Enseñanzas de Jesús
jhonathanjjg4 de Octubre de 2013
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Es gratEnseñanzas de Jesús
La doctrina de Cristo tiene sus raíces en el judaísmo, al cual completa en muchas partes, además de corregir las tergiversaciones que de el habían hechos los fariseos, resultando una enseñanza eminentemente humana a la vez que espiritualista:
El hombre carne, y espíritu debe prestar mayor atención al espíritu que a la carne, pues que estas muere, mas aquel es eterno.
En el transcurso de la vida terrenal el hombre debe ser agradable a los ojos de Dios para ganar el reino de los cielos, la vida eterna: orar hacer el bien, desprenderse de los bienes terrenales, pero sin ostentaciones, sin escándalo. Dice al respecto: “cuidad de no practicar vuestra justicia a la vista de los hombres con el objeto de ser mirado por ellos” (5) “…cuando haces limosna, que tu mano izquierda no sepa lo que lo hace tu mano derecha, para que tu limosna quede oculta….” (6).
El Mundo es creación divina donde todos hombres son iguales: son todos hijos de Dios.
Dios es el ser supremo, creador, santificado y redentor del mundo; hay por lo tanto una trinidad en cuanto a misión y una unidad en cuanto a substancias. Cristo figura así ligado a la religión judía como el Mesías, el redentor, el hijo anunciados por los profetas, lo cual afirma en varios pasajes evangélicos.
Dios es universal para judíos y para gentiles, no para un solo pueblo o una sola raza.
Todas estas enseñanzas están contenidas en las predicas de Jesús que recogen los cuatros evangelistas. De ellas se destacan:
1. El SERMON DE LA MONTAÑA
Es llamado por muchos la Doctrina del Amor, cuyo contenido mas revolucionario lo constituyen las ochos bienaventuranzas. Dice el evangelista que seguía a Jesús gran cantidad de gentes, y “al ver esta multitudes, subió a la montaña y habiéndose sentado, se les acercaron sus discípulos. Entonces abrió su boca y se puso a enseñarles así: bienaventurados los pobres de espíritu porque a ellos pertenece al reino de los cielos. Bienaventurados los afligidos porque ellos serán consolados. Bienaventurado los mansos porque ellos heredaran la tierra. Bienaventurado los que tienen hambre y sed de justicia porque ellos serán hartados. Bienaventurados los que tienes misericordia porque para ellos abra misericordia. Bienaventurados lo9s de corazones puros porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los pacificados porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por amor de la justicia porque a ellos pertenece al reino de los cielos. Dichosos seréis cuando os insultaren, cuando os persiguieren, cuando dijeren mintiendo todo mal contra vosotros por causa mía. Gozaos y alegraos porque vuestra recompensa es grande en los cielos, pues así persiguieron a los profetas, que vinieron antes que vosotros “ (7).
Aquí vemos como la grandeza de esta nueva doctrina radica en lo original y en lo sublime. En una época en que todos buscan goce material, en que tan poco se preocupan por el amigo, menos por el enemigo, en que hay diferentes sociales arraigadas y hechas ley, esclavitud, desprecio por el caído, tributo impuesto al vencido, odio entre los mismos creyentes de una doctrina. Castigos severos para los que no cumplen leyes drásticas, en ese ambiente tan diferente a lo que Cristo quiere , el lanza su doctrina del Amor. Se muestra como representante del Reino de los Cielos y es el quien lo promete para todos los olvidados en el imperio, para todos los despreciados hasta su época por la generalidad de los pueblos: es el amor por ellos, los pobres de espíritu o incapaces de mostrarse orgullosos ante el semejante, teniendo siempre esperanzas en un Ser Superior; los humildes, los incapaces de planear guerras, de despreciar al enemigo. Los que padecen y lloran, los que tienen compasión del semejante, los puros de espíritu, los amantes de
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