran característicos de la sociedad maya.

Durante este período, coincidente con el esplendor de la cultura olmeca que influenció a los mayas, se realizaron las primeras construcciones de piedra, las terrazas, y las pirámides en Uaxactún y Yucatán.

Las nuevas ciudades fueron una respuesta al crecimiento demográfico sostenido, y al flujo de migraciones permanente en toda Mesoamérica. En ese contexto se fundaron Cuello, en Belice, y Tikal, al norte del lago Petén Itzá.

Simbólicamente, los edificios imponentes cumplían con los objetivos de la nobleza: fortalecían la devoción hacia los grupos dirigientes, facilitaban la integración y la obediencia de nuevas y diferentes poblaciones. Todo ello se desarrollaba en el marco de procesos de creciente concentración del poder y la riqueza.

Aparecieron formas de desigualdad y división en castas y clases sociales. La nobleza de las grandes ciudades desplegó un control territorial extenso acompañado del cobro de tributos.

Al igual que otras culturas mesoamericanas como Teotihuacán, o las pirámides de Egipto, las edificaciones gigantescas, generalmente las más antiguas, sirvieron entre los mayas para estrechar los lazos sociales entre las grandes concentraciones de población y los gobernantes, en un período signado por cambios políticos y económicos acelerados, y por la consolidación de grandes territorios.

Las construcciones realzaban la importancia de las ciudades como nuevas entidades políticas, y reforzaban la aceptación del poder de los gobernantes, contribuyendo a la formación de nuevas identidades étnicas y grupales.

Los hallazgos arqueológicos de piezas de cerámica y obsidiana permiten afirmar que las distintas ciudades comerciaban entre sí, desarrollaban mercados, y tenían activos intercambios. Paulatinamente, se desarrollaron los primeros conflictos por la hegemonía comercial y el control de las rutas de la región

Período Clásico o Dinástico: 292 – 900

El inicio del Período Clásico coincidió con el declive de las ciudades mayas de la zona central de El Petén, la llanura costera, y las Tierras Altas. Algunos especialistas consideran que la erupción del Iiopango produjo una catástrofe que habría arruinado el comercio y la hegemonía política de las ciudades de esa región.

A fines del siglo III se destacaron los centros urbanos del norte, Calakmul, Palenque y Tikal. No fue ajeno al proceso

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