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Cultura Escolar


Enviado por   •  6 de Septiembre de 2011  •  1.703 Palabras (7 Páginas)  •  5.240 Visitas

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APUNTE

SÍNTESIS IDEAS EN TORNO A LA CULTURA ESCOLAR

La “cultura escolar” es entendida como la red de significaciones que atribuyen los actores educativos a su realidad social. En la investigación llevada a cabo por López, Assael, Neumann (1984). La cultura escolar es percibida por los agentes educativos de modo tal, que la responsabilidad del fracaso escolar es atribuida a los estudiantes. En dicha investigación, se señala lo siguiente:

a) El fracaso es interpretado por la escuela como la incapacidad de los alumnos para cumplir con los objetivos (que para los primeros años de básica corresponden a asistir regularmente, leer y escribir y realizar las operaciones aritméticas). Esta incapacidad de los alumnos se debería a diferencias estructurales que requieren atención especializada o a una falta personal de esfuerzo, siendo por lo tanto “castigables” por el sistema (repitencia, etc.) Para determinar donde reside el problema, la escuela envía a los alumnos fracasados a los Centros de Diagnóstico (en esa época, especialmente creados por el MINEDUC para evaluar la naturaleza de las dificultades de aprendizaje), cuyo informe implicará que el niño sea ubicado en alguna Escuela Especial o en algún grupo remedial (Grupos Diferenciales) o que el niño es “normal” y que las dificultades que presenta son de naturaleza “personal”.

b) El fracaso fue interpretado por los profesores de diversas maneras:

• En contraste con los significados asignados a los “buenos” alumnos.

• Como deficiencias en los patrones cognoscitivos y de comportamiento de los alumnos debidos a factores socioeconómicos o genéticos.

• Vinculado al nivel de cooperación de los padres con la escuela.

Estos diversos conceptos de fracaso, a nivel de las observaciones realizadas, se representaban a través de los procesos de interacción entre niños, profesores y padres, muy especialmente en algunas prácticas de aula que evidentemente reforzaban la naturaleza de tales concepciones:

• Uso del dictado para enseñar y como medio de evaluación.

• Prácticas de rotulación de los alumnos por parte de los profesores.

• Relaciones Familia-Escuela (Madre-Maestra) inapropiadas: enfrentamiento mutuo cargado de demandas recíprocas y de atribuciones de responsabilidad externa.

• Envío de los alumnos-fracaso a Centros de Diagnóstico, de acuerdo con la clasificación entre “salvables” (“holgazán pero no estúpido”, “es bueno que repita”) y “no-salvables“ (los que requerían una identificación más precisa de sus problemas y atención especializada).

En términos generales, para los profesores la responsabilidad por el fracaso estaba ligada a la situación familiar del niño: si tenía dificultad en la escuela eran los padres quienes deberían asumir la responsabilidad en el proceso de aprendizaje, pues les estaba faltando dedicación hacia él y hacia la escuela. En este sentido, son los padres quienes deberían acercarse y ayudar al niño que no se adapta al ritmo de aprendizaje establecido en el aula.

c) Los padres tendían a culpar a los profesores y a otros miembros del personal de la escuela por el fracaso de sus hijos; otros reconocían su propia responsabilidad y, al mismo tiempo, se consideraban incapacitados para ayudar a sus hijos; otros que declaraban que los problemas de su hijo “eran cosa de él”.

d) Los alumnos en su mayoría se atribuían a su propio quehacer el fracaso que experimentaban, aunque con distintos grados de conciencia. Esta autoresponsabilización se planteaba desde la creencia de que “su obligación era estudiar y hacer la tarea”, lo que evidentemente estaba matizado y

mediatizado por los mensajes recibidos desde sus padres y profesores en torno a “haber nacido así”, “ver demasiada tele”, “deber ser responsables”, etc..

Sus compañeros de curso también atribuían a ellos mismos (los niños-fracaso) la responsabilidad por el fracaso: “porque son holgazanes”, “no trae sus lápices de colores”, “la señorita le enseña pero él no entiende las cosas”, obviamente repeticiones de mensajes escuchados de los profesores.

En síntesis, la principal responsabilidad de la cultura escolar por el fracaso dice relación principalmente con la atribución externa que realizan los profesores respecto del hecho que algunos niños no alcancen los objetivos que se plantean, significación que es validada por algunas familias y casi todos los alumnos, incluidos los que experimentan el fracaso. La responsabilidad es atribuida al niño y a sus familias lo que se evidencia en el discurso docente así como en algunas prácticas de aula, lo que estarían contribuyendo a fomentar una “cultura escolar del fracaso”, la que a su vez redunda en la perpetuación del fenómeno. Como elementos atenuantes de esta responsabilidad, las autoras señalan las precarias condiciones en las que se desarrolla el trabajo docente en las escuelas municipales estudiadas, que explican – hasta cierto punto – la frustración profesional de los profesores. Sin embargo, señalan que “no todo lo que sucede en la enseñanza puede ser atribuido de modo determinista a factores externos a la esfera de responsabilidad del profesor. Las dificultades en el desempeño docente debidas a las condiciones laborales y de trabajo no siempre actúan como limitantes; es posible que la habilidad docente para superar las dificultades llegue

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