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Catedra Bolivariana


Enviado por   •  25 de Abril de 2015  •  3.779 Palabras (16 Páginas)  •  247 Visitas

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1. Porque el descontento social (Problema mantuano) se ve nutrido por la crisis del imperio español y la crisis económica en el proceso de la independencia?

Los mantuanos, era el sector económico-social más poderoso de la ciudad, dicho movimiento pretendía constituir una Junta de Gobierno que rigiese los destinos de la capitanía general de Venezuela a raíz de la invasión de España por Napoleón. En este sentido, a partir de los años comprendidos entre 1804 y 1805 se comenzó a experimentar un profundo malestar económico en Venezuela debido a que las guerras internacionales dificultaban el comercio exterior y hacían disminuir el flujo de la plata que solía llegar de México. Situación que se veía agravada ya que la corona española tenía prohibido a sus colonias el comercio con los países neutrales, como por ejemplo Estados Unidos.

España concibió a sus colonias como centros al servicio de su economía, fundamentalmente de su comercio. El Interés de la Corona se asocia al de los comerciantes peninsulares. Un cerrado monopolio limita los intereses económicos de los hispanoamericanos. Monopolio de transportes de mercaderías, de puertos, prohibición de establecer determinadas industrias. Únicos compradores de los productos coloniales, los comerciantes españoles fijan el precio de ellos y los hacen variar a voluntad. Además la estricta prohibición de comerciar las colonias entre sí. Esta situación se hizo más aguda cuando el progreso de las colonias las convierte en centros exportadores de productos agrícolas y en grandes mercados de consumo. La salida encontrada por los criollos fue el contrabando que adquirió caracteres verdaderamente escandalosos, y que fue indudablemente una necesidad colonial. Las medidas tomadas por Carlos III llegaron cuando ya las colonias se las habían tomado en forma ilegal, y sólo paliaron la situación, ya que el comercio libre sólo regía en relación con España y con las Colonias entre sí, pero subsistían las prohibiciones de comerciar con los extranjeros que constituían los mejores clientes de los productos agrícolas americanos.

Otro motivo de irritación para la clase mantuana venezolana, era la exclusividad para el comercio de harinas que el ministro español Manuel Godoy le había concedido a su cuñado el marqués de Branciforte (ex virrey de México) y que éste ejercía en Venezuela a través de su agente Francisco Caballero Sarmiento.

El descontento social al contrario fue alentado por las autoridades españolas contra los propósitos separatistas de los criollos mantuanos, conforme lo hace constar el Conde de Tovar en representación al Capitán General de Venezuela, Casas. Y constituiría la clave de la hostilidad de los pardos al movimiento libertador. En efecto, para éstos, así como para los indios y los negros, eran los criollos mantuanos sus auténticos explotadores. Y un movimiento de emancipación sería contemplado por ellos como una reacción contra la clase dominante en lo económico y social.

En este sentido, es necesario hacer mención a la llamada Conjura de los Mantuanos, dada en 1808 y que constituye la ruptura definitiva del vínculo político que nos unía al imperio Español y evidencia notorias causas del descontento mantuano en el proceso de independencia.

Cuando a Caracas llegaron desde la metrópoli las noticias de la crisis política que supuso el despojo que sufrieron Carlos IV y Fernando VI de la Corona España y de su imperio por parte de Napoleón Bonaparte, quien se la ofreció a su hermano José; los mantuanos siguiendo el ejemplo de las juntas provinciales formadas en España contra las fuerzas de ocupación francesas y de la Junta Central instalada en Sevilla, que gobernó en nombre de Fernando VII, decidieron hacer los mismo en Venezuela.

El 14 de julio de 1808 el bergantín de guerra francés Serpent llegó al puerto de La Guaira; su capitán, Paúl de Lamanon, subió a Caracas el 15 y al mediodía se entrevistó con el gobernador y capitán general Juan de las Casas, a quien entregó uno documentos en los que el Consejo de Indias, le anunciaba el ascenso de José I al trono de España y de las Indias, ordenándole por tanto reconocerlo como tal; lo que Casas no hizo de inmediato. Al poco tiempo de difundirse la noticia en Caracas, estalló una manifestación que recorrió las calles aclamando a Fernando VII como único rey de España y gritando contra Napoleón y los franceses.

Entre las principales figuras que participaron en este rechazo a la usurpación de la corona española por parte de las fuerzas francesas se encontraban Diego Jalón, José Félix Ribas, así como los criollos Manuel de Matos Monserrate, Diego Melo Muñoz, y José Martín Tovar Ponte, hijo de unos de los mantuanos más importantes, el conde de Tovar. Ante estas circunstancias, Casas que no había tomado ninguna determinación acerca de las ordenes provenientes de la metrópoli, decidió rehusar cumplir las órdenes traídas por Lamanon, teniendo éste que regresar a La Guaira, donde se encontró con la presencia de un buque inglés, la fragata Acasta, cuyo capitán Beaver subió de inmediato a Caracas, anunciando el levantamiento de los españoles contra los franceses y la formación de las juntas en territorio español. La presencia del capitán Beaver reforzó la decisión de reconocer como única autoridad a Fernando VII, ante lo cual el Cabildo de Caracas optó por apoyar a los manifestantes. Mientras tanto, en La Guaira, la fragata inglesa, apresó al bergantín inglés.

En los días siguientes creció la tensión entre el Cabildo de Caracas, producto del descontento de los mantuanos y el capitán general de Las Casas, ya que los primeros abogaban por la formación de juntas similares a las de España y a una mayor liberalización del comercio exterior, lo cual rechazaba el segundo, apoyado por la Real Audiencia y en especial por su regente-visitador Joaquín de Mosquera y Figueroa. Finalmente, ante las presiones y para calmar los ánimos, el 27 de julio de 1808, Casas le consultó al Ayuntamiento de la ciudad sobre la posibilidad de crear en Caracas "una Junta a ejemplo de la de Sevilla". Dos días después, el cuerpo municipal dio su aprobación y señaló que podrían firmarla 18 miembros en total, incluyendo al propio Casas y a un representante "del pueblo". No obstante, la medida no se llevó a cabo ya que al poco tiempo llegaron noticias oficiales de España, según las cuales la Junta Suprema de Sevilla ratificaba a Juan de las Casas y a las demás autoridades en sus cargos. Por tanto, no hubo junta de Caracas, siendo reconocida la de Sevilla, hecho que calmó la agitación pero no hizo desaparecer el descontento de los mantuanos.

El 24 de octubre de 1808, el marqués del Toro le entregó al capitán general Casas una carta que desde Londres le había

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