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Malvinas, Significado Estratégico


Enviado por   •  8 de Abril de 2014  •  2.360 Palabras (10 Páginas)  •  344 Visitas

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Significado Estratégico de la Guerra de Malvinas:

A veinte años del Conflicto

*Por Jorge Castro

con la colaboración de Jorge M. Battaglino y Lucas Gonzáles.

El argumento central de este trabajo es que las premisas que guiaron las decisiones de los gobernantes británicos y las que usó la Junta Militar argentina difirieron en la interpretación estratégica del significado del conflicto. Entre la ocupación de las islas el 2 de abril de 1982 y el hundimiento del crucero Gral. Belgrano el 2 de mayo, las autoridades argentinas actuaron con la convicción de que el desembarco constituía el primer paso de una estrategia de negociación diplomática. Los británicos, por el contrario, consideraron desde el primer momento que la acción argentina era un acto de guerra.

El objetivo político argentino era generar condiciones para una solución diplomática destinada a recuperar la soberanía sobre las islas. Los objetivos británicos se centraban en defender los intereses de los residentes en las islas y castigar la agresión.

En este trabajo se desarrollaran los hechos que ponen en evidencia la posición que tuvo la Junta Militar durante el conflicto. En este sentido, la Junta en ningún momento pensó que los británicos fueran a responder con la fuerza militar. De la misma manera, tanto en etapa de planeamiento del desembarco como en el desarrollo posterior del conflicto, los jefes militares argentinos no creyeron en la posibilidad de triunfar en una confrontación militar frente a Gran Bretaña. Estas dos percepciones determinaron el proceso de toma decisiones de la conducción política y militar argentina a lo largo del conflicto.

El desembarco argentino

La Operación Rosario de desembarco en las Islas Malvinas fue llevada a cabo con un nivel muy alto de efectividad operativa. Sin embargo fue el único plan que existió durante toda la guerra. Era un plan que contempló un período de operaciones militares por un lapso de cinco días. Como sostiene el comandante de la operación de desembarco, contraalmirante Carlos Büsser:

“Este plan tiene final a cinco días del desembarco para dejar una guarnición de 500 hombres ¿por qué se cambió? Se cambió en el momento en el que los ingleses dijeron que mandaban una fuerza expedicionaria. Como mandaban una brigada, como de tres mil hombres para oponerse, los 500 hombres de Seineldín eran muy pocos. Y como la junta necesitaba negociar, quiso demorarles la operación, por lo que mandó otra brigada. Los ingleses, cuando tomaron conocimiento de que había una fuerza equivalente, decidieron mandar otra brigada; la junta dijo “vamos a compensar y mandamos otra brigada (...) Yo diría que la junta militar fue siempre forzada por la presión británica. Para muchos de nosotros, la sorpresa fue que los ingleses llegaran hasta acá. Usted militarmente no puede decir que no iba a pasar. A lo mejor se le veía muy poca probabilidad.”

El plan argentino de invasión había sido enteramente concebido como una ocupación pacífica y corta de las islas. La fuerza militar enviada tenía como objetivo tomar las islas sin producir bajas entre las fuerzas inglesas, y no fue concebida como una operación de gran envergadura.

El desembarco de las islas se realizó con la participación de los comandos anfibios de la Armada, el batallón N° 2 de Infantería de Marina y una compañía del Regimiento 25 del Ejército. Gran parte de las tropas de desembarco se retiraron poco después de la invasión, quedando apostados en las islas unos 500 soldados. A través de esta decisión, la Argentina demostraba que no tenía intenciones de combatir sino que, al dejar en las islas una guarnición simbólica, se proponía exclusivamente llevar a Gran Bretaña a la mesa de negociaciones.

Tal como lo afirma el Almirante Harry Train, “el Operativo Rosario fue planeado e inicialmente ejecutado como una ‘invasión diplomática’. Como un aguijon de las atascadas negociaciones con los británicos sobre la soberanía de las islas. La operación nunca fue intentada como una operación de combate.”

Sin embargo, el 14 de junio de 1982, el día de la rendición de las tropas argentinas, había 14.000 soldados argentinos desplegados en las islas. Ahora bien, en la Bahía de San Carlos, donde desembarcó la expedición británica que había zarpado del puerto de Southampton, había solamente un destacamento de 70 soldados, cuatro oficiales y un grupo de 10 suboficiales dirigidos por el Teniente Primero Esteban. Es de suponer que si las fuerzas argentinas hubiesen adoptado un despliegue ofensivo emplazando un regimiento con artillería en el área, las tropas inglesas no hubieran podido desembarcar y en el caso de hacerlo el costo militar del desembarco hubiese sido mucho mayor.

Percepciones estratégicas de los actores

Como se sostuvo anteriormente, para el poder militar argentino que tomó las islas, su ocupación era un paso más en una estrategia de negociación diplomática. En cambio, para Gran Bretaña, la ocupación de las islas representó el comienzo de la guerra, sobre todo para la visión de la Primer Ministro Margareth Thatcher.

Argentina no previó la guerra, ni pensó que el desembarco era el primer paso de una guerra. Por lo tanto, la estrategia militar argentina estuvo determinada por esta concepción política. Tal como sostienen Lawrence Freedman y Virginia Gamba “Argentina no creyó que Gran Bretaña recurriría a la acción militar.” En ningún momento la Junta Militar desarrolló planes que contemplaran una defensa a ultranza de las islas o una estrategia militar de contraataque. Por esta razón el desembarco británico se realizó sin resistencia terrestre, aunque fueron hundidos dos barcos por la aviación argentina.

En el libro Señales de Guerra se remarca que: “la lógica política argentina llevaba a la idea del desgaste, no a la del contraataque, la ocupación de las islas no fue otra cosa más que una forma de negociación diplomática”.

La diferencia fue la posición de la Primer Ministro Margaret Thatcher que decidió utilizar desde el principio todo el poderío militar británico para reconquistas las islas por la fuerza.

En términos estratégicos, el punto fundamental del conflicto radica en la forma en que una crisis escala a un enfrentamiento bélico por la disparidad en las percepciones de los contendientes. Las dos partes desarrollaron diferentes significados

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