LA Conquista De Mexico

Análisis del texto América Hispánica (1942-1898), páginas 77 a la 96.

Este capítulo hace referencia principalmente a la descripción superficial de las características de las exploraciones y conquistas de la corona de Castilla en el nuevo mundo.

Destaca la importancia de las islas centroamericanas, que sirvieron de mucho a la hora de forjar una verdadera “escuela” de conquista, sentando las bases para las futuras aventuras en “Nueva España” y el descubrimiento y conquista del reino del Birú (Perú en Castellano). Se configuraba a partir de la energía feroz y la moderación muy inteligente, las características esenciales y más admirables del conquistador.

El autor menciona como primer gran conquistador a Vasco Nuñez de Balboa, quien descubrió y conquistó territorios que antes eran inhóspitos en el Caribe, además fue el primero en adentrarse al oeste del itsmo de Panamá descubriendo el mar del sur u océano pacífico. Tuvo problemas con la corona por su rebelión ante los jefes de la isla de Santo Domingo y fue finalmente asesinado, a pesar de haber sido un muy buen gobernador (temporal).

Luego hace mención al segundo gran líder de la Conquista: Hernán Cortés, hidalgo, con mucha más formación que Balboa, aunque éste fue su mentor a la hora de formar una empresa de conquista.

Se trataba de un político nato, muy astuto y que a través de una serie de estrategias inteligentes (hacerse amigo de los enemigos de Moctezuma, por ejemplo) le permitió la conquista del imperio más grande conocido hasta ese entonces: El Azteca (entre los años 1519 y 1522). Esta vez y contrario al caso de Balboa, Cortés a pesar de su insolencia con el gobernador de Cuba don Diego de Velázquez, fue nombrado gobernador y capitán general hasta que su voluntad así lo quisiese, con esto una fuerza gigantesca se edificaba en conjunto con el siempre significativo clero y el aparato burocrático castellano.

A continuación menciona la figura de Francisco Pizarro, quien se atrevió obstinadamente a cruzar los límites cercados por Balboa hacia el sector meridional de América. Desde 1524 comienza su travesía hacia el imperio del Tahuantinsuyo, que finamente entre 1532 - 1533 fue tomado su capital Cuzco luego de derribar a la cabeza del imperio, a pesar de la resistencia de un pequeño grupo de fieles al imperio Inca.

La conquista se complica en zonas inhóspitas como la región de la amazona y al sur de Chile, cuyo definitivo asentamiento nunca se llevó a cabo.

La conclusión es categórica: cuando existe menor brecha cultural (como lo fue en el caso de los Aztecas e Incas) la conquista asegura rapidez en el éxito de la conquista, sólo basta derrocar a su principal líder y el imperio queda a merced de los invasores, no obstante, cuando la distancia cultural entre los castellanos y los nativos es inmensamente mayor y sin figuras centralizadas de poder, la conquista se da de manera muy lenta y por lo general conlleva al fracaso (como fue el caso de los Araucanos y algunas aldeas de la cuenca amazónica).

El autor es claro al señalar que tampoco fue un asunto simple, los imperios contaban con grandes ejércitos y una fidelidad a su emperador muy acérrima, sin embargo el factor tecnológico de los castellanos fue preponderante a la hora de combatir; sus técnicas de guerra (tan efectivas en las guerras de reconquista), además de su instrumentos (Arcabuz y en general todo tipo de armas), el uso de animales como caballos y perros le daban una ventaja considerable, esto explica el por qué en tan poco tiempo y con tan escasos recursos belicosos los castellanos conquistaron vastos territorios. El instrumento más valioso del proceso de conquista para el autor, sin embargo, fueron los mismos aborígenes, cuya cooperación en todo ámbito de tareas (logísticas, de comunicación, de fuerza, trabajo, espías, aliados, etc.) fue rutilante.

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