CULTURA EN BRASIL
keilagomezblancoTesis25 de Mayo de 2015
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CULTURA EN BRASIL
Pintura y Escultura
Fueron los jesuitas y benedictinos los primeros cultores de la pintura de la época colonial. Los religiosos pintaron en iglesias, claustros y en objetos sagrados bajo la influencia del estilo predominante entonces, el barroco europeo.
La prosperidad económica, producto de la explotación del oro, atrajo a muchos talentosos artistas europeos en el siglo XVIII, lo cual generó una época espléndida del arte barroco.
Los artistas brasileños siguieron en el siglo XIX y XX las tendencias internacionales del neoclasicismo, romanticismo, impresionismo, academicismo y modernismo.
Destacan las obras de Victor Meirelles y Rodolfo Amoedo en lo referente a pintores de estilo autóctono.
Los trabajos de María Martins, Bruno Giorgi y Victor Brecheret han alcanzado renombre mundial en escultura contemporánea.
El arte indígena tenía en sus orígenes objetivos religiosos y utilitarios, pero después de los primeros contactos con los extranjeros, los artesanos nativos fueron transformando sus creaciones de acuerdo a la demanda de los comerciantes.
En la actualidad destacan los trabajos realizados con plumas de aves, la cerámica, como la de los indios Marajó o Carajás o la cestería de los Kaxinawá.
Arquitectura
Brasil conserva numerosas edificaciones de la arquitectura colonial que han sido proclamadas por la Unesco Patrimonio de la Humanidad.
Sin duda la ciudad de Olinda, en el Estado de Pernambuco, es uno de los mejores ejemplos de la arquitectura colonial, así como el Centro Histórico de Salvador de Bahía, donde puede observarse elaboradas muestras de la arquitectura portuguesa de la época colonial.
La antigua ciudad de Ouro Preto, en el Estado de Minas Gerais, guarda la pieza maestra del arquitecto Antonio Francisco Lisboa, conocido como "Aleijadinho", en la Iglesia del Buen Jesús. Es el mejor exponente de la época dorada del barroco brasileño.
Las misiones jesuíticas edificaron numerosas instalaciones en Río Grande do Sul, en las fronteras entre Brasil, Argentina y Paraguay en el siglo XVII. Son notables trabajos en madera. En constraste, la Unesco ha reconocido el centro urbano de Brasilia como una de las mejores muestras de la arquitectura moderna brasileña.
La arquitectura en la zona del Amazonas.
La riqueza que proporcionó la explotación del caucho provocó la construcción de edificios de influencia europea en el Estado de Amazonas. No en vano Manaos es llamada el "París de los Trópicos". En Manaos son notables el Teatro Amazonas, el Complejo Flotante del Muelle, el Palacio de Justicia (de influencia francesa) o la Secretaría de Seguridad en la Plaza de la Saudade.
Música
La música, el baile, el canto, el ritmo es inherente a las gentes de Brasil, lo que sin duda proviene de las profundas raíces africanas.
Gracias a la influencia de las culturas europeas, africana e indígena los ritmos brasileños presentan una gran diversidad. Es notable la Samba, una mezcla de ritmos boleros con ritmos africanos (especialmente los procedentes del tam-tam de Angola).
Es el ritmo más popular de Brasil que hizo su aparición, por primera vez, en el Carnaval de Río en el año de 1917. Los años 30 fueron los años dorados de este ritmo, cuya mejor representante fue Carmen Miranda.
La Bossa Nova, que surge en los años 50, es otro de los ritmos conocidos mundialmente. Más que un estilo musical, se trata de un movimiento intelectual con un nuevo planteamiento en la forma de cantar y de tocar los instrumentos. Su fundador fue Joao Gilberto, seguido de Jobim, el compositor de la famosa pieza "La Mujer de Ipanema".
El Tropicalismo, surgido al final de los años 60, mezcla los ritmos del pasado y el presente.
La Música Popular Brasileira, paralela a todas estas propuestas musicales, es difícil de clasificar dada la variedad de influencias recibidas. Destaca, en el noreste, el forró, una extraña mezcla de ritmos mexicanos y ritmos locales que incorpora el acordeón europeo, la armónica y la zabumba (de origen africano); el "trío eléctrico" o "frevo bahiano"; el carimbó, la música del Amazonas; el afoxé, ritmo negro de origen religioso y muy cercano al Candomblé o la Lambada, entre los ritmos más recientes.
La música brasileña continúa desarrollando formas nuevas y originales. La samba, una mezcla del bolero español con las cadencias y ritmos de la música africana, alcanzó su mayor popularidad durante los años treinta.
Danza
En Salvador de Bahia, además de poder asistir a una ceremonia de candomblé, le aconsejamos que disfrute de las danzas llamadas capoeira, una danza combate, herencia de los esclavos que lo utilizaron inicialmente como un juego a base de movimientos acrobáticos. La danza es acompañada de un Berimbau, arco de madera con una cuerda metálica, y de la capoeira, instrumento de percusión.
También destacan el Maculele, la danza de los trabajadores de los cañaverales, y la Samba de Roda, entre otras
Historia
La historia brasilera comienza el 22 de Abril de 1500, cuando el portugués Pedro Alvares Cabral “accidentalmente” aterrizó en el sur de Bahia. El nombre ¨Brasil¨ vino de ¨Pau-Brasil¨, un árbol tropical usada como tinta de tela que se convirtió en el primer producto de exportación del país. El principio del proceso de colonización estaba localizado en el límite del continente, cerca del océano, donde era fácil transportar la madera. La "corrida al oeste" fue hecha por los "bandeirantes", el nombre dado a los cazadores de esclavos indígenas. Se puede decir que estos grupos aseguraron el interior para los portugueses. Regiones como Chapada Diamantina, Goiás y Mato Grosso fueron anexadas en este período.
Durante los siglos XVII y XXVII, hubieron muchas tentativas de colonización por las fuerzas europeas, compitiendo por la región. Franceses y holandeses trataron varias veces de establecer colonias en el país, y invadieron las ciudades de Rio y Fortaleza, al norte, siendo luego expulsados por los portugueses. Algo de sus culturas y de sus características étnicas aún pueden notarse en estas regiones.
Las plantaciones de cañas de azúcar se convirtieron en la actividad económica más importante en el siglo XVII. Esta nueva actividad demandó muchos trabajadores. Sin embargo, los indios no estaban interesados en la repetitiva actividad de cortar cañas. De ahí, esclavos africanos fueron introducidos al final de los años 1500, también porque las enfermedades que los colonizadores trajeron con ellos estaban matando a los Indios.
Brasil tuvo pronto una pierna sobre el triángulo lucrativo marítimo comercial: armas y provisiones de Portugal a África, esclavos de África a Brasil, azúcar de Brasil de vuelta a Europa. Luego de unas décadas, ciudades coloniales como Salvador y Olinda eran fabulosamente ricas. Esta cóctel de la herencia negra, india y europea, formó una población de mulato que cresció rápidamente. La esclavitud fue abolida sólo en 1888, pero esos 3 siglos han dejado un considerable impacto en el país, hoy en día el 38% de la población brasilera es compuesta por mulatos. En los comienzos del siglo XIX, Napoleón conquistó Lisboa y forzó al rey de Portugal a mudarse para Brasil, declarando Rio de Janeiro como la capital del Reino Unido de Portugal. Esto hizo de Brasil la única colonia de Nuevo Mundo para servir como el asiento de una monarquía europea.
Las bases de la economía pasaron a ser las minas de oro, sobre todo en los depósitos naturales descubiertos en la parte centro-sur, que es hoy el estado de Minas Gerais. La extracción de oro instigó las primeras tentativas de verdaderos colonos para mudarse al interior.
En 1822, Brasil ganó la independencia, apoyada por los Británicos. La independencia fue un acuerdo entre los componentes de la elite dominante. El hijo del rey portugués, Don Pedro I, fue nombrado Emperador de Brasil sin derramamiento de sangre alguno. Los cambios traídos por la presencia real eran enormes: palacios, parques y jardines fueron construidos en toda la capital, Rio de Janeiro. La monarquía colapsó en 1889, un año después de la emancipación de los esclavos. Por ese tiempo, las industrias de café y de caucho estaban en auge, trayendo riquezas a regiones como São Paulo y Amazonas. Las belleza de los teatros públicos de Manaus y São Paulo son un buen ejemplo de este tiempo.
La primera mitad del siglo XX fue marcada por los comienzos de la industrialización brasilera. Cuando la Gran Depresión tomó a la economía, los disturbios contra la corrupción de viejas elites estallaron y el Pres. Getúlio Vargas se convirtió en el constructor de un país moderno. Vargas era inmensamente popular, hasta que se auto-declaró dictador, llamando a su régimen de ¨ Estado Nuevo¨. Después de 20 años de gobierno viendo a sus enemigos ganando el poder, se mató en el Palacio de Gobierno, para ¨hacer historia¨, como dijo en su última carta.
Luego de algunos buenos y malos presidentes entre 1950 y 1964, un golpe militar terminó con el período de democracia, iniciando una dictadura donde la tortura y las restricciones sociales estaban a la orden del día. Por otro lado, Brasil prosperó económicamente, con muchas de las inversiones del gobierno, como la construcción de la nueva capital, Brasilia, y numerosas carreteras construidas
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