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Análisis De Costos


Enviado por   •  14 de Marzo de 2012  •  1.872 Palabras (8 Páginas)  •  552 Visitas

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Rosendo Radilla, un líder comunitario

Rosendo Radilla nació en el ranchito Las Clavellinas, tres kilómetros al oriente de Atoyac de Álvarez, Guerrero, el 1 de marzo de 1914. En 1930 la familia Radilla Pacheco se trasladó a vivir a Atoyac por órdenes militares, que obligaron a la población a concentrarse en este pueblo. Fue campesino, ganadero y cafeticultor. Pero sobre todo, Rosendo Radilla fue un líder comunitario: “Tanto esta casa como la de Atoyac siempre estaban llenas de gente que lo buscaba por cualquier tipo de problemas. Rosendo Radilla impulsó la educación2, la salud3 e incluso se desempeñó como presidente municipal de 1955 a 1956.

Durante su gestión construyó los primeros cuatro puestos del mercado municipal, adquirió el primer camión recolector de basura e irónicamente, construyó el cuartel militar de Atoyac. A decir de Víctor Cardona, Cronista de Atoyac. Rosendo Radilla es uno de los pocos presidentes municipales que salió de su cargo más pobre de lo que había entrado, pues para cubrir las necesidades que su gestión requería, invirtió muchos recursos económicos personales.

De 1956 a 1960 fungió como Secretario General del Comité Regional Campesino de la Unidad Agraria de la Sierra de Atoyac de Álvarez (UASCAA). En el desempeño de su cargo se relacionó con la población de todas las comunidades de su municipio: “Convirtió su casa particular en oficinas a costa de la privacidad de su familia. A partir de 1960 Rosendo Radilla se incorporó al movimiento cívico que luchaba en contra del gobierno represivo de Caballero Aburto (1957 - 1961), y a decir de su hija Andrea (Radilla 2002: 63) esto marcó un antes y un después en su participación política. Durante la década de los 60´s Rosendo Radilla participó en el movimiento independiente de cafeticultores y campesinos en general, denunciando el acaparamiento de tierras y el latifundio; y demandando el reparto de tierras a los campesinos.

La guerra sucia

Al mismo tiempo a nivel nacional se agudizaba la represión. El deterioro de las condiciones socioeconómicas, así como la inexistencia de las vías democráticas para la participación política, confluyeron en la radicalización de algunos sectores; en contra de estos, las violaciones a derechos humanos fueron graves y sistemáticas. Los gobiernos de la época prescindieron de la legalidad y del Estado de Derecho, utilizando la tortura, la desaparición forzada y las ejecuciones extrajudiciales para reprimir a la disidencia. Y también en ese tiempo se utilizaron los medios de comunicación para deslegitimar a los movimientos sociales y políticos frente a la opinión pública, y para presentar a los integrantes de estos grupos como delincuentes o sediciosos. Poco a poco, quedaron establecidas las condiciones necesarias para penalizar a la oposición política de izquierda y dar pie, así, al empleo del aparato estatal en el combate a la “subversión”.

Fue entonces que inició el período conocido como Guerra Sucia. En este contexto aparecieron diferentes grupos guerrilleros a nivel nacional. A finales de los 60´s, los movimientos de Lucio Cabañas y Genaro Vázquez tomaron las armas y pasaron a la clandestinidad en el estado de Guerrero. La represión y la militarización se incrementó en el estado. Atoyac de Álvarez fue sin lugar a duda el municipio más golpeado por la

estrategia represiva del Estado.

La desaparición forzada de personas fue utilizada como una modalidad represiva para romper el tejido social y desmovilizar a la disidencia. La Asociación de Familiares de Detenidos, Desaparecidos y Víctimas de Violaciones a los Derechos Humanos en México (AFADEM), estima que 1,200 personas fueron desaparecidas en México en el período de la Guerra Sucia. De ellos, cerca de 600 son guerrerenses y más de 400 de estas desapariciones forzadas se registraron en Atoyac de Álvarez. Rosendo Radilla “plasmó su coraje e impotencia en un corrido que al cantarlo no podía contener las lágrimas.

El 25 de agosto de 1974 Rosendo Radilla viajaba de Atoyac a Chilpancingo en compañía de su hijo Rosendo cuando fue detenido en un retén militar ubicado entre los poblados de Cacalutla y Alcholoa. Al momento de su detención Rosendo Radilla preguntó de qué se le acusaba, y los soldados le respondieron que “de componer corridos”. Rosendo argumentó que eso no era un delito, a lo que los militares respondieron: “mientras, ya te chingaste”9. Sus familiares nunca lo volvieron a ver y se

encuentra hasta la fecha desaparecido.

La impunidad

Desde el día de la detención, los familiares de Rosendo Radilla realizaron una serie de denuncias públicas y gestiones a través de familiares o conocidos para dar con su paradero, ya que no existían condiciones de seguridad para acudir a las instancias de procuración de justicia de la época. Fue hasta 1990, en que se empezaron a generar las condiciones por parte del Estado para que los familiares de desaparecidos acudieran a las instancias oficiales con la creación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH). En 1992, la familia Radilla puso la primera denuncia penal por la desaparición forzada de Rosendo Radilla. Hasta la fecha han interpuesto un total de seis denuncias penales. En el caso de la desaparición forzada de Rosendo Radilla, dicha Fiscalía sólo consignó al general Francisco Quirós Hermosillo12, por el

delito de privación ilegal de la libertad, en su modalidad de plagio o secuestro, no por el tipo penal de desaparición forzada. Hasta hoy, las autoridades no han realizado investigaciones serias, rápidas e imparciales en el caso de la desaparición forzada de Rosendo Radilla y no se ha sancionado a los responsables. Por lo tanto, no podemos

dejar de advertir que la impunidad en la que ha permanecido este caso, además del hecho traumático de la desaparición misma, tiene un impacto psicosocial tanto en sus familiares

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