Proceso migratorio forzado - Exilo de Argentina a España (1976-1983)

                   Proceso migratorio forzado

       Exilo de Argentina a España (1976-1983)

          Partimos de la definición de exilio como un mecanismo de exclusión institucional mediante la expulsión del territorio Nacional, la relegación, el extrañamiento, la deportación u otra forma legales. Se pone en juego cuando pertenece a la comunidad en la que uno naca ya no es una cuestión partidaria y el no pertenecer a ella ya no es cuestión de elección.

           Pensándolo desde la perspectiva filosófica-política la observamos como la ruptura de las obligaciones política de los gobiernos con sus ciudadanos.  

Inicios del exilio en la argentina

          A partir del golpe de estado que derroco a la viuda de Perón, el 24 de marzo de 1976, se instrumento una represión sistemática y organizada sobre diferentes sectores sociales de la sociedad argentina: Militantes políticos y sindicales, obreros, estudiantes fueron objeto de sus políticas terroristas una de ellas fue la implementación de un sistema de desaparición de personas. Eliminando al “enemigo”, no solo se erradicaba la subversión y garantizaba el orden interno sino que a través del terror, el miedo, la junta militar imponía sus reglas a la sociedad. A su vez instalaron un modelo económico basado. A su vez Instalaron un modelo económico basado en la en tres pilares importantes,  liberalización, modernización y apertura de la economía cerrada y un programa de estabilidad. El aumento de le la deuda externa, la fuga de capitales, la concentración de capitales en grandes empresarios, la desindustrialización fueron las características del mismo que dio lugar a los gobiernos neoliberales de la década del 90.

        El resultado de estas políticas fue el inicio del fenómeno exilio. Se calculo que las mayores salidas se produjeron entre el año 1975 y 1977, sin embargo no es posible cuantificar las cifras, ya que muchos documentos fueron quemados y la censura de la libertad de expresión en estos años hace imposible estimaciones fiables

        Algunos investigadores se han ocupado de la temática y estipulan que entre 1970 y 1980, fueron 339.329 los individuos que se marcharon del país. Mientras otros sostienen que se aproximan al medio millón

       Respecto a quienes son los que participan, en realidad hay que señalar un espectro muy amplio, involucrando desde militares políticos y sindicales, peronistas y de las distintas izquierdas- armadas o no-profesionales, intelectuales, hasta una gran cantidad de individuos sin militancia política significativa, simplemente aquellos que contaban con alguien entre el núcleo de amigo que podia ser catalogado como subversivo y que sintieron miedo al observar la persecución que se había desencadenado.

      Hacemos referencia al término subversivos ya que diferentes grupos apoyaban a la dictadura resaltando al periodo anterior (peronismo) como violento, subversivo, desbordado, demagogo, populista y coincidían en la necesidad de implementar un gran plan represivo para reordenar el país. Esta función debería ser llevada adelante por las fuerzas armadas quienes deberían aniquilar cualquier foco subversivo de oposición y devolver al país  la paz y la tranquilidad perdida.

      Por otro lado respecto a las fechas en que se realizaron estos exilios, es difícil se establecer aunque resulta obvio que fueron después posterior al golpe militar. Al ser una decisión personal, secreta, que se producía sin que existiese ningún tipo de grupo organizado que ayudase a la partida, que cada uno valoraba su situación y determinaba el momento de marcharse, se podría afirmar que el entorno se había tornado tan peligroso que se hacia necesario huir a otro país.

España como el destino de los argentinos

        España se convirtió en el destino más importante, por obvias razones de proximidad lingüística y cultural por que históricamente se habían tejido lazos sociales y familiares entre ambas sociedades, y también por que los huidos evitaron los países limítrofes. Políticamente España en estos años estaba recuperando la democracia y jugo un papel solidario con el pueblo argentino ya que importantes sectores de la sociedad española racionan proclamando su condena y su preocupación por la violación de los derechos humanos. Un ejemplo muy ilustrado fue el informe de la comisión argentina por los derechos humanos que en Madrid en marzo de 1977, edito el productor y director de cinematografía, Elías Quejeta. Dicho informe denominado “Argentina: Proceso al genocidio”. Describe las prácticas de terror ejercidas por la dictadura, entre ellas la desaparición de personas, utilizando en algunos casos testimonio que habían conseguido sobrevivir a las detenciones.

        Si bien es muy difícil determinar el numero de argentinos que escogieron España, durante el exilio, algunas estimaciones señalan que hacia 1984 había alrededor de 42.000 argentinos, que se repartían el 45% en Madrid, el 50% en Cataluña, mientras que los restantes se distribuían por distintas autonomías.

        Generalmente accedían a España como turistas, tramitando posteriormente su residencia. Al cabo de dos  de contar con un permiso de residencia podían solicitar la nacionalidad española. Inclusive por el convenio bilateral existente entre España y argentina accedían a dicha nacionalidad manteniendo la conseguida en el país de origen.

La usurpación de la Identidad

       Sin omitir que el exilio comporta una marca inicial de violencia, es innegable que las salidas antes y durante la dictadura comportaron un amplio abanico de situaciones particulares. Marcados por la heterogeneidad, aglutinaron casos muy distintos, gente muy diversa, en cuanto a ideas, militancia política, formación cultural, expectativas, adscripción generacional. Y esto explicara que experiencia de estar lejos del país fueron vividas, sufridas, soportadas y procesadas de maneras muy diferentes.

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