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Nen La Inutil Ensayo


Enviado por   •  12 de Marzo de 2015  •  1.567 Palabras (7 Páginas)  •  655 Visitas

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Las personas son, por naturaleza, desagradecidas. Los mexicanos no somos la excepción, lo hemos demostrado durante años con el patriotismo hipócrita que se despliega en cada fiesta patria, pero nada se puede comparar con el desdén que se tiene por el México antiguo. Mucho se ha hablado de la guerra en la que los ciudadanos de México-Tenochtitlan entregaron sus tierras (esa a la que muchos llaman conquista) a los españoles que llegaron con el afán de apropiarse tierras y riquezas. Se han lamentado las tierras, el oro, la humillación de la derrota que se pudo haber evitado tan fácilmente, no por nada los mexicanos tenían fama de guerreros. Sin embargo hay algo más que se perdió algo aun más importante, algo que no se defendió incluso más que las tierras, algo que incluso hoy en día sigue vigente. No tanto como se debería, no tanto como se podría, pero que se sigue aferrando a las personas que se lo permiten. Se perdió el rostro. El rostro guerrero de los mexicanos, ese que definía a un pueblo, la fama que llego hasta el otro lado del mar. Las antiguas civilizaciones apreciaban su rostro por sobre todo, pues su rostro era su ser, sus conocimientos, su esencia, su flor y su canto.

La flor y el canto, la razón de ser de una civilización, su música, su historia, su cultura, su vida “el arte y la poesía” , el conocimiento y las costumbres que caracterizaban a la sociedad. Los mexicanos contaban con un vasto jardín y un repertorio casi inagotable, algo de lo que estaban orgullosos, como lo demostraban en sus rituales, en sus fiestas y es su vida en general. Algo que ellos ya temían perder, fue por eso que lo cuidaban tanto, que les preocupaba. Pues ¿qué es de una sociedad sin rostro? Ellos lo pueden explicar mucho mejor:

¿Sólo así he de irme como las flores que perecieron?

¿Nada quedará en mi nombre?

¿Nada de mi fama aquí en la tierra?

¡Al menos flores, al menos cantos!

¿Qué podrá hacer mi corazón?

En vano hemos llegado

en vano hemos brotado de la tierra.

¿Quién iba a decir que estaban tan acertados? Después de todo lo único que queda hoy en día de ellos no es más que flor y canto, los vestigios de una civilización que aunque trascendió al tiempo, no lo hizo sino como un recuerdo de grandeza momentánea. Que en algunos casos ni a cantos pueden aspirar, de flores ni se diga. Mucho se debe a la colonización española que en un desesperado intento por la conquista religiosa marchito las flores y calló los cantos de los mexicanos.

Para muchas civilizaciones sus tradiciones son importantes. Nuestros padres y madres valoraban la flor y el canto (términos que podemos modernizar a la cultura y las tradiciones). Al folklore que define a una cultura, eso que tanto enorgullece, lo que se presume al hablar de sí misma, Esos lugares que son los primeros en ser visitados por los aires de tradición que inundan el cuerpo y el alma con solo respirar su aire. La esencia de una tradición, la sazón de toda una raza.

Hay muchas cosas que se pueden discutir acerca de Nen, la inútil, el sentido histórico (no tanto porque sea una obra histórica, que no lo es, sino por el uso de datos históricos en la narrativa, que le dan un sentimiento de realismo difícil de explicar), el choque de culturas, la maravillosa manera en que Solares decide presentarnos a la protagonista, a quien hace bailar de forma tan natural ante los cantos que para muchos estaban olvidados. Pero, el aspecto que más sobresale es, sin duda, el entorno de Nencihuatl. Una joven a quien le fue dado el don de la vista, pero no de una vista cualquiera. Ella tiene una vista que ve más allá de lo que le rodea. Sus visiones le consiguen un lugar en el palacio, alejada de su familia, quienes no querían tenerla cerca por el des confort que significaba para ellos su presencia, después de todo sus visiones mantenían a toda la familia despierta, al punto que la dejaron fuera de la casa en algunas noches. Ella es una vidente espacial, una que ni siquiera necesita de hongos para poder ver lo que va a pasar a la distancia.

Quizá no sea fácil imaginar o concebir la idea del arte y la poesía antigua en una obra moderna. No obstante, Solares nos da una visión poco común en estos

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