CUEVA DEL SIDRÓN

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CUEVA DEL SIDRÓN

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La cueva del Sidrón se encuentra en Piloña (Asturias), se trata de uno de los hallazgos más importante de Europa para entender la evolución humana en Europa. El Sidrón posee importantes restos de huesos de Neandertal y sus estudios de ADN, ya que ha abierto la posibilidad de conexión entre el Neandertal y el Homo Moderno. Los primeros restos óseos en El Sidrón fueron hallados en 1994, pero no se confirmó que eran de origen neandertal hasta 1998. Marco de la Rasilla ha sido el director científico de este yacimiento desde el 2000 y el trabajo de los investigadores sobre los más de 2.000 fragmentos de hueso de aquellos trece neandertales han permitido saber aspectos como que aquellos hombres practicaban el canibalismo y que arrojaban los restos de sus víctimas al suelo junto a las herramientas de sílex que utilizaban para cortar la carne.

Los primeros restos de los neandertales aparecen por primera vez en la cueva de Engris en Bélgica (1830), no obstante, la comunidad científica los rechaza como restos de antepasados de los humanos por sus características toscas. En 1848 se descubren restos de neandertales en Gibraltar, aunque también son rechazados. Así pues, no es hasta 1856, con el hallazgo de Feldhofer, en el Valle de Neander, cuando estos restos son investigados, y finalmente clasificados por Wiliam King como pertenecientes a una nueva especie, el homo neanderthalensis, en 1864.

A partir de aquí, se inicia el estudio del comportamiento cultural de los neandertales, donde destacan los enterramientos en el resto Europa y algunos en Asia como el de Shanidar (Irak), donde aparecen individuos enterrados con diferentes flores y con pinturas decorando su cuerpo. Esto plantea la hipótesis de que el desarrollo intelectual de esta especie conlleva a la aparición de un mundo simbólico: estatuas, plumas para decorar e instrumentos musicales, pero destaca la decoración corporal mediante pintura.

El hallazgo de las mandíbulas a 200 metros de la entrada a la cueva, lejos de la zona en la que se pensaba vivían los individuos, planteó varias cuestiones: si los huesos procedían de un enterramiento o de un proceso natural, cuál era la cronología de los mismos, las características de los individuos y de los útiles líticos que los acompañaban y la posible relación entre estos; y, por último, si la fragmentación de los restos era resultado de un proceso de canibalismo.

Ahora la cuestión importante, era porque los restos estaban en esa cueva, vemos que el agua jugó con un papel fundamental para saber porque estaban ahí. La cueva, es una cueva peculiar, ya que no se forman caliza, se forma mediante conglomerados, de modo que el agua llega a una parte superior alta. Por tanto, los restos llegaron mediante un proceso de alta energía, que introdujeron los materiales desde el exterior con velocidad, esta velocidad hizo que los restos no se deteriorasen por el transporte. Los huesos nunca estuvieron al aire, se sedimentaron rápidamente en la cueva gracias al agua.

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