Brasil: su literatura en el “progreso”

Brasil: su literatura en el “progreso”.

¿La modernidad ha sido una herramienta para aquello llamado Nación?¿Qué tanto se ha permeado la idea de progreso en América Latina?¿Las artes, y en especial la literatura, han contribuido a su funcionamiento? Enzo Faletto en “Transformaciones culturales e identidades sociales” nos habla acerca de una discusión entre el modernismo y el posmodernismo. Centrándome con especial interés acerca de su concepción de modernismo y la influencia, que según esté, tiene en la construcción nacional de los países latinoamericanos, planeo reflexionar acerca de este acontecimiento, desde el evento que pone de manifiesto la transformación cultural en el Brasil: la semana de arte de Sao Paulo en 1922.

En el año de 1922 se inaugura la Semana de Arte de Sao Paulo, donde se expondrán tanto pintura como habrá también varias conferencias acerca de la literatura. Este evento tenía la intención de romper con las técnicas academicistas del momento, una crítica a lo que se producía en el momento.

El 22 de octubre de 1923 se dictó la Ley numero 391, conformada por siete artículos, donde el 5 quedó establecida la prohibición de la inmigración negra y la restricción de la asiática, Fidélis Reis, quién la había propuesto, alegaba que Brasil debía introducir únicamente razas que fueran ricas en eugenismos, es decir, las razas indoeuropeas. En su opinión, el progreso de las sociedades su riqueza y su cultura eran producto de sus elemento eugenésicos. El país, cuya conformación étnica estaba todavía en construcción, y donde predominaban dos sangres inferiores (la negra y la indígena), poseía “un eugenismo poco elevado”. Se consideraba urgente un proceso de arianización intensiva para fortalecer para fortalecer la composición étnica brasileña.

La eugenesia se prestaba, por lo tanto, como un matriz ideológica adecuada para la interferencia en el mundo social, puesto que definía, con base científica, el concepto de razas puras e impuras, perfectos e imperfectos, capaces e incapaces. Al nivel del imaginario colectivo, estas ideas configuraban la imagen de una sociedad organizada en torno a antítesis que clasificaban a los ciudadanos como “buenos” o “malos” dado que toda vida orgánica supone jerarquía.

Creo que sin lugar a dudas las políticas que empleaba el gobierno y las tendencias artísticas tenían convergencia en los conceptos pero no en sus significados. Mientras ambos sostenían un diálogo con Europa, los artistas buscaban tomar las formas y deglutirlas para crear algo nuevo pero los políticos hablaban de una meta: alcanzar los estándares europeos. Mientras que los poetas escribían de lo abrumador que era la transformación del entorno, de la individualidad del ser, del ser como objeto, las tendencia arquitectónicas y los proyectos urbanos se enfocaban en el desplazamiento

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