Conquista De Mexico

La Conquista de México

Se refiere al sometimiento del estado mexica o azteca, a la caída de México-Tenochtitlán en poder de los conquistadores españoles, en lo que participaron activamente junto con los invasores, los pueblos avasallados por los mexicas.

Migración hispana a América y la Casa de Contratación

A partir del primer viaje de Colón se difundió ampliamente en España y Europa la existencia de presuntas riquezas en oro y otros metales preciosos en los nuevos territorios, trayendo como consecuencia una gran demanda de peninsulares como de europeos para emigrar a estos en busca de fortuna.

Para regular la migración y explotación de dichas riquezas se proclamó la “Ley de Rescate de Oro” que otorgaba beneficios a los españoles que viajaran a América para comerciar, debiendo pagar de sus ganancias el 20% (Quinto del Rey); con ello en 1503 se creó la Casa de Contratación a cargo del obispo de Burgos, Juan Rodríguez de Fonseca.

Los españoles basaban su riqueza en las encomiendas y en la explotación de los nativos a quienes se permitía esclavizar, pero debido a que la población nativa había sido diezmada por las campañas de conquista y las enfermedades, los colonos estaban ansiosos de conseguir nuevas oportunidades de medro.

Ya posicionada la Corona y asentados los primeros grupos de españoles y religiosos en la Isla La Española y Cuba, y posterior a la destitución en 1514 de Don Diego Colón y Moniz Perestrello, hermano menor de Colón, como almirante y gobernador de las islas del mar Caribe, el gobernador de Cuba Diego Velázquez de Cuéllar a partir de 1517, patrocina las primeras expediciones de conquista a tierra firme del continente americano.

Expediciones de conquista a tierra firme

Expedición de Francisco Hernández de Córdoba

El 8 de febrero de 1517 mediando al autorización de Velázquez y el permiso de los frailes jerónimos como requisito indispensable, Francisco Hernández de Córdoba con la finalidad de descubrir nuevas tierras para poblar, encontrar esclavos y gobernar, zarpa del puerto de Santiago al mando de tres embarcaciones y una tripulación de 110 hombres con dirección a Yucatán.

Habiendo desembarcado sostuvo varios enfrentamientos con los indígenas perdiendo en el primero de ellos a dos hombres, habiendo matado a quince nativos y capturando a dos indígenas a quienes apodaron Julianillo y Melchorejo, los que se convertirían en los primeros traductores del maya al español.

Después de sostener otro enfrentamiento donde perdió veinte hombres y resultando herido el propio Hernández de Córdoba, se vio obligado a dejar una de sus embarcaciones por falta de tripulación, regresando de esta manera a Cuba la accidentada expedición.

Expedición de Juan de Grijalva

El gobernador Velázquez organizó una segunda expedición con una flota de 4 embarcaciones, designando a su sobrino Juan de Grijalva como capitán general, con lo que hacia finales de enero de 1518 las embarcaciones zarparon de Santiago, arribando a la isla de Cozumel el 3 de mayo

Después de abandonar Cozumel llegaron a la Isla del Carmen en la Laguna de Términos, prosiguiendo su viaje hasta llegar a la región de Tabasco, en donde se apoderaron de cuatro mayas chontales, uno de ellos lo llamaron Francisco y sirvió como intérprete, enseguida descubrieron el afluente de río Grijalva, logrando rescatar oro de los naturales de la zona.

Posteriormente desembarcaron en Chalchicueyecan, lugar que fue bautizado como San Juan de Ulúa, donde también rescataron oro de los totonacas uno de los pueblos sometidos por los mexicas, al lugar llegaron los embajadores del huey tlatoani Moctezuma Xocoyotzin realizando intercambios de regalos, percatándose de la existencia de los aztecas o mexicas que dominaban la región, temidos y odiados por los pueblos sometidos.

Después de ser atacadas sus embarcaciones por los nativos huastecos en una incursión por el río Pánuco, emprendió el regreso a Cuba con una nave averiada haciendo lento el viaje, al ser recibidos por el gobernador Velázquez, este quedo impresionado por los resultados obtenidos mandando de inmediato notificar al obispo Juan Rodríguez de Fonseca y al rey Carlos I, acompañando el itinerario de navegación y algunos objetos de oro.

Expedición de Hernán Cortés

El gobernador consideró que su sobrino Grijalva había fracasado en su misión, por lo que nombró un nuevo capitán recayendo el cargo en Hernán Cortés, quién era alcalde de Santiago, firmando las capitulaciones e instrucciones el día 23 de octubre de 1519, temiendo que desde La Española o Jamaica alguien se adelantara a su empresa.

Repentinamente el gobernador cambió de opinión destituyendo a Cortés, sin embargo este decidió marcharse de Santiago haciendo caso omiso de ello, con lo que Velázquez se apersonó ante Cortés, el que rodeado de sus hombres armados, le dijo: «Perdonadme, pero todas estas cosas se pensaron antes de ordenarlas. ¿Cuáles son vuestras órdenes ahora?», ante lo cual no respondió y decidió retirarse.

La flota expedicionaria de Cortés estaba integrada por once embarcaciones al mando de los capitanes designados por el: Pedro de Alvarado, Alonso de Ávila, Alonso Hernández Portocarrero, Diego de Ordás, Francisco de Montejo, Francisco de Morla, Francisco de Salcedo, Juan de Escalante, Juan Velázquez de León, Cristóbal de Olid y Gonzalo de Sandoval.

La flota de Cortés zarpo de Santiago el 18 de noviembre de 1518 con dirección al occidente de la isla, haciendo escala en puerto de la Trinidad durante casi tres meses reclutando soldados, abasteciéndose de alimentos y pertrechos.

Finalmente Cortés pudo reunir quinientos cincuenta españoles (de los cuáles cincuenta eran marineros) y a dieciséis caballos. Además, desobedeciendo las instrucciones de Velázquez, llevó doscientos auxiliares, algunos eran nativos de la isla y otros eran esclavos de raza negra, logrando abandonar las costas de Cuba el 10 de febrero de 1519.

Cortés en Cozumel

Cortés llegó a la isla de Cozumel, donde envió a los intérpretes Melchorejo y a la esclava jamaiquina en busca de los jefes mayas de la isla, mandando decir que su visita era pacífica.

Tres días después se presentó ante Cortés el halach uinik señor de toda la isla, a quién Cortés le habló sobre el rey de España y la fe católica,

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