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La búsqueda Del Yo Latinoamericano

moisesygabriela19 de Enero de 2014

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La búsqueda del Yo latinoamericano: Cultura e Identidad

Por:

Moisés Cárdenas

Por más de tres o cuatro siglos, desde toda la historia, desde el primer momento de la conquista, los habitantes de este vasto territorio americano, se han preguntado ¿Quién soy? ¿Qué soy? ¿Qué puedo hacer? ¿Cuál es mi situación frente a toda esa gente que me rodea? Estas interrogantes son el camino a desentrañar las raíces, es una búsqueda hacia fuera y hacia adentro. Desde el alma de los latinoamericanos existe el tormento de saber “quienes somos”. Vivimos en una especie de “Torre de Babel”, en constante confusión. ¿Cuál es entonces, la situación de origen de América Latina? ¿A qué familia o grupo étnico pertenecemos? ¿Es sólo la cuestión étnica la que la define o va más allá? ¿Qué cosas se comparten y en qué se difiere del resto del mundo y entre latinoamericanos?

El hombre vive siempre rodeado de otros hombres, lo que determina de modo esencial sus características psicológicas tanto generales como idiosincrásicas. Según Jung, el desarrollo de la personalidad está destinado al descubrimiento del si mismo, el self, en un proceso de individuación. El Self es una realidad muy amplia, centro de toda la personalidad, distinto del Yo que es un instrumento de la conciencia. El self está relacionado con el amor propio, el narcisismo por el cual vamos integrando a nuestra personalidad la mirada del otro. Para Fernando Yurman el niño reconoce su self por medio de la mirada de su madre quien funde su persona con la imagen que devuelve el espejo. Elaboramos nuestra imagen de acuerdo también a experiencias adquiridas mediante las acciones y actitudes de los demás que van a conformar nuestro autorretrato. El autorretrato es la imagen de lo que un hombre es, lo que cree que hubiera sido, o lo que querría ser y lo que cree que los demás ven en él.

En este autorretrato, América ha dependido demasiado tiempo de la mirada del “otro”, teniendo muy poca autoestima por sí misma, su self, siendo esta ausencia la que la condena a seguir buscando su personalidad, su Identidad.

¿Por qué África no se pregunta quién es? ¿O Asia o Europa e incluso la misma América del Norte? Es posible entonces que a Latinoamérica le esté faltando en este autorretrato más observación de sí misma. África no se pregunta “quien es” porque no tuvo mezcla, mezcla que sí se produjo en América. El conquistador se superpuso, avasalló, pero no penetró ni cambió las costumbres y la cultura.

Por ejemplo, los ingleses que nacieron en la India cuando ésta era su colonia, fueron considerados ciudadanos ingleses aunque no hubieran nacido en territorio británico. En Asia, ocurrió lo mismo. La cultura prevaleció y aún hoy se observa este fenómeno, aunque su mundo se haya “occidentalizado” en ciertas prácticas. Mientras que en América, el “indiano” fue negado por España, y visto como ciudadano de segunda categoría.

Un hombre como Simón Bolívar en el Discurso de Angostura, fechado en 1819, expresó: …no somos indios, sino una especie media entre los aborígenes y los españoles…En ese mismo discurso señaló que: …debemos tener presente que nuestro pueblo no es el europeo, ni el americano del Norte, que más bien es un compuesto de África y de América, que una emanación de la Europa; pues que hasta la España misma deja de ser europea por su sangre africana, por sus instituciones y por su carácter. Es imposible asignar con propiedad a qué familia humana pertenecemos. La mayor parte del indígena se ha aniquilado, el europeo se ha mezclado con el americano y con el africano, y éste se ha mezclado con el indio y con el europeo.… todos difieren visiblemente en la epidermis; esta desemejanza trae un reato de la mayor trascendencia…Como habitante de este continente, él ya sentía la preocupación por una definición de identidad latinoamericana.

Con el pasar del tiempo esta misma búsqueda se va presentando entre los pensadores e intelectuales. El origen de Latinoamérica fue un producto de encuentros “más que étnicos”. Abarca también lo cultural. Como ocurrió en la Edad Media, con la caída del Imperio Romano y la invasión de los pueblos bárbaros que no solo ocuparon terreno sino que trajeron consigo su propia forma de vida, sus mitos y ritos, sus costumbres, su música, su arte, su forma de gobierno, creando ese mosaico de etnias que cambiarían el panorama europeo, así también en América se da, pero como mayor fuerza, como nunca se vio en la historia occidental.

La llegada del español que se encuentra con el americano nativo, donde en ese espejo no ve lo mismo, ya hay un choque que sobrepasa el hecho de la lengua, sin olvidar que el espacio geográfico impactó también en la psiquis y la conducta del conquistador. Este español que, acostumbrado a un espacio dominado, donde la naturaleza responde al capricho de sus deseos, donde no hay sorpresas en su hábitat y el paisaje cohabita con el cotidiano hacer; se encuentra con una naturaleza americana avasalladora, indómita, salvaje, exótica, exuberante y dueña de su escenario, donde los ríos, selvas, lagunas, montañas, nieves, flora y fauna dan lugar a una imaginación exacerbada donde lo fantástico de los mitos y leyendas medievales se hacen realidad, enloqueciendo sus mentes, dando como producto de esa locura conquistadores tiranos, despiadados, abominables, que destruyen todo a su paso en búsqueda de sus propios placeres y sueños trastornados. Tal es el caso de las campañas para alcanzar el famoso El Dorado.

Luego de este encuentro, Europa debe volver a autodefinirse al saber que no es el centro del mundo y que hay “otros”, la otredad a la cual debe reconocer. A partir de este primer encuentro hay pugnas, hay dudas, hay alteraciones. Los llamados “criollos” que eran hijos de españoles nacidos en América, ya tenían una inquietud sobre su identidad. ¿Son españoles? ¿Son americanos? Pero…son distintos a los nativos que también son americanos. Y sin embargo reciben el mote de “indianos”.

A pesar de esta duda existencial en América, no se debe olvidar la mirada etnocéntrica que Europa y en especial España siempre tuvo y tiene hacia estas tierras. Mirada equivocada ya que la misma España es una mezcla de etnias con la conquista árabe que duró setecientos años y que por supuesto dejó, no sólo el hermoso arte mudéjar, sino también grupos familiares compuestos por españoles y árabes, sin mencionar las comunidades judías que se convertían al cristianismo, y las palabras que aún hoy se utilizan, también aquí, como por ejemplo: algodón, almohada, aljibe, albahaca, ajedrez y ojalá.

Como segundo encuentro, el español, se unió al americano nativo. La piel ya cambió de color y las costumbres también. Se destaca el Inca Garcilazo que era hijo de un capitán español y de una indígena descendiente de la casa de los Incas. Este niño creció y fue educado entre las fronteras culturales del mundo incaico y el mundo español. Por los pasillos de su casa, Garcilazo hablaba quechua con la servidumbre y castellano con los frailes y soldados. ¿Qué dudas e inquietudes tenía este muchacho que agrupaba en su persona dos culturas, desde lo biológico y desde las tradiciones?

En su obra Comentarios Reales, se puede observar la búsqueda de fuentes directas para contar la historia, la otra historia que no había sido contada por los conquistadores. Es Inca Garcilazo el primer mestizo en preocuparse por dejar testimonio de la otredad a la cual pertenecía convirtiéndose para la crítica literaria en el precursor de la literatura latinoamericana.

En el capítulo XIX, escribe: … Demás de esto me contaban, como a propio hijo, toda su idolatría, sus ritos, ceremonias y sacrificios, sus fiestas principales y no principales y cómo las celebraban. Decíanme sus abusos y supersticiones, sus agüeros malos y buenos, así los que miraban en sus sacrificios como fuera de ellos…. Yo nací ocho años después que los españoles ganaron mi tierra, como lo he dicho, me crié en ella hasta los veinte años, y así vi muchas cosas, de las que hacían los indios en aquella su gentilidad, las cuales contaré diciendo que las vi…. Los condiscípulos, tomando de veras lo que les pedí, cada cual de ellos dio cuenta de mi intención a su madre y parientes, los cuales sabiendo que un indio, hijo de su tierra, quería escribir los sucesos de ella, sacaron de sus archivos las relaciones que tenían de sus historias y me las enviaron, y así tuve la noticia de los hechos y conquistas de cada Inca, que no es la misma que los historiadores españoles tuvieron, sino que ésta será más larga, como lo advertiremos en muchas partes de ella…

Notamos que el Inca Garcilazo es un hombre donde las dos culturas viven en él, y no desconoce el valor de ambas.

El tercer encuentro lo hace la llegada del negro. Ese negro africano trasplantado desde su propio continente, con sus ritos, su magia, sus costumbres, sus tradiciones, su música, su religión y su clima. Este negro pudo sentirse más cómodo en la zona del Caribe justamente por su clima y su naturaleza exuberante, tan parecida a la de su África natal. Pero también mantuvieron su cultura y la transmitieron entre ellos. Por la situación y semejanza en la clase social impuesta por el europeo de ser esclavos y el indio ser parte de la servidumbre, la mezcla entre ellos fue más frecuente. Aquí la piel y los rasgos se fueron modificando aún más.

La resistencia indígena, que provocaron los afamados “malones” donde mujeres españolas o criollas eran robadas, las luchas de la independencia que

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