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Literatura


Enviado por   •  20 de Septiembre de 2011  •  1.945 Palabras (8 Páginas)  •  523 Visitas

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ANÁLISIS DE LA OBRA LITERARIA"EL SEÑOR PRESIDENTE"

I. INFORMACIÓN EXTERNA.

1.1. TÍTULO DE LA OBRA. “El Señor Presidente”.

Ø DENOTATIVAMENTE. Asturias creció y pasó su adolescencia en el ambiente de angustia que implantó en Guatemala por más de veinte años en la tiranía de un gobierno; corruptora y cruel de aquel maestro de escuela paranoico que se llamó Manuel Estrada Cabrera. Frío, inaccesible, mezquino, vengativo, dueño de todos los pode¬res, repartía a su gusto y antojo bienes y males sobre las cabezas sin sosiego.

Ø CONNOTATIVAMENTE. En El Señor Presidente (1946) desarrolló el tema del eterno dictador de La¬tinoamérica con técnicas que debieron mucho al ex¬presionismo y al creador español del adefesio, cuyo elemento determinante es el miedo: miedo de quienes viven un despotismo que ahoga toda indivi¬dualidad; y miedo que conduce a lo alucinado, puesto que la gente sólo puede mostrar su faz verdadera, lo que sienten y piensan, en los sueños y fantasías.

Ø EDITORIAL. Editora El Comercio S. A.

Ø EDICIÓN. Ediciones PEISA, 2002.

Ø PARTES. La obra está constituido en tres partes y un epílogo, cada parte se divide en capítulos continuos; la primera parte está hasta el capítulo XI, el segundo, hasta el XXVII y el tercero hasta el capitulo XLI.

Ø NÚMERO DE PÁGINAS. La obra consta de 307 páginas incluido el vocabulario.

1.2. EL AUTOR Y SU ÉPOCA (1899-1974) Nacido en Guatemala, 1899 y falleció en París, 1974. Poeta, narrador, dramaturgo, periodista y diplomático guatemalteco, considerado uno de los protagonistas de la literatura hispanoamericana del siglo XX. Estudió Leyes cuando el momento político estaba signado por la dictadura de Estrada Cabrera, sinónimo de terror, maldad y muerte. Optó el grado de Licenciado en Leyes con la Tesis: "El Problema Social del Indio". Sin embargo, en donde formase espiritualmente y se siente atraído por la literatura es en La Sorbona de París; allí asiste al ascenso y esplendor del Simbolismo y el realismo. Estudió Derecho en universidades de su país y Antropología en la Sorbona de París, ciudad en la que recibió la influencia del poeta surrealista francés André Breton. En 1942 fue elegido diputado en su país y, a partir de 1946, fue embajador en México, Argentina y El Salvador, hasta que, en 1954, se exilió de Guatemala. Posteriormente, fue embajador en Francia, entre 1966 y 1970. Sus poemas y novelas, de contenido fuertemente antiimperialista, le valieron el Premio Lenin de la Paz en 1966 y el Premio Nobel de Literatura en 1967. La muerte le sobrevino, tras una penosa enfermedad, en 1974, cuando se encontraba en Madrid (España).

Ø OBRAS. Entre sus produccione literarias de Asturias tenemos a su primera obra “Leyendas de Guatemala” (1930) es una colección de cuentos y leyendas mayas. La novela que le ha dado fama internacional es El señor Presidente (1946). El tema mítico de “El Señor Presidente”, vuelve a aparecer en “Hombres de maíz” (1949), nos manifiesta que: Asturias logra hermanar armoniosamente lo mítico-maravilloso con la dura realidad de la vida indígena. Después escribió novelas y relatos entre las que destaca la trilogía formada por: “Viento fuerte” (1950), “El Papa verde” (1954) y “Los ojos de los enterrados” (1960). Otras novelas son: “Mulata de tal” (1963), “Malandrón” (1969) y “Viernes de Dolores” (1972). Su producción teatral es poco conocida y trata más o menos los mismos temas, como “Chantaje” y “Dique seco” ambas de 1964. Su novela “Viento fuerte” fue citada en el discurso de entrega del Premio Nobel (1967), que le fue concedido por "sus coloridos escritos profundamente arraigados en la individualidad nacional y en las tradiciones indígenas de América".

Ø CORRIENTE LITERARIA. Realismo Mágico.

II. INFORMACIÓN EXTERNA.

2.1. ARGUMENTO. Señor Presidente es la condensación literaria de ese ambiente de círculo infernal. Toda la ciega y fatal máquina de terror está vista desde afuera. Son como círculos concéntricos que abarcan toda una sociedad. Los une y los ata el idéntico sentido de la inseguridad y de la aleatoria posibilidad del mal. Desde los mendigos y groseros del Portal de la Catedral, que viven en su pesadilla de miseria y de embrujamiento y que pueden desatar, sin proponérselo, toda una reacción sin fin que va a torcer los destinos de las más ajenas y distantes individualidades, hasta la desamparada clase popular, enredada en el tejido de sus creencias tradicionales, sus reverencias, sus esperanzas, sus inacabables tristezas, su sentido azariento del destino y su pasiva resignación, como Vásquez, Godoy, Felina o la Masacuata, para pasar por los militares de conspiración y burdel y la clase letrada y amenazada de los juristas, los comerciantes y los dueños de haciendas, como los Canales y los Carvajal, para rematar en la inestable y constantemente renovada cús¬pide de los favoritos del tirano. Aquellos hombres "de la mulita", Cara de Ángel o el Auditor de Guerra, condenados a tener más al precio de sentir mayor riesgo y miedo que todos los otros. Más que círculos concéntricos constituyen una especie de espiral que dando vueltas sobre sí misma, lleva, en una forma continua, desde los men¬digos hasta el Señor Presidente. Es esa atmósfera enrarecida o sofocante la que constituye la materia del libro de Asturias. Allí está lo esencial del país de su adolescencia. Ya nunca más se pudo borrar de su sensibilidad ésa estación en el Infierno. En El Señor Presidente regresa a ella, con distancia de años, para revivir lo inolvidable de aquella situación. A todos esos personajes nos los presenta en la inolvidable verdad de su visión de testigo preocupado. Conocemos a Cara de Ángel, a aquel bobo de Velásquez que es el Pelele, con su quejido inagotable de huérfano de la vida, al general Canales, a sus hermanos abyectos y a la desventurada Camila, su hija. Al que no llegamos a conocer es al tirano. El autor nos presenta desde afuera aquella figura enteca y malhumorada. No llegamos a asomarnos a su interioridad o a tratar de explicarlo. Está allí y se mantiene allí por una especie de designio

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