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Carlota De Belgica


Enviado por   •  10 de Noviembre de 2012  •  1.417 Palabras (6 Páginas)  •  799 Visitas

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María Carlota Amalia Augusta Victoria Clementina Leopoldina (Carlota de Bélgica) Emperatriz de México. Nació en el castillo de Laeken cerca de Bruselas, Bélgica, el 7 de junio de 1840. Fue la única hija del matrimonio formado por el Rey Leopoldo I de los Belgas y la Princesa Luisa María de Francia (hija del rey Luis Felipe I de Orleáns, descendiente de Luis XIII, y de María Amalia de Borbón-Dos Sicilias, hija a su vez de Fernando I de Borbón, Rey de las Dos Sicilias y de Nápoles).

Ella fue llamada así en honor a la primera esposa de su padre, la Princesa Carlota de Gales, que había muerto durante el parto. Carlota tenía tres hermanos: Luís Felipe, que murió en la primera infancia, Leopoldo II, que después de la muerte de su padre se convirtió en Leopoldo II de Bélgica y el Príncipe Felipe Conde de Flandes. Ella era también prima hermana tanto de la Reina Victoria I del Reino Unido como de su marido, Príncipe Alberto, así como de Fernando II de Portugal.

Su abuela favorita María Amalia de Borbón-Dos Sicilias, Reina de Francia, era la consorte de Luís Felipe de Francia, y sobrina de María Antonieta. María Amalia era la confidente cercana de Carlota, y durante su boda en 1857, ella llevó una pulsera con un retrato en miniatura de ella. Ellas mantuvieron correspondencia con regularidad, sobre todo más tarde mientras Carlota se encontraba en México.

Cuando Carlota tenía diez años, su madre, Luisa María de Francia, murió de tuberculosis y Carlota fue confiada a la Condesa de Hulste, una amiga cercana de la familia. Aunque joven, la princesa tenía su propia casa pero durante unas semanas al año, Carlota se quedaba en Claremont (casa de campo) con María Amalia y el resto de la familia de su madre en el exilio.

Ella perteneció a la Casa de Sajonia-Coburgo-Gotha que tomó su nombre del diminuto ducado alemán que era la patria de su padre, el primer rey de Bélgica.

El 27 de julio de 1857, Carlota contrajo matrimonio con el archiduque de Austria, Maximiliano de Habsburgo, el idealista hermano menor de Francisco José I, Emperador de Austria, convirtiéndose posteriormente en Archiduquesa de Austria. En la Corte de Viena ella fue muy apreciada por su suegra, que vio en ella el ejemplo perfecto de una esposa de un Archiduque austriaco. Charlotte tuvo aversión a la Emperatriz Elizabeth (también conocida como Sissi, la esposa de Francisco José I). Se dice que la archiduquesa tuvo aversión a la conexión profunda que existía entre la emperatriz y Maximiliano.

Más adelante por presiones de su padre el rey Leopoldo I, se decide darle a Maximiliano el Reino de Lombardía-Venecia. Carlota pasó varios años relativamente felices en Italia como la esposa de Maximiliano mientras el archiduque sirvió como el gobernador de las provincias de Lombardia y Venecia. Aunque Lombardia y Venecia estaban bajo el dominio del Imperio Austríaco, ni Maximiliano ni Carlota tuvieron verdadero poder, y ambos estaban impacientes por papeles más desafiantes en la vida.

Años después la joven pareja aceptó la oferta del trono de México que les ofreció un grupo de conservadores mexicanos (opuestos al gobierno republicano encabezado por Benito Juárez), entre ellos Juan Nepomuceno Almonte. Ellos anhelaban un imperio para solucionar la inestabilidad política de México.

A principios de la década de 1860, Napoleón III de Francia inició la Intervención francesa en México. Francia, impaciente en convertir a México en un Estado satélite, buscó un testaferro adecuado para servir como el emperador nominal de México. Maximiliano aceptó la corona mexicana y la pareja navega para el Nuevo Mundo. La pareja imperial fue coronada en la Catedral Metropolitana el 10 de Abril de 1864 y escogió como su asiento(sede) la Ciudad de México, haciendo su casa Imperial el Castillo de Chapultepec (Miravalle). Como la Emperatriz, Charlotte tomó el nombre de Carlota (en español para Charlotte). Carlota trató de tomar sus deberes imperiales en serio.

El Segundo Imperio Mexicano (1864 - 1867), fue breve y agitado debido a los choques entre la guerrilla republicana y los ejércitos imperiales mexicanos y franceses. Desde el principio los emperadores, no pudieron equilibrar sus políticas liberales con la plataforma de los intereses conservadores que les habían llamado a gobernar. Sólo meses después de la coronación, sin embargo, Napoleón III comenzó a señalar su abandono a Maximiliano. En 1866 Francia, bajo la amenaza de Prusia, la presión de los Estados Unidos y especialmente las derrotas que sufrían frente a los guerrilleros Juaristas, retiró sus tropas. Este obstáculo estratégico fue un golpe fatal a la monarquía mexicana y el Imperio se vino abajo. La situación fue exacerbada por un bloqueo de los Estados Unidos que impidió acudir a los refuerzos franceses.

Carlota, que ya se había destacado como atrevida viajera yendo a la Península de Yucatán para conocer a los mayas y las ruinas de Uxmal en 1865, decidió cruzar el Océano Atlántico en búsqueda de ayuda en Europa en una tentativa desesperada de salvar el trono de su marido, entrevistándose con la nobleza europea en París y Viena, a quienes recordaba en vano el compromiso contraído cuatro años antes; pero el poco éxito de su petición pudo ser una de las razones por las que comenzó a mostrar síntomas de desequilibrio mental, ayudado por los continuos desplantes del emperador francés Napoleón III. Desde Francia, se dirigió a Trieste para descansar y después a Roma, con la intención de conseguir el apoyo papal e inclinar a los conservadores mexicanos a su causa. Acudió al Papa Pío IX, a quien imploraba un concordato para el imperio tambaleante, sin embargo, del Papa únicamente consiguió promesas vagas que la desesperaron. Fue así como Carlota Amalia fracasó en el intento de lograr el apoyo europeo para la monarquía mexicana. Desde ese momento, bajo presión, su locura fue incrementándose, con episodios de lucidez y demencia, agravados (si cabe) por el fusilamiento de su marido. Maximiliano fue aprehendido en Querétaro y luego de ser enjuiciado, se le condenó a muerte. La sentencia se cumplió el 19 de junio de 1867, en el Cerro de las Campanas.

El presidente de México Benito Juárez supervisó la ejecución de Maximiliano en 1867. (Sus últimas palabras sobre su esposa fueron, según se informa: "¡Pobre Carlota!") . El Imperio se había derrumbado después de sólo tres años. Sólo meses más tarde se le notificó lo ocurrido a la viuda enferma. El estado mental de Carlota siguió siendo pobre. Su hermano el Príncipe Felipe, Conde de Flandes, la tenía examinada por médicos, que la declararon demente. Ella pasó el resto de su vida en aislamiento, primero en el pabellón (Gartenhaus) de su Palacio de Miramar (cerca de Trieste, Italia), luego en el Castillo de Tervueren y finalmente en el en el Château de Bouchout en Meise, Bélgica donde finalmente fallecería. Durante la Primera Guerra Mundial, su propiedad belga fue rodeada por el ejército alemán, pero la propiedad en sí misma era sacrosanta porque Austria fue uno de los aliados principales de Alemania y ella era la cuñada viuda del emperador austriaco.

Mientras la enfermedad de Carlota progresó, su paranoia se desvanecía. Ella permaneció profundamente enamorada de su marido. Después de su muerte, ella atesoro todos los bienes sobrevivientes que habían disfrutado en común. Se convenció a si misma de que Maximiliano aun estaba vivo y pronto volvería. Se dice que ella durmió con una pequeña muñeca en su cama, quien ella llamó "Max" y llego a decir que tenían una niña llamada Carlota Maximiliana.

El resto de su vida (1867-1927) ella creyó que todavía era la emperatriz de los mexicanos. Jamás regresaría al país que adopto como suyo, México. Moriría 60 años después de su amado esposo, el 19 de enero de 1927, víctima de una pulmonía, como verdadero recuerdo de otros tiempos.

Sigue siendo considerada en México como una figura romantica y trágica, víctima de los ires y venires de la política mundial de su época.

Sus restos reposan en la cripta de la Iglesia de Laeken, lejos de los restos mortales de su marido, que descansan en la Cripta Imperial de la Iglesia de los Capuchinos en Viena.

Existe la teoría de que la causa de la locura de Carlota fue debido a la ingesta de la seta teyhuinti, se dice que Carlota fue con una herbolaria de la Ciudad de México a la cual le pidió ayuda para poder concebir. Llevaba oculta su identidad con un velo, pero la herbolaria la reconoció, como la herbolaria era partidaria de Benito Juárez le dio el veneno.

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