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AMBIENTE Y MANTENIMIENTO DE LAS OBRAS DE ARTE


Enviado por   •  21 de Abril de 2015  •  4.678 Palabras (19 Páginas)  •  1.455 Visitas

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AMBIENTE Y MANTENIMIENTO DE LAS OBRAS DE ARTE

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Promoviendo a la sociedad a invertir en las nuevas fusiones, la ciencia puede encontrar en el arte un medio poderoso en la transmisión y educación del conocimiento científico, así como la comunidad artística puede inspirarse en los problemas ambientales para sensibilizar a la sociedad en general.

EDUCACIÓN AMBIENTAL ORIENTADA A LA PRESERVACIÓN EN AMBIENTES URBANOS DEL PATRIMONIO ARTÍSTICO Y CULTURAL DE VENEZUELA.

La educación ambiental es una actividad cada vez más reconocida por gobiernos, instituciones científicas y organizaciones no gubernamentales (ONG) como una herramienta útil en la difusión de la problemática ambiental y como promotora de prácticas conservacionistas. Como campo de acción especifico la educación ambiental ha reconocido que su valor fundamental es promover el conocimiento, cuidado y mejor aprovechamiento de los recursos naturales.

Reconocemos que este es un proceso que abarca la vida entera de los individuos y que se adquiere a través de los rubros sociales en los que se desarrolla, desde la transmisión de información y valores significantes en el nicho familiar, hasta la influencia de los medios de comunicación y por supuesto de los sistemas escolarizado.

Las finalidades de la educación ambiental son:

Que el ser humano comprenda la naturaleza compleja del ambiente resultante de la interacción de sus aspectos biológicos, físicos, sociales y culturales.

Promover una utilización reflexiva y prudente de los recursos del universo para la satisfacción de las necesidades humanas.

Contribuir a que se perciba claramente la importancia del medio ambiente en las actividades de desarrollo económico, social y cultural.

Favorecer en todos los niveles una participación responsable y eficaz de la población en la concepción y aplicación de las decisiones que ponen en juego la calidad del medio natural, social y cultural.

Difundir informaciones acerca de las modalidades de desarrollo que no repercutan negativamente sobre el ambiente.

Mostrar con toda claridad las interdependencias económicas, políticas y ecológicas del mundo moderno en que las decisiones y comportamientos de todos los países pueden tener consecuencias de alcance internacional

Papel que juega la educación ambiental y los educadores ambientales en la preservación del ambiente y en el mejoramiento de las condiciones de bienestar de la comunidad.

El sencillo hecho de caminar por el campo y tener contacto con la naturaleza nos pone de manifiesto la relación existente del hombre con ella; cuando observamos un cultivo, un riachuelo, un bosque, un jardín, un lago; cuando nos desplazamos en un automóvil, en una bicicleta, en una moto, en una carreta o en un caballo, estamos frente a nuestro entorno, es decir, ambiente. Pero la gran realidad es que toda la armonía está en función del ser humano y es éste, al final, el menos requerido en la naturaleza para mantener un equilibrio biológico, amén de ser el causante de las degradaciones y rupturas ambientales.

El ser humano con toda su inteligencia, como parte del entorno natural, está en capacidad de conocer y transformar un mundo a su antojo y posibilidades; pero hay un interrogante que cada día nos asombra y cuestiona: ¿Realmente estamos construyendo un mundo habitable, lleno de aire puro, de olores agradables, de colores fascinantes, de formas variadas y de eco ternura por los que allí viven, donde se pueda compartir con armonía, con cariño y con gusto?

Atendiendo al carácter sistémico del ambiente, la educación ambiental debe ser considerada como el proceso que le permite al individuo comprender las relaciones de interdependencia con el entorno, a partir de conocimiento reflexivo y crítico de su realidad biofísica, social, política, económica y cultural, para que, a partir de la apropiación de la realidad concreta, se puedan generar en él y su comunidad actitudes de valoración y respeto por el ambiente. Estas actitudes, por supuesto, deben estar enmarcadas en criterios para el mejoramiento de la vida y en una concepción del desarrollo sostenible.

La educación es, a la vez, producto social e instrumento de transformación de la sociedad donde se inserta. Por lo tanto, los sistemas educativos son al mismo tiempo agente y resultado de los procesos de cambio social. Ahora bien, si el resto de los agentes sociales no actúa en la dirección del cambio, es muy improbable que el sistema educativo transforme el complejo entramado en el que se asientan las estructuras socioeconómicas, las relaciones de producción e intercambio, las pautas de consumo y, en definitiva, el modelo de desarrollo establecido.

DETERIORO DE LAS OBRAS ARTÍSTICAS ASOCIADAS A AMBIENTES PÚBLICOS

La responsabilidad del patrimonio artístico público es prioridad de las autoridades públicas desde las alcaldías hasta el Ministerio de la Cultura. Una campaña por parte de estas autoridades para el cuido y conservación de las mismas debe ser parte de los programas culturales y educación al ciudadano. También, debe penalizarse al destructor pero para ello hay que identificarlo, y mejor si se agarra in fraganti con vigilancia previa. No hay mensaje más destructivo para destruir dichas obras que la impunidad, y a la fecha las autoridades parecen permanecer ajenas a esta responsabilidad.

Últimamente, y sobre todo después de la lucha que se dio con la Fundación de la Memoria Urbana en casos como el de María Lionza (contra los ataques no solo a esa obra de arte en su sitio original, sino contra la Plaza Venezuela y la Plaza de los Museos), la comunidad caraqueña ha ido comprendiendo el valor de la memoria urbana de su ciudad. No todo es removible, han comprendido: así también han comprendido que Caracas, como todas las capitales y ciudades de valía del mundo, ha ido recopilando un repertorio de creaciones de alta calidad que configuran su patrimonio urbano, sin las cuales, su identidad y su calidad de vida quedan en nada.

El instrumento más importante para combatir el deterioro, el pillaje y la destrucción de las obras de arte público de nuestra ciudad, es la misma difusión entre los ciudadanos del valor de su patrimonio urbano local, y de la certeza que no hay autoridad con mil ojos, aún hoy, para proteger este patrimonio. Somos los ciudadanos los vigilantes en definitiva de cada árbol centenario, de cada villa neoclásica, de cada estatua de bronce de nuestro propio vecindario. Nadie mejor que nosotros conoce cuáles son las cosas esenciales en nuestra calle que

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