Ensayo sobre el pensamiento de Marx y su presencia en los historiadores en la Escuela Marxista y sus autores
Francisco ToledoEnsayo24 de Noviembre de 2015
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UNIVERSIDAD DE SANTIAGO DE CHILE
FACULTAD DE HUMANIDADES
MAGISTER EN HISTORIA
Ensayo sobre el pensamiento de Marx y su presencia en los historiadores en la Escuela Marxista y sus autores.
La Escuela Marxista Británica
Profesor: Julio Pinto Vallejos
Estudiante: Francisco Toledo Pérez
18 de Julio de 2009
Cuando Marx se exilió en el Museo Británico, siguió la estrategia "un paso atrás, dos pasos adelante", quitándole tiempo a la política con el fin de construir una herramienta que pudiera ser utilizada en la política. La teoría que desarrolló ha prestado sus servicios durante un siglo, pero está perdiendo relevancia de manera creciente para la mayoría de nuestros problemas urgentes. ¡Volvamos al Museo Británico! es una consigna que apenas podrá conseguir algún atractivo político de masas, aunque los marxistas harían bien en considerarla.
Jon Elster; Una introducción a Karl Marx
La Teoría de Marx
Este ensayo no se propone exponer de forma sistemática el pensamiento de Marx. Nos remitiremos más bien a aclarar algunos puntos que nos parecen fundamentales, en pos de contrastarlos con las ideas que se desprenden de la labor intelectual llevada a cabo por los historiadores marxistas británicos. Buscamos aquello que en definitiva permite que la labor de estos historiadores, sea considerada parte del marxismo. En otras palabras, ¿Qué hay del pensamiento de Marx en este grupo de historiadores?
Lo primero, nos interesa recalcar la diferenta entre el Marxismo (con mayúscula) y marxismo (con minúscula). El primero de ellos corresponde a los planteamientos elaborados por el propio Marx (y Engels), es decir, su pensamiento puro. En el segundo caso, hacemos referencia a la serie de elaboraciones intelectuales que han interpretado el pensamiento puro de Marx, del cual se desprenden diversas vertientes, todas ellas presentan algún grado de cercanía no sólo su pensamiento, sino también con los lineamientos del PC.
Respecto al Marxismo, nos interesa destacar la doble dimensión de su pensamiento. Existe un Marx sabio, que intenta comprender el mundo. Es un científico, que duda de todo, pero a que a su vez, busca hacer su labor analíticamente, contemplativamente. La naturaleza es en Marx el norte: ésta posee una dinámica, no a escala humana, pero que es cognoscible empíricamente. Claramente el autor vive una época en que la ciencia y la razón están sobrevaloradas. Se asume, por tanto que existen “verdades absolutas”, y que éstas, además de poder ser conocidas por el hombre, presentan distintos estados: son parte de una dinámica; una dinámica histórica. Son leyes objetivas que conducen los fenómenos sociales.
Esta dimensión del pensamiento de Marx da pie para su otra cara, la del revolucionario. La idea de concebir a la historia como una ciencia, intrínsecamente plantea la posibilidad de que esta sea proyectiva. Al ser científica es moralmente correcta, y por ende, para Marx, la labor del historiador tendría, no solo una dimensión científica, sino también política. El Marx revolucionario es transformador, pretende cambiar el mundo. Pretende en definitiva llevar la historia a un estado mas avanzado, idea que científicamente tendría un sustento.
Es así como categorías como modos de producción, relaciones sociales de producción o clases sociales, le permiten al pensador explicar la génesis y el funcionamiento de la sociedad capitalista, y por ende las relaciones sociales entre los seres humanos, contenidas dentro de la estructura económica de la sociedad, y bajo esta lógica, enarbolar una serie de eventos que se precipitarán por la conjunción de éstos elementos.
Lo revolucionario en Marx se presenta al introducir en su pensamiento y análisis, el papel del ser humano en la historia, y en particular de sus sectores explotados y oprimidos –la clase obrera y sectores populares- como actores fundamentales en la historia (la lucha de clases es la dinámica). Los trabajadores llevarían adelante su propia emancipación, pudiendo así transformar las condiciones económicas y sociales, en alianza con el resto de los sectores sociales oprimidos por el sistema capitalista, organizándose en partido, es decir, en organizaciones concientes que expresen sus demandas de clase.
Esta dualidad en Marx, científico y político, sabio y revolucionario, ha sido un verdadero problema para su interpretación. Se ha asumido su filosofía como un “manual”, reproduciéndose un pensamiento monocorde en que teoría y política están muy juntas, pero que extrañamente nunca se han podido unir. Sin embargo, hay un momento crucial, en que ambas esferas lograron acercarse como nunca antes en la historia. La primera mitad del siglo XX es sin duda, una época crucial en el desarrollo del marxismo en Europa occidental. Allí Marx no sólo representa un referente filosófico, o una idea respecto a interpretar la realidad. Es el modo, la forma, la herramienta para poder, no sólo comprender la realidad, sino también impulsarla por otro camino, el del cambio, la revolución, acto político moralmente incuestionable. La ciencia lo respaldaba, más aún al ver que el mundo parecía estar despertando del sueño eterno.
De este mundo provienen estos autores. Resulta evidente que la militancia política de Rudé, Hill, Hobsbawm y Thompson, fijó en sus mentes una amalgama de ideas que inevitablemente influyen en su pensamiento, y en específico, en la forma en que entienden la historia. Al ser políticamente partícipes, asumen una serie de condicionantes propias del marxismo. Encuentran objetivos en común, uno de ellos estudiar el capitalismo, el otro, asumen la lucha de clases como el motor de la historia, lo que los hace política y científicamente marxistas. Independiente de si los autores asumieron otros aspectos del pensamiento marxista, al momento de definir a los actores, al objeto de estudio, es posible apreciar los diversos marxismos existentes, y como éstos fueron avanzando en caminos diversos, pero con objetivos similares.
Marx y La Escuela Marxista Británica
El distanciamiento de tres de los autores tratados de Partido Comunista, es uno mas de otros tantos aspectos que fueron demostrando empíricamente que lo que planteaba la ortodoxia, que con tanto ímpetu pregonaba el PC, no se plasmaba en la realidad.
El escenario, principalmente tras la Segunda Guerra Mundial, parecía demostrar que era necesario hacer una serie de ajustes al Marxismo, no como una forma de refutar al mentor, si no que de reinterpretarlo. El revisionismo hecho por todos estos, incluso por Hombsbawm a pesar de ser parte del partido, va en la dirección de contemplar otras variables, además de la económica, para desarrollar el análisis.
El giro posmoderno planteó esa necesidad. Desaparecen estas verdades absolutas y se instaura la duda. Es necesario reconstruir el Marxismo, ya que los viejos referentes se comienzan a desmoronar. “Este derrumbe puede resumirse en la quiebra casi simultánea de paradigmas en varios ámbitos: social, con la desaparición del sujeto -la clase obrera moderna- que debía ser el agente activo de la revolución; político, por los cambios sufridos por el Estado capitalista y la degeneración del Estado obrero en los países en los que, en teoría, era un instrumento al servicio de las clases más desfavorecidas; el partido, por el descrédito sufrido por todos los partidos en general y por el modelo de partido comunista en particular, debido a su degeneración burocrática. También en el campo teórico, por el declive del materialismo histórico en su versión de optimismo histórico, y en el terreno filosófico, por lo anticuada que ha quedado la versión militante de la dialéctica y por la irrupción de otros temas a los que la filosofía ha prestado su atención[1].
Es interesante analizar los nombres que toma este grupo de historiadores. Escuela Marxista Británica correspondería a una visión mucho más cientificista de ésta. Plantearía la posibilidad real de que el pensamiento, el desarrollo intelectual, la interpretación y comprensión del mundo sería desde la perspectiva de Marx, no la del historiador. Es necesario reestudiar, reelaborar la teoría, tal como Marx lo habría hecho, pensando desde la trinchera del sabio y del revolucionario a la vez, escribiendo desde abajo, una historia científicamente y políticamente correcta. Es un desplazamiento del pensamiento de Marx y no una ruptura con este[2].
Al hablar de Escuela de Historia Social Británica, estamos más bien en un terreno distinto. Tal como plantea Richard Johnson, existen demasiados aspectos que impedirían catalogar de marxistas a estos autores, ya que han roto con demasiados dogmas del pensamiento de Marx, con lo que de paso, se desecha la idea de que tengan una tradición teórica. En gran medida, este cuestionamiento se produce porque se abandona la piedra angular del pensamiento marxista: lo económico. Es cierto que además de lo económico, Marx incorporara otras variables, pero es éste el factor que permite hacer del marxismo una ciencia, ya que lograba crear estructuralmente una dinámica en que los diversos actores se definían por los lugares que ocupan en los medios de producción. Este modelo analítico es el paradigma, y en base a este se desarrolla toda la teoría.
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