Centralización:

La centralización: comienzo perfecto y déficit en la evolución

¿Cómo podemos esperar que los países de Latinoamérica salgan de la gran pobreza que los acongoja y poder igualar a las grandes potencias mundiales y ser capaces de depender de sí mismo? Países como Honduras donde el porcentaje de pobreza alcanza un 67,4% y no existe la economía para poder sacar adelante. Aunque al comienzo esto no era así, dado que al principio del crecimiento económico en Latinoamérica se basaba en las capitales de los países.

Pero sabemos que la creciente economía del periodo de 1870-1930 ya no existe y podemos verlo reflejado en la baja de la economía por varias razones, entre ellas: la corrupción en el uso de recursos públicos para privados, el lucro en entidades educativas, entre otras. Esto está estrechamente relacionado con la mentalidad avasalladora y capitalista de los “nuevos emprendedores” que buscan el progreso rápido y fácil económicamente, olvidándose de la manera de conseguirlo y a costa de que.

En cambio como dice el dicho: “todo tiempo pasado fue mejor” pero ¿sabemos realmente eso era así? La evolución positiva de la economía en el periodo de 1870-1930 iba de la mano con el crecimiento de la población en las capitales latinoamericanas donde la gente que llegaba tenía el objetivo de encontrar trabajo para sustentarse una vida estable. Durante este periodo de crecimiento económico-demográfico, los nuevos habitantes que llegaban desde regiones a las capitales tenían la suerte de encontrar trabajo desde el momento en que arribaban.

La situación de Buenos Aires y en el futuro toda Argentina, resulta ser un paradigma en esta época, así lo dijo la destacada abogada argentina, Elisa Carrió: “La única vez que la Argentina pudo sostener un crecimiento económico sostenido fue desde el año 1860 a 1930” esto se da incluso con las crisis recurrentes, endeudamientos públicos y la concentración de las riquezas. Para el final del periodo (1870-1930), la capital de Argentina se ve saturada y el crecimiento económico se ve interrumpido y comienza a decaer, ya que solo se centro en un lugar específico dejando de lado demás territorios, desechando posibles sitios estratégicos de territorios donde podía producirse una nueva economía.

Según la serie histórica elaborada por el economista Orlando Ferreres para su libro “Dos siglos de economía argentina 1810-2014, entre 1860 y 1930 el PBI de la Argentina aumentó al menos de un 5% en 40 años de los 70 años. En cambio en otros periodos, no se logró un crecimiento así. Estos datos surgen de la obra del economista británico Angus Maddison, The World Economy.

Sabemos que en la actualidad Argentina está pasando por problemas económicos considerables que tienen a toda la nación preocupada, las deudas que tiene Argentina con Estos Unidos, sin contar otras deudas con otros países y con el Centro de Arbitraje del Banco Mundial (Ciadi). Está claro que las malas prácticas que se han realizado estos últimos años y la mala administración del país afectaron fuertemente la economía y sin ir más allá incluso a la democracia del país.

En fin, al principio del periodo (1870) la centralización claramente favoreció a gran parte de las capitales de Latinoamérica, haciendo que la economía tuviera un rápido crecimiento, esto trajo consigo una serie de variaciones en la población, y en el tamaño de las ciudades, ya que estas ofrecían trabajo estable y continuo a cualquier nuevo residente, lo cual hizo que el índice demográfico creciera a la par con el económico, muchas capitales tuvieron un éxito absoluto en la economía, como Buenos Aires quien obtuvo un asombroso crecimiento comercial, debido a esto la ciudad tuvo que expandirse, ya que era demasiada gente la que se encontraba allí. Afortunadamente para Buenos Aires la centralización política que existía allí ayudaba en

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