Teoría marxista de la dependencia en el periodo formativo del capitalismo argentina
LautaroucalpDocumentos de Investigación18 de Octubre de 2018
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Teoría marxista de la dependencia en el periodo formativo del capitalismo argentino
Lautaro Marcotti
Universidad Católica de La Plata, Argentina
Abstract
“...la burguesía mete a todas las naciones, inclusive a las más bárbaras, en la civilización. Los precios baratos de su mercancía son la artillería pesada, con la cual derriba las murallas de China, con la cual hace capitular a la xenofobia más tenaz de los bárbaros. Obliga a todas las naciones a imitar el sistema de producción de la burguesía, so pena de desaparecer; las obliga a introducir la sedicente civilización, es decir, a volverse burguesas..”
Karl Marx, Grundrisse (pág 206)
La teoría de la dependencia ha sido y sigue siendo una referencia obligada al estudiar el desarrollo de los países latinoamericanos y su inserción en el sistema internacional. Por ello el trabajo busca, luego de establecer las bases de dicha teoría en su variante marxista, limitar el estudio del caso argentina al periodo conocido como la argentina oligárquica considerado desde 1879 a 1930, así podremos trabajar de forma pormenorizada el periodo de la consolidación del capitalismo argentino. Como ejes centrales para su exposición se tomarán tres hechos que referencian el periodo como lo son: la inmigración y la migración en el territorio, la conquista del desierto y la penetración de los capitales extranjeros en la economía. Estos tres elementos hacen, por otro lado, a la elección del recorte histórico a analizar ya que son pilares fundamentales del afianzamiento del capitalismo argentino y su introducción al sistema mundial de forma dependiente.
Introducción
La teoría de la dependencia surge como una respuesta a las fallas de lo que en América Latina podemos llamar el estructuralismo cepalino (CEPAL), que basaba sus premisas en que el mundo estaba constituido por países desarrollados y países aún no desarrollados, es decir, mostraban al subdesarrollo como una etapa previa al desarrollo (plausible del alcanzarse autónomamente) e independiente de este. De esta forma promueven la aplicación de políticas desarrollistas que se centraban en un proceso de industrialización pesada que llevará a los países latinoamericanos a un nivel de desarrollo similar al de los países del norte. En Argentina este proceso tuvo su materialización en el gobierno de Arturo Frondizi donde se tomaron medidas de esta índole como las leyes de inversiones extranjeras y de promoción industrial y los contratos petroleros para lograr el autoabastecimiento del país.
Ya hacia fines de los años 60 el fracaso de este modelo de desarrollo industrial y dependiente era evidente, por lo que un grupo de estudiosos latinoamericanos cercanos a la izquierda, que luego de la Revolución Cubana hacia su aparición como un salida posible a la crisis, se propuso investigar para explicar las fallas de la mirada cepalina y dar una mirada latinoamericana a los problemas del proceso de desarrollo. Es en este contexto que surge la teoría marxista de la dependencia[1] bajo los escritos de Theotonio Dos Santos, Ruy Mauro Marini, y Vania Bambirra, entre otros, los cuales plantean que el desarrollo y el subdesarrollo son dos caras de la misma moneda y se encuentran íntimamente relacionados históricamente. Tomando la separación de otros teóricos sobre países centrales y países periféricos mostrarán bajo diferentes conceptos como el de dependencia, superexplotación o formación social extravertida (luego serán brevemente explicados) la transferencia de excedente que se realiza desde la formaciones periféricas a las formaciones centrales y la unión de intereses y objetivos entre la burguesía periférica y las formaciones centrales en su conjunto. Claro está que ambos procesos se enmarcan en el sistema capitalista mundial que funciona de garante de las relaciones desiguales entre las formaciones sociales y rige la lógica general de los actores en todos los planos.
La pregunta general que desarrollan los autores de la dependencia es ¿cómo escapar a la rueda de hámster que propone el sistema para el subdesarrollo? ¿como rehuir a la lógica de la dependencia para comenzar cualquier proceso de crecimiento? Aunque no tocaremos el tema en escrito podemos dejar asentado que la respuesta que ofrecen los autores dicho es el socialismo.
Marco Teórico
Como ya hemos adelantado los conceptos fundamentales que utilizaremos en el análisis para el periodo que nos toca analizar serán los de dependencia, superexplotación y extraversión económica. La elección de los conceptos no se dan de manera azarosa sino en función de su contenido pertinente a la explicación de procesos de se sucedieron en la formación del capitalismo argentino.
Sin dudas, no podemos dejar de observar que los comienzos del capitalismo argentino se retrotraen a la explotación colonial aun en sus fases primitivas y más cercanas a un modo de producción feudal o como explica Ernesto Laclau a un modo mixto de producción generado en toda América Latina donde la explotación del trabajo se realizaba dentro de una relación de servidumbre y la comercialización del excedente se introducía en la circulación libre capitalista. A efectos de estas observaciones André Gunder Frank generaliza los comienzos del capitalismo latinoamericano en dos sentencias:
“-La conquista colocó a América en una situación de creciente subordinación y dependencia económica colonial y neocolonial con respecto al sistema mundial único del capitalismo comercial en expansión
-Esta relación colonial y neocolonial con respecto a la metrópoli capitalista ha formado y transformado la estructura económica y de clases, e inclusive la cultura, en el seno de la sociedad latinoamericana, haciendo que esta estructura nacional se transforme como consecuencia de los periodos cambios de las formas de dependencia colonial” (Frank, pág 45)
Si bien, como observa el autor, la introducción en el sistema mundial de forma dependiente de los países periféricos se da ya a comienzos del periodo colonial, este se manifiesta con grandes niveles de utilización de medios extraeconómicos para forzar el proceso en vistas de las ganancias de los países centrales. Por esta razón consideramos el periodo del imperialismo como en el que se produce los mayores avances hacia inserción internacional con un grado menor de medios extraeconómicos, en particular coercitivos, en juego y como la emergencia de la aparición de una burguesía periférica que ve beneficios netos en esta introducción en el ámbito internacional y que buscara conscientemente la creación de un sistema capitalista nacional en todo el territorio.
En miras de este proceso es que el trabajo se centrará en la formación socio-económica argentina en los años del imperialismo comprendidos puntualmente en lo que se llama “la argentina oligárquica” en referencia a esa burguesía naciente que se encargará de crear un país a su imagen y semejanza.
La dependencia, definida por Theotonio Dos santos como “la situación en la que algunos países pueden expandirse por su propia iniciativa, mientras que otros, que están en una posición de dependencia, pueden expandirse sólo como reflejo de los países dominantes, lo cual puede tener efectos negativos o positivos en su desarrollo inmediato” (Dos Santos, pág 289) se conforma en el territorio argentino, en nuestra visión, completamente solo aquí y desde aquí en adelante. El contenido de la dependencia siempre es dado por la estructuras dentro de la formación económica que son condicionados por la misma, como el factor trabajo con su respectiva explotación, organización y circulación en manos de las clases oligárquicas y particularmente la superexplotación que se da en el periodo ya que estamos hablando de una formación periférica, a decir, la superexplotación es llevada a cabo por la burguesía periférica en un modelo de desarrollo de estas características. Porque esto es así nos lo explica Ruy Mauro Marini cuando acuña el concepto. En las formaciones centrales el proceso de acumulaciom capitalista se da de tal forma que el consumo de los trabajadores es necesario para la reproducción del sistema, cuando aumenta la producción se incorpora al trabajador como consumidor y así se consolida un mercado interno suficiente para crear una economía autocentrada. Llamamos así a las economías centrales donde las esferas de la producción y la circulación se hallan orgánicamente relacionadas y comprometidas una con la otra. De esta forma en las fases de bonanza capitalistas hay una aumento del salario real de los trabajadores que no contradice el proceso de acumulacion. En las formaciones dependientes al tener una economía extravertida, definida por Samir Amin como aquella en la que “burguesía y proletariado, ambos términos de la contradicción social, se encuentran desunidos a nivel nacional” (Amin, pág 56), esta unión orgánica entre producción y circulación no sea hace patente por lo cual el consumo de los trabajadores no cumple una función importante en la acumulacion y los capitalistas ante las transferencia de valor constante desde la periferia hacia el centro[2] no temen en echar mano del fondo “de consumo de los trabajadores como fondo de acumulacion” (Treacy, pag 23) para así mantener la tasa de ganancia, de otra forma, en aumentar la tasa de plusvalor para solventar la pérdidas típicas de una burguesía periférica.
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