Peronismo
malvinitas29 de Septiembre de 2014
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Tema: EL PERONISMO
Introducción:
El peronismo es, sin duda, un antes y un después en la historia argentina. Amado y odiado, fue como lo definiera John W. Cooke, el "hecho maldito del país burgués". Su historia es la de un hombre de Estado, formado en la tradición militar, que alteró el orden político y social. De una forma particular, abrió las puertas de las instituciones del país a los trabajadores argentinos. Llegando al poder en 1943, de la mano de un golpe de estado, dio impulso a un movimiento popular y obrero que tuvo el indeleble sello del estado nacional. La confluencia de diferentes sectores sociales en un mismo espacio político produjo un movimiento contradictorio y zigzagueante que alteró la tradicional forma de comprender la política como espacios de izquierda y de derecha. Lo nacional y lo antinacional se transformaron en las principales divisorias de aguas. Perón comprendió cabalmente el movimiento que se había conformado detrás de él. Era, ante todo, un hombre pragmático. Esto explica que, con sus definiciones acerca de lo que concebía como el "justicialismo" –tal como se evidencia en la frase seleccionada-, lograra integrar a diferentes grupos sociales.
Juan Domingo Perón
Político argentino (1895-1974), fundador del peronismo (movimiento político actualmente aglutinado en el Partido Justicialista), presidente de la República (1946-1952; 1952-1955; 1973-1974) y una de las figuras latinoamericanas más destacadas del siglo XX, que llevó a cabo importantes cambios en la política de Argentina.
Nació en Lobos (provincia de Buenos Aires) el 8 de octubre de 1895, y estudió en el Colegio Militar (1911-1913) y en la Escuela Superior de Guerra (1926-1929). En 1930 participó en un levantamiento militar que derrocó al presidente Hipólito Irigoyen, y fue nombrado secretario privado del ministro de la Guerra (1930-1935). Más tarde impartió clases en la Escuela Superior de Guerra, pasó un año en Chile como agregado militar, publicó cinco libros sobre historia militar y viajó a Italia para estudiar métodos militares alpinos. A su regreso a Argentina en 1941, Perón, admirador del dictador fascista italiano Benito Mussolini, fundó el Grupo de Oficiales Unidos (GOU), que en 1943 protagonizó un golpe de Estado que depuso a Ramón Castillo y procedió a transformar el movimiento sindical, debilitando la influencia que ejercían sobre él los partidos de izquierdas, para lo que promulgó nuevas leyes, reformó las existentes y creó nuevos sindicatos. Alcanzó popularidad entre las clases obreras, pero según crecía su poder —fue nombrado vicepresidente de la República además de ministro de la Guerra— aumentaba la oposición entre las Fuerzas Armadas. El 9 de octubre de 1945 fue obligado a dimitir de sus cargos, siendo detenido y encarcelado. La dimisión de Perón provocó una crisis de gobierno que fue resuelta el 17 de octubre, cuando sus seguidores sindicalistas, especialmente la Confederación General del Trabajo (CGT), lograron su puesta en libertad. Cuatro días más tarde, Perón, que era viudo, se casó con su compañera, María Eva Duarte, más conocida por el nombre de 'Evita'.
Tras una campaña electoral represiva y violenta, Perón fue elegido presidente en 1946, con el 56% de los votos. Creador de su propio movimiento, el peronismo, siguió políticas sindicalistas, nacionalistas y populistas, con la ayuda de su esposa, que pasó a ser un destacado miembro influyente, pero informal, de su gobierno. Sin embargo, a principios de la década de 1950 comenzaron a disminuir las ventajas de que gozaba la clase trabajadora de las ciudades. La muerte de Evita (1952), las dificultades económicas, la creciente agitación laboral y la excomunión de Perón por parte de la Iglesia católica debilitaron aún más su gobierno. Su derrocamiento a manos del Ejército, en 1955, fue reflejo del rechazo popular a su gobierno dictatorial. Sin embargo, durante sus 18 años de exilio, Perón contó con la adhesión de los sindicatos y su influencia en la política de Argentina, apoyando a sus seguidores en su intento por alcanzar el poder. Finalmente, se le permitió regresar a Argentina, una vez que los peronistas, agrupados en el Frente Justicialista de Liberación, vencieron en las elecciones presidenciales de 1973, y fue reelegido presidente, con su tercera esposa, María Estela Martínez de Perón, como vicepresidenta. Murió, en el ejercicio de ese cargo, el 1 de julio de 1974, sustituyéndole al frente de la presidencia su esposa.
Orígenes del peronismo
Cambios políticos y sociales
En la etapa comprendida entre 1943 y 1946 –iniciada por el golpe militar del 4 de junio– se produjeron importantes cambios en la situación política y social de nuestro país. En esos años se fueron acentuando las diferencias ideológicas y los enfrentamientos dentro de las Fuerzas Armadas.
Durante la presidencia del general Farell se fue consolidando dentro del gobierno un sector nacionalista del Ejército, liderado por el coronel Juan Domingo Perón. Este sector planteaba la necesidad de un desarrollo industrial independiente y la plena incorporación de los trabajadores en el sistema político.
Perón representaba a una línea más flexible y de mayor apertura ante los problemas sociales. La nueva Secretaría de Trabajo y Previsión –creada por iniciativa del coronel Perón– produjo cambios fundamentales respecto de los gobiernos anteriores, tendientes a establecer una relación más fluida con el movimiento abrero. Para lograr tal objetivo se sancionaron una serie de reformas en la legislación laboral. Las principales medidas fueron:
a. El Estatuto del Peón, que estableció un salario mínimo y procuró mejorar las condiciones de alimentación, vivienda y trabajo de los trabajadores rurales.
b. El establecimiento del seguro social y la jubilación que benefició a 2 millones de personas.
c. La creación de Tribunales de Trabajo, cuyas sentencias, en líneas generales, resultaron favorables a las demandas obreras.
d. La fijación de mejoras salariales y el establecimiento del aguinaldo para todos los trabajadores.
e. El reconocimiento de la asociaciones profesionales, con lo cual el sindicalismo obtuvo una mejora sustancial de su posición en el plano jurídico.
Las reformas continuaron en 1944. Estas reformas impulsadas por Perón trajeron como consecuencia un acercamiento político entre el Estado y el movimiento obrero. El apoyo a estos cambios provino de diferentes sectores del sindicalismo. Una gran parte de los viejos obreros –nucleados en los gremios conducidos por los sindicalistas revolucionarios y socialistas– y la casi totalidad de los nuevos obreros –sin una alineación política definida– se pronunciaron a favor de la nueva política social. Esto fue el inicio de la formación de un bloque social y político constituido por una gran parte de los trabajadores y sus organizaciones sindicales y un sector nacionalista del ejército.
Al mismo tiempo que se iba constituyendo esta alianza, también crecía el descontento y la oposición de los terratenientes y de los grandes empresarios a la política social de Perón.
Los sectores oligárquicos que se beneficiaban del modelo agrario exportador comenzaban a agrupar sus fuerzas para resistir la política de reformas sociales. También se convertiría en el germen de otro bloque social y político, que agrupó a los terratenientes, grandes empresarios y a los sectores medios.
Ante la profundización del enfrentamiento social entre las organizaciones obreras y empresariales, se aceleró el acercamiento político entre Perón y el sindicalismo. Además, Perón iba ganando coda vez más poder dentro del gobierno, llegando a ejercer simultáneamente la Secretaría de Trabajo, el Ministerio de Guerra y la Vicepresidencia.
El 17 de octubre
Ante la ofensiva de la oposición, la mayoría de los militares que integraban el gobierno de Farell creyeron que era necesario deshacerse del sector político liderado por Perón, considerado el más irritante por la oposición y muy peligroso por su avance sobre distintas áreas del Estado. Para ello exigieron a Perón la renuncia a sus cargos y lo llevaron detenido a la isla Martín García.
Frente a estos hechos, la agitación creció en el seno del movimiento obrero. Entre los trabajadores existía la convicción de que la caída de Perón significaría el triunfo de los sectores capitalistas y la posibilidad de perder las conquistas sociales obtenidas. Por ello, el 17 de octubre de 1945, al conocerse la renuncia de Perón, los obreros comenzaron a movilizarse en distintos lugares del país. No sólo hubo paros y manifestaciones espontáneas, sino que muchos gremios –en el Gran Buenos Aires, Rosario, Tucumán– declararon en los hechos una huelga general, desbordando a la conducción de la CGT que la había convocado para el 18 de octubre. La movilización de las masas obreras consiguió la liberación de Perón y aseguró la continuidad de sus conquistas sociales.
El primer gobierno de Perón
La justicia social
La planificación económica del Estado procuró una mayor justicia social, a partir de mejorar las condiciones de vida de los trabajadores y alentar el desarrollo industrial reclamado por los empresarios. La política económica procuró una redistribución de la riqueza, ya que elevó el poder adquisitivo de los trabajadores, aumentando el nivel de empleo y los salarios.
La participación del sector asalariado (obrero-industrial) en la distribución del ingreso nacional creció entre 1944 y 1950, del 44,8% al 58%. Los salarios experimentaron un notable aumento, por lo que los trabajadores
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