ADUANAS DE LA ANTIGUEDAD

Las Aduanas en la Antigüedad

Una aduana es el órgano de la administración pública que se encarga de perseguir los derechos fiscales de hacer cumplir las disposiciones prohibitivas y de reglamentación del comercio internacional, ejercer el poder de policía fiscal, constituye uno de los más importantes atributos de la soberanía nacional.

Las aduanas existieron en todos los pueblos de la antigüedad, era la importancia del comercio de cada ciudad, tenían la finalidad de controlar la entrada y salida de mercancías, y así tener forma de recaudar fondos.

INDIA

En la India el comercio lo efectuaba una casta, los “Vaysias”. Es en este pueblo, donde surgen las primeras ideas de que las mercancías pagaban un tributo por su introducción o extracción de un determinado territorio, creándose en los pasos fronterizos un lugar para su recaudación, siendo el ejército el que se encargaba de su cobro o percepción.

CHINA

Las aduanas se encontraban situadas sobre las rutas comerciales siendo la más importante la llamada “de la seda”; donde se transportaban las sederías desde China hasta el Imperio Romano.

Tres productos son esencialmente los que se exportaban de China hacia otras regiones: seda, sal y herramientas de hierro.

EGIPTO

Es sabido que en las caravanas y barcos del faraón se realizaba el comercio de importación y exportación. Se introducían maderas, marfiles, metales, lanas, aceite de oliva, lino, trigo, cerámica; además se extraía oro entre otros. Se percibían tributos pro la importación y exportación, tránsito, circulación de paso, “derecho de puertas”, y de muelle en los puertos.

SIRIA

Los vestigios encontrados en el Karum (mercado) fuera de la ciudad de Kanesh, demuestran que Siria tenía un fuerte comercio a distancia principalmente de tejidos de lana y estaño.

Al salir las mercancías de Asur pagaban un impuesto de 1/20 del valor de las mercancías al funcionario de aduanas llamado LIMMU. A la entrada a Kanesh se pagaba 2/65 sobre el valor de la mercancía al soberano local.

BABILONIA

El Código de Hammurabi que viene a recoger la vida económica, jurídica y social de este pueblo, establecía que el comercio que se realizaba por el Río Eúfrates estaba obligado al pago de tributos.

Los fenicios, grandes navegantes, fueron los que iniciaron el registro para el comercio de importación y exportación; a ellos le siguieron los cartagineses, grandes comerciantes en el mar Mediterráneo. Después de las guerras púnicas, Roma se convirtió en una gran centro comercial, importando y exportando para todos los países vecinos.

La actividad comercial de este pueblo contribuyó a que se creara un sistema impositivo que gravara la entrada o salida de mercancías.

GRECIA

La administración aduanera en Atenas se encomendaba a los “Descatólogos” quienes recaudaban el tributo aduanero.

El impuesto se cobraba a la entrada de las mercancías a los puertos griegos y su cuota impositiva consistía en la quincuagésima parte del precio de la mercancía, o sea, un dos por ciento de su valor; ésta cuota podía variar.

hasta un diez por ciento según las necesidades del erario. Se tenían establecidos también derechos de exportación, de circulación y de tránsito de las mercancías.

Los griegos se sirvieron de sus aduanas para establecer un mecanismo de restricción al cambio internacional de productos, además de favorecer a sus ciudades o colonias de la competencia de los artículos de otros países.

ROMA

Las aduanas en Roma se atribuyen al cuarto Rey Anco Marcio, quien las estableció en el puerto de Ostia, para aprovechar las ventajas comerciales que con este puerto se obtenían para la navegación por el río Tíber. Se afirma que en este lugar se reglamentó el tributo que gravaría el comercio de importación y exportación y que en homenaje a este puerto se le denominó “portorium” (de puerta).

El “portorium” tenía un triple aspecto: “de impuesto aduanal”, porque se exigía a la entrada o salida del imperio; “de peaje” la tasa establecida por el paso de ciertos caminos o puentes; y de “alcabala” por el derecho exigido por una ciudad sobre las mercancías que se introducían en ella. Había dos portorium: el marítimo y el terrestre.

Roma a través del sistema llamado “telonium” que era la Oficina Pública donde se pagaban los tributos, organizó la recaudación de su impuesto aduanal, regulando su tarifa según la región aduanera de que se tratara.

La historia de las aduanas en roma está llena de modificaciones. Fueron abolidas durante el consulado, habiendo sido restablecidas por Emilio Lepido con la finalidad de obtener ingresos

extraordinarios que sufragaran los gastos de las guerras. Pompeyo para obtener la simpatía de la plebe las suprimió; siendo Julio César quien las restableciera de nuevo pero incluyéndolas

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