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Castillo De Chapultepec


Enviado por   •  26 de Noviembre de 2013  •  3.160 Palabras (13 Páginas)  •  385 Visitas

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MAXIMILIALO Y CARLOTA

FERNANDO MAXIMILIANO JOSÉ

El 6 de julio de 1832, en el palacio de Shöenbrunn, ubicado en la zona montañosa al norte de Viena, capital del imperio austriaco, la archiduquesa Sofía, princesa de Baviera, dio a luz a Fernando Maximiliano José, que era el segundo hijo varón archiduque de Austria, Francisco Carlos. Era un niño sensible, pálido, de cabellos rubios y rizados, de ojos muy azules y de rasgos finos. Desde su infancia, Maximiliano desarrolló una natural rivalidad con su hermano Francisco José, superior a él por ser el primogénito y heredero al trono. Pero Maximiliano compensaba esta desventaja llamando la atención de los demás con su modo de ser extrovertido, amable y encantador.

A diferencia de su hermano, quien era de temperamento reservado, metódico e ideas prácticas, Maximiliano era soñador, débil de carácter y apasionado por la lectura, la música y el arte. Fernando Maximiliano recibió la educación propia de un futuro monarca. Su riguroso plan de estudios incluía, además de las ciencias naturales, exactas y sociales, el conocimiento y domino del latín y el griego, del francés y el inglés, y por supuesto, de las lenguas de la monarquía: italiano, húngaro y polaco.

Todo lo anterior era complementado con la práctica de la danza, le esgrima, la natación y la equitación, esta última, su favorita. El estudio de la geografía fomentaba en él su deseo de visitar países lejanos, pasando horas de ensoñación tendido en una hamaca e imaginando los sitios fabulosos descritos en los libros. En su juventud Maximiliano pudo realizar su anhelo de viajar, pues estudió la carrera naval. En sus travesías por el Mediterráneo conoció Grecia, Italia, Portugal y Argelia, entre otros países. Pero lo que más le impactó fue su visita a España, que le permitió conocer la tumba de sus más notables ancestros, los Reyes católicos, Fernando e Isabel.

CARLOTA AMELIA

El de junio de 1840, en el castillo de Laeken, cerca de Bruselas, Bélgica, nació María Carlota Amelia Victoria Clementina Leopoldina, hija del rey de Bélgica Leopoldo I, casado en segundas nupcias con Luisa María, quien era a su vez hija del rey de Francia Luis Felipe de Orleáns. Creció al lado de dos hermanos, Leopoldo, quien llegaría a ser duque de Bravante y Felipe, duque de Flandes. Carlota era una niña sensible, alegre y expansiva, apasionada por la lectura, como su madre. Pero la prematura muerte de Luisa María, a los 38 años de edad, parece haber ocasionado un brusco cambio en la personalidad de la pequeña princesa, de apenas diez años, que se torna pensativa y triste.

Al igual que Maximiliano, recibió una educación adecuada para una princesa, dominando rápidamente el inglés, alemán, italiano, francés y español; se aficionó a la historia, a la filosofía cristiana y se convirtió en una talentosa pianista. Carlota no volaba en su imaginación ni visitaba países exóticos como lo hacía Maximiliano. Soñaba en cambio con ser reina y asumir el papel de su difunta madre, al lado de su padre el rey de Bélgica. A los dieciséis años pidió su mano el rey de Portugal, don Pedro V, siendo también deseada por el príncipe Jorge de Sajonia.

En su estancia en Portugal, el joven archiduque conoció a la princesa María Amalia, de la casa de Braganza, de quien se enamoró profundamente. Pero una año después, María Amalia murió de un padecimiento pulmonar, lo que dejó profundamente afligido a Maximiliano. Hasta la hora de su muerte en Querétaro, llevó un anillo que contenía un rizo de la princesa fallecida. En 1854, Fernando Maximiliano, de 22 años de edad, fue nombrado por su hermano el emperador Francisco José, almirante y comandante en jefe de la flota austro-húngara, visitando Palestina, Francia, Bélgica, Holanda e Inglaterra. Bajo su mando, la fragata Novara emprendió una vuelta al mundo, la cual fue de considerable utilidad científica.

En una de las visitas que realizó a Bélgica en 1856, en el palacio real de Brusela, el archiduque conoció a Carlota Amelia, la única hija del rey belga Leopoldo I. Después de un breve noviazgo y algunas negociaciones, el 27 de julio de 1857 se celebró la boda entre Maximiliano de Habsburgo, de veinticinco años y Carlota de Bélgica de diecisiete años. A instancias del rey Leopoldo I, Maximiliano fue nombrado gobernador general del reino de Lombardía y Venecia, que formaba parte de los dominios del imperio austro-húngaro. El 6 de septiembre de 1857, la pareja real hizo su entrada solemne en Milán. En aquel momento, ninguno de los dos sospechaba que los habitantes de estos reinos sometidos habían desarrollado en los últimos años una vocación libertaria que los llevaría a rechazar cualquier soberano extranjero. En los siguientes dos años Maximiliano encabezó un gobierno colonial inestable y asediado por sus enemigos. A raíz de los conflictos, en abril de 1859, la pareja imperial emprendió el regreso a Austria.

SU LLEGADA A MÉXICO

En 1861, los liberales ganaron la Guerra de Reforma. En mayo de ese año, se celebraron elecciones y se integró el Congreso Nacional. Benito Juárez asumió la presidencia constitucional el día 15 del mismo mes. El nuevo gobierno inició sus funciones en medio del permanente acoso de las fuerzas conservadoras, que no se resignaban a perder el control del país ni sus privilegios. Una fracción de esta élite política derrotada por el partido liberal, entre los que se encontraban José Manuel Hidalgo, José María Gutiérrez de Estrada, entre otros. Se propusieron traer a nuestro país a un monarca extranjero, que apoyado por el ejército de una gran potencia, terminara con el régimen liberal instituido por la Constitución de 1857 y las Leyes de Reforma. Para realizar ese plan, este grupo solicitó la ayuda del emperador de Francia Napoleón III, quien accedió con el fin de crear una monarquía que frenara el arrasador expansionismo económico y militar de los Estado Unidos, que en ese momento estaban envueltos en una guerra civil, y por lo tanto no podían oponerse a una intervención europea, asegurando también para la industria francesa una fuete de materia primas y un mercado para sus productos.

El 17 de julio de 1861, con el objeto de hacer frente al déficit económico, el congreso decretó la suspensión del pago de la deuda externa. Esta medida provocó una crisis internacional, que trajo como consecuencia la formación de una alianza integrada por España, Francia e Inglaterra, en contra de México, creándose las condiciones que requería el emperador francés Napoleón III. Entre el 8 de diciembre de 1861 y el 8 de enero de 1862, llegaron a Veracruz las escuadras españolas, inglesas y francesas.

Después de varias negociaciones

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