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Enviado por   •  8 de Junio de 2015  •  8.486 Palabras (34 Páginas)  •  210 Visitas

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INTRODUCCIÓN

"Los Perros Hambrientos" de Ciro Alegría, es una de las obras programados para su lectura y análisis en el curso de Comunicación II del segundo ciclo de Derecho de la Universidad "Cesar Vallejo"-Filial Chimbote.

La lectura y análisis de la obra permite conocer cómo siente y cómo se comporta el hombre andino de esa época, ante la lucha diaria por vencer a la agreste naturaleza; de cómo el campesino ama a su tierra, vive y muere por ella. Se plantean las antagónicas relaciones humanas entre los mundos opuestos, que no es solamente el de los hombres y el de los perros, sino igualmente el de los propietarios y los desposeídos, el del pueblo y los funcionarios de un Estado oligárquico, el de los indios y los hispanos, el de los marginados huidos de la ley y la policía.

Pero sobre todo la novela aborda el tema del hambre y su influencia entre los hombres en su relación con la naturaleza y con los animales, simbolizados éstos en los perros. Como los humanos, también los perros se vuelven malos ante el hambre y hasta llegan a odiarse, matarse y devorarse entre ellos. El hambre atrapa y desquicia todas las vidas, enfrentándolos con gran crudeza: "Comenzaron a deslindarse fronteras entre hombres y animales, entre hombres y hombres, y animales y animales [...] Este fenómeno lo conocen bien los gobernantes y patrones -amos de calibre mayor-".

Asimismo, la lectura y análisis de la obra permite enfocar el problema en la actualidad. El problema de la tierra, los animales, la sequía, el hambre y sus gobernantes son los mismos; sin embargo, ahora ante la adversidad el campesino sale de su tierra hacia la gran ciudad en busca de mejores horizontes; encontrándose con nuevos problemas y generando nuevos problemas, como falta de empleo, la migración, el despoblamiento de las zonas andinas, escasez de alimentos porque la tierra no se trabaja, un Estado que no puede solucionar los problemas sociales y económicos por encontrarse sobredimensionado.

El contexto de la novela es el mismo en nuestra época, sólo han variado algunos elementos; la injusticia se ha dado antes, se da hoy y se dará siempre. De las nuevas generaciones depende la intensidad de ésta.

Argumento de la Obra

Ciro Alegría empieza describiendo la vida cotidiana de una familia campesina de pastores y agricultores andinos en la serranía norte del Perú, entre el páramo andino y la cordillera, y termina devolviendo la paz perdida por la sequía, en donde el hombre desempeña un papel pasivo frente a los designios de la naturaleza.

Todos los elementos de la novela, la naturaleza, como los animales, como las personas, son crudos. Hay que desafiar una prolongada sequía.

Cuentan historias sobrecogedoras y trágicas como la del cura que enloquece de amor y en vez de dejar en la paz del sepulcro a su amada, la desentierra, desgaja su cuerpo y con una canilla construye una quena que toca enloquecido hasta morir junto al cadáver putrefacto. Se desata una bella, pero también trágica, descripción de una tormenta andina, llega la noche y, con ella, la angustia, en medio de la oscuridad, de ser asaltados por pumas y zorros.

Si la naturaleza es inmisericorde, el hombre no le va a la zaga. A un campesino la gendarmería lo arranca del hogar para enrolarlo en el servicio militar obligatorio y no regresa nunca. Cuando llega la sequía, su esposa va en busca de comida y deja a su hijo al cuidado de un perro y de una oveja. Esta es robada una noche y, al no retornar la madre, el niño se echa al camino y muere de hambre, mientras el perro lo salva de ser devorado por los cóndores.

Un indio expoliado de sus tierras, llega hasta una imagen católica sagrada y quita de la mano de la efigie unas pocas espigas que la adornaban para comérselas crudas, en medio de su atormentada conciencia. Otro día su hija encuentra los despojos de la oveja que unos perros han comido y se los lleva a su casa y aunque con ellos alimenta a su familia momentáneamente, muere también con el estómago vacío.

Las pequeñas desgracias aproximan a la más grande de ellas, la sequía y el hambre. Ante la desesperación, los hombres se mataban en las tomas de agua disputándose a tiros y puñaladas el escaso caudal que lograba reunir el río. Los perros al ser condenados a media ración de alimentos por sus dueños empiezan a vagabundear de noche en busca de comida. La encuentran en las jugosas mazorcas de maíz en una chacra del hacendado, pero los propietarios les tienden una trampa y mientras uno de ellos cae atrapado por una gran piedra otros son cazados a balazos.

Ante la furia de la naturaleza, el hombre ahoga con sus propias manos a los cachorros recién paridos por su perra, roba las semillas y las esconde porque no importa que la gente muera de hambre: lo que no debe morir nunca es la semilla.

Pero las calamidades naturales no atacan a todos igual. También aquí hay clases sociales, incluso entre los perros. Aun cuando la sequía vuelve peligrosos, vagabundos y hambrientos a todos los perros de los campesinos y en su mayoría terminan muertos, la suerte de los canes de la hacienda es diferente. En primer lugar disfrutan de una condición de privilegio, no se sabe si la comida les escasea, pero sí se oyen de vez en cuando sus ladridos altaneros y prepotentes. En una clara toma de partido por los perros pobres, Alegría siempre pinta a los otros como asesinos.

Los hambrientos acuden a la casa del patrón y le exigen desesperadamente algo de comida y que, por favor, el encargado del cementerio no les cobre por los entierros para que las almas de los difuntos, que crecen día a día, se puedan salvar. El patrón, dice que no puede meterse en las cosas de la iglesia, ni tampoco darles comida, porque no queda nada, ante lo cual deciden invadir la despensa. Les recibe una descarga de balazos, tres campesinos caen acribillados y los demás huyen.

Pasan largos meses hasta que llega la lluvia. Han muerto muchos hombres y muchos perros, pero la vida renace y un campesino superviviente rescata las pocas semillas que ha arrancado al hambre. Con la lluvia vuelve de nuevo la vida y, sobre todo, la comida.

Tema Poético

La novela aborda el tema del hambre y su influencia entre los hombres en su relación con la naturaleza y con los animales, simbolizados éstos en los perros. Como los humanos, también los perros se vuelven malos ante el hambre y hasta llegan a odiarse, matarse y devorarse entre ellos. El hambre atrapa y desquicia todas las vidas, enfrentándolos con gran crudeza: "Comenzaron a deslindarse fronteras entre hombres y animales, entre hombres y hombres, y animales y animales [...] Este fenómeno lo conocen bien los gobernantes y

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