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Capitulo De Negi


Enviado por   •  22 de Mayo de 2013  •  1.590 Palabras (7 Páginas)  •  308 Visitas

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Este era mi segundo ano en Harvard mi vida empezaba a ser muy confunsa apenas tenia 20 y ya no sabia que hacer con mi vida amorosa, me habia enamorado de mi nuevo maestro de literatura. El era muy joven para ser maestro en Harvard el era apuesto y muy guapo tenia aproximadamente unos 28 anos pero no los aparentaba. Yo quede anonada en cuanto lo vi, el se dio cuenta que lo estaba mirando y solo me miro y se sonrio. Yo sabia que enamorarme de el solo seria un amor imposible,algo que nunca podria pasar.

Al despertar solo tenía en mente una cosa encontrarme con el sin importar que sucediera yo quería verlo. Y tomé una decisión de la cual no me arrepiento pues no importaba lo que ocurriera yo necesitaba verlo.

Al dar vuelta en la esquina de la iglesia, reaccioné ¿Qué hago aquí?... Pero estaba tan cerca que no pude dar la vuelta y regresar apesar de que no estaba, algo me detenía a esperarlo,si fuera necesario toda una vida.

De pronto aparecio,mi corazón palpitó como nunca, al llegar con el y estrechar su mano yo temblaba y no sabía que decir y solo me dediqué a observarlo y sonreír en ese instante nos dijimos tantas cosas sin pronunciar palabra, solo bastó una mirada, una simple y sencilla mirada.

Mientras continuaba con su clase yo lo observaba y aún en silencio me seguía preguntando ¿Qué hago aquí? porque era tan estúpida al estar otra vez ahí ¿Qué buscaba? y no tardé mucho para darme cuenta una vez más, que él no era para mí.

Todo comenzó así... Con el pretexto de prestarme un libro.

Un escritorio, un librero, un refrigerador y un montón de trofeos sucios y viejos contenía aquella pequeña habitación por su aspecto,parecía como si nadie en mucho tiempo visitaba aquel lugar. Él tomó dos pequeños libros ya viejos color azul y se ofreció a prestarme el que yo eligiera no se si fue la ocasión o el momento el que me llevó a escoger el que estaba titulado “Que no caigan las tinieblas".

El por su parte tomó el otro y comenzó a leer la introducción... no se si fue un pretexto para entablar una conversación o buscaba un fin al explicarme aquel texto, lo importante fue que rompió con aquel incomodo silencio aquel era un texto que hablaba de la identidad y la realidad. Me explicó como las personas siempre pretenden ser otras para poder sobrevivir y las cuales no revelan sus verdaderos sentimientos por temor a ser lastimados, que todos llevamos puestos una armadura de acero y tenía razón.

En todo momento yo solo me dediqué a escucharlo y ha sentir con la cabeza lo que me decía... Lo cierto era que de tantos libros maltratados y deshechos por el polvo de esa habitación, la casualidad hizo que él tomara el más apropiado para el momento nos quedamos callados un instante... lado a lado... Mi corazón palpitaba tan fuerte que tenía miedo que lo escuchara,pero el silencio se esfumó cuando dijo algo que desde que entré en aquella habitación yo también deseaba.

“Tengo ganas de abrazarte”.

En otro momento me hubiese quedado callada y no hubiera ocurrido nada pero algo dentro de mi me decía que ya no debería de ser tan callada y temerosa tomé valor y le pregunté que porque quería hacerlo, solo respondió que era algo que necesitaba al decirme eso era obvio que me estaba pidiendo permiso para hacerlo. Yo tenía que decidir si aguantarme para no hacerme daño y decir que no o decir que si y terminar de destrozar mi corazón y tenía que tomar una decisión rápido.

Así que me acerqué a él, lo miré, abrí mis brazos y lo abracé nuestro encuentro fue tan emotivo que aún siento su respiración y su corazón junto al mío creo que en ese momento suspiré porque se alejo de mí, me miró y me pidió que no llorara “esta vez no” le dije y le hice saber que ahora estaba conciente de las cosas y que me había dado cuenta que no valía la pena llorar por algo perdido e imposible, que en mi cabeza las cosas estaban ya claras, que yo sabía perfectamente que lo nuestro nunca podría ser y cuando menos lo pensé él tenía sus manos entre las mías y mi frente unida a la suya.

Un montón de sentimientos pasaron en ese instante amor, alegría, tristeza, rabia, dolor, rencor... me dijo que iba a continuar y me preguntó que si yo quería seguir lo único que pude decirle fue que mi cabeza me decía una cosa y mi corazón sentía otra y que si continuaba yo tampoco me detendría pasaron solo unos segundos antes de que sus manos acariciaran mi rostro y lo tomaran para poner sus labios con los míos.

Fue algo maravilloso aún siento ese beso un beso que soñé y anhelé tantas veces ese era nuestro momento, un momento que quedaría guardado en mi corazón y en mi memoria para siempre.

Nos alejamos y nos miramos su rostro denotaba tristeza y sus ojos reflejaban cariño y mucho dolor. Y mientras mis manos seguían unidas a las de él, me hizo prometerle que guardaría ese momento para siempre, ya que nuestra historia estaba escrita y por desgracia tenía ya un final.

Los dos sabíamos perfectamente como acabaría esa historia y era triste pues era cierto nuestro amor se estaba escribiendo pero ya tenía un final y no precisamente el más hermoso y bello si no uno trágico y lleno de dolor era preciso disfrutar aquel instante como si fuera el último de nuestras vidas y volvió a abrazarme con muchas fuerzas como si quisiese morirse conmigo. Aun no se cuanto duramos así, pero hubiese querido estar así toda la vida pronto llegó la hora de despedirnos y yo de dejarlo ir, sonó el teléfono y se fue yo no se si era el final de ese día o el comienzo de otro,pero que más da si los dos sabíamos como sería al final.

*********

Cuando por fin estaba decidida a olvidarlo y a continuar con mi vida el aparece de nuevo en mi camino y en mi historia tal vez sea que por más que intente alejarme de el las circunstancias no nos dejan.

No tenían por que ocurrir así las cosas pero así fueron,habíamos acordado juntarnos para comer con unos amigos era un reencuentro ya que ni en este ni en los siguientes semestres estaría con nosotros en la universidad. Nadie de nuestros amigos acudió a la cita solo el y yo esta era otra jugada del destino, si tan solo yo no hubiera asistido.

Y aquí empezó otra historia más...

Esperamos un rato platicando en una de las tantas bancas de una pequeña plaza, gente por aquí y por allá, cada quien en su mundo y con sus problemas, y yo estaba frente al mío. Platicamos de muchas cosas pues ya teníamos tiempo de no hacerlo y no era porque no nos viéramos seguido, pero lo único que le quedaba al verme era decirme las cosas con la mirada y yo de tragarme todo ese dolor al verlo del brazo de otra,no lo podía ocultar, pero el destino quiso que ese día los dos estuviéramos ahí frente a frente.

Caminamos un rato y por un instante desee que el momento de la despedida no llegara nunca y aun sigo pensando que él adivinó mi pensamiento,solo me tomó de la mano y me dijo “este día cocinaré para dos”. Era tanto mi deseo de pasar un momento aquella tarde con él que no me hubiera importado permanecer ahí o caminar sin rumbo sobre aquella plaza!

Pero los planes aun continuaban y me llevó a su casa,compramos lo necesario y nos dispusimos a demostrarnos que tan buenos cocineros podíamos ser, todo fue genial había momentos en que me quedaba observándolo e imaginándome como sería la vida con él.

Al terminar nos dirigimos a la modesta sala de aquella habitación mis latidos nada normales no podían contenerse el corazón acabaría por salirse de mi pecho,él se sentó a mi lado y por más que traté de ocultar mi mirada fue inevitable pues el sabía lo que yo sentía cuando por fin nuestras miradas se cruzaron no hubo más que un largo silencio y aunque yo callaba,mi corazón le decía tantas cosas me miró con tanta ternura que rompió mi fortaleza lo abracé y recuerdo muy bien sus palabras “no quiero hacerte daño”.

Hacerme daño! Las palabras sobraban porque el daño ya estaba hecho desde él momento en que me había enamorado de él y desde el momento en que él se permitió abrir su corazón conmigo pero cada momento que pasaba con él era un momento de felicidad así que lo demás no importaba.Y aunque me digan lo contrario yo sé que el sentía lo mismo, lo veía en sus ojos, que la vida se haya encargado de separarnos a cada instante eso era otra cosa.

No me lo estaba imaginando, ni era una ilusión ya que cada beso y cada abrazo eran reales y esa tarde fue un momento más para recordar,cada beso de aquel instante fue sincero y mientras más transcurría el tiempo la despedida se nos hacia más dolorosa porque no sabíamos cuando volveríamos a estar de nuevo juntos o tal vez esa sería la última ocasión en que nos veríamos.

Nuestras vidas estaban en manos del destino y por lo visto nuestro destino era cruel si tan solo él hubiera luchado un poco por hacer realidad nuestro amor, así como yo lo hice, hoy sería completamente feliz!

...

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