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Conceptos De Democracia


Enviado por   •  19 de Marzo de 2013  •  6.132 Palabras (25 Páginas)  •  740 Visitas

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CONCEPCIÓN DE LA DEMOCRACIA, SEGÚN SIMÓN BOLÍVAR

Democracia: Bolívar fue siempre sólidamente republicano, y como estuvo convencido de que la monarquía era una forma de gobierno anacrónica que no se compaginaba con las realidades y el espíritu de la emancipación americana.

En todos sus proyectos constitucionales plantea la esencia de la democracia: gobiernos populares republicanos, responsables y representativos, en los cuales era decisiva la intervención de las mayorías y el respeto a la opinión pública.

Para Bolívar, “el gobierno más perfecto, es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política”, y en su concepto, “sólo la democracia... es susceptible de una absoluta libertad, libertad que define como el poder que tiene cada hombre de hacer cuanto no esté prohibido por la ley”.

Pero no era utópico Bolívar al querer establecer un sistema de gobierno democrático puro en el mundo hispanoamericano, ya que estaba consciente de que para lograr vivir en una Nación democrática se requería superar la tasa del atraso cultural y la ignorancia del pueblo, ya que este es un sistema de gobierno que requiere la participación activa e inteligente de todos los ciudadanos.

El gobierno propuesto por Bolívar en sus proyectos constitucionales es un gobierno democrático, republicano, popular, efectivo, sencillo, moralmente fuerte, capaz de sobreponerse a la anarquía y a la tiranía, y de realizar y defender la Revolución. Un gobierno con inspiración civil y regido por verdaderos hombres de Estado, civiles,

patriotas, respetuosos de la institución armada, a cuyo progreso propenderá en la medida de las necesidades de la república.

El gobierno democrático concebido por Bolívar tiene como rasgos fundamentales la interrelación orgánica de los poderes; la representación limitada o mandato imperativo; la alternabilidad en el ejercicio del poder, y la consideración del pueblo como la única fuente de soberanía.

Pero a pesar de que Bolívar fue sólidamente republicano, y que estuvo convencido de que la monarquía o la dictadura eran formas de gobierno que no se compaginaban con las realidades y el espíritu de la emancipación, tuvo que ejercer la dictadura en un momento de crisis política.

CONCEPCIONES IDEOLÓGICAS DE SIMÓN RODRÍGUEZ

El análisis social del entorno colonial obviamente conlleva un hecho puntual en las relaciones humanas basadas en las divisiones del poder y las derivaciones consiguientes, las oportunidades establecidas por el status económico, la casta y las buenas conexiones con la realeza. Todo ello un compendio de elementos fundamentales en las opciones para vivir dignamente y en un espacio de justicia e igualdad.

Dentro de este entorno ser descendiente directo del negro africano, del aborigen, e incluso no mucho mejor estaba el blanco de orilla que a pesar de no sufrir la discriminación de los primero, tampoco tenía grandes oportunidades de incorporarse satisfactoriamente a la sociedad productiva y de cierta manera era portador de un soslayo fundamentado en sus escasas potencialidades económicas y naturalmente en su menor poder político, por no tildar de inexistente este último. (Balaguer, 2001).

Evidentemente, las barbaries y la injusticia dentro de la sociedad en la que creció Rodríguez en el siglo XVIII, las cuales observó y ante las que se formó, no pudieron alejarse jamás de la forma en como éste concibió su mundo.

Una concepción que como seguidor de los postulados e ideas filosóficas de Thomas Hobbes, de Charles-Louis de Montesquieu, Jean-Jacques Rousseau o Voltaire constituyeron el epicentro de su formación ideológica, que naturalmente en sus años de juventud expuso como forma de expresión y liberación.

Adicional a esto, los movimientos y hechos concretos acaecidos durante su periodo de vida La Revolución Francesa, la Revolución Industrial Inglesa, las ideas humanistas, los postulados de la ya naciente democracia, constituían sin duda, factores decisivos en la particularidad en que este hombre culto por sus conocimientos integrales y sus revolucionarios pensamientos, y no por la comparación que a tal término se le asignaba para las relaciones de una persona en razón de otras con relación a la riqueza material.

En este sentido, Balaguer (ob.cit) expresa "Rodríguez creció en un mundo de desiguales, de inmediatez por la servidumbre, por la nostalgia de los sueños de un pueblo del cual se sintió parte y que susurraba su profunda ignorancia."(p54). Todos estos factores son decisivos junto con su formación académica en lo que se consuma su pensamiento humanista, en lo extenso de su visión analítica de la realidad y de los hechos y situaciones que conformaban su realidad social, cultural, económica y religiosa.

Son varias entonces las confluencias que deben develarse y estudiarse con el detenimiento necesario para entender en modo sensato los aspectos sucedidos, que pernoctan en la mente del maestro al esgrimir su obra en su discípulo privilegiado, Bolívar.

A tal efecto se cita a Rufo (2001), éste expresa que el ardid político era tan abismal, elocuente y efectivo que afirma en razón de los líderes y conductores sociales de la época "son en general de espíritus bizarros y corazones briosos, y tan inclinados a todo lo que es política que hasta los negros, siendo criollos, se desdeñan de no saber leer y escribir" (p.9).

Estos apuntes esgrimen la dominación presente y el nexo de venta de una sociedad que a pesar de ser injusta y desequilibrada en todo sentido, hace que los oprimidos sientan placer por la supuesta gentileza del opresor, este un proceso ideológico en el cual las personas afectadas les ha sido introyectado un tipo de pensamiento en el cual se sienten que son afortunados al carecer de lo carecen y muy afortunados en tener la miseria en que viven, el conformismo como modo de vida.

Es obvia la opulencia de los actos de un vandalismo camuflajeado, en este sentido José Luis Fortoul citado por Rufo (ob. Cit.) comenta en los años de Rodríguez por el siglo XVIII existía una "higiene pública primitiva, como en la metrópoli; desdén del baño y del jabón epidemias frecuentes y mortalidad de hasta cuarenta por mil" (p.12).

Todos estos factores partes inherentes de una sociedad, fundamentos de una concepción española de limpieza de sangre y en la cual sólo hay espacio para el beneplácito de un sector minoritario de la misma.

Es evidente dentro de este ambiente la inequidad desde toda perspectiva, lo cual se vislumbra en el pensamiento del joven Rodríguez, quien desde su análisis implica como características principales de su proceder ser observador y rebelde, competencias que se mezclan con el espíritu revolucionario que implica la propuesta de un contexto social distinto a las pautas establecidas, de las que experimentó y posteriormente cuestionó, pues él tuvo la oportunidad de estudiar , de formarse según las oportunidades de los de su clase.

Es importante considerar en alusión a esto último, que la historia lo califica como un filósofo y educador, algunos lo tildan de visionario y humanista, su papel más trascendental formar al Libertador quien expuso la educación integral que éste le brindó, llena de amor, para la vida, liberadora, axiológica y fuera, eso si, de todo estigma de discriminación, un verdadero altruista en la construcción de la sociedad americana de entonces.

CONCEPCIÓN DE EZEQUIEL ZAMORA

Venezuela para tratar de llegar a la concepciones que tuvo Zamora: si es que tuvo alguna, cosa que parece ser lo único cierto.

Dice Rodríguez en La llamada del fuego que en 1846 fue “donde vorazmente han prendido ‘las anárquicas ideas que circulan”(p.107). ¿Anárquicas por anarquismo o anárquicas por disolventes? podemos preguntarnos. Porque las ideas anarquistas fueron expuestas por Mijail Bakunin(1814-1876) después del levantamiento parisino de 1848, coincidiendo con el movimiento de La Comuna parisina(marzo 18-mayo 28,1871), sucedido once años después de la muerte de Zamora.

Explica Rodríguez también que “La idea de ‘pueblo soberano’, en oposición a la soberanía del rey, esgrimida por los republicanos durante la Independencia y con antecedentes en la Revolución Francesa, resultó de mucha utilidad a los liberales venezolanos”(p.109, nota 20).

¿Tuvo Zamora un programa ideológico y de acción?. ”Hasta el 12 de septiembre de 1846 en que se une con Rangel, no ha manifestado Zamora una sola palabra respecto a reparto de tierras y liberación de los esclavos. Más bien ha sido partidario del gobierno, celoso de las leyes y de la preservación de la propiedad”(p.128). Este Rangel se llamó Francisco José Rangel(c1795-1847), apodado el Indio Rangel.

CONCEPCIONES DE FRANCISCO DE MIRANDA

En cada una de esas naciones bebió de las concepciones liberales en boga y también en Inglaterra, donde cobró fama de agitador revolucionario.

Diplomáticos de todo el continente europeo coincidieron en calificarlo de "príncipe de las conspiraciones", más estos estigmas no lograron opacar su influjo sobre personas de su generación y entre los más jóvenes.

Algunos de sus más conocidos discípulos fueron Bolívar, José de San Martín y Bernardo O'Higgins, a quienes organizó en logias libertarias y devinieron en estandartes de la independencia americana.

Las experiencias acumuladas en sus incursiones libertarias por el mundo y una incesante búsqueda de conocimientos a través de la lectura posibilitaron a Miranda alcanzar su ideal transformador, cuya vigencia se renueva en estos días.

Los constantes reclamos de las mujeres, favorecidas con el acceso al sufragio hace menos de una centuria, siguen en el centro del debate y este sector poblacional no fue reivindicado de forma total.

Cuestiones esenciales, relacionadas con el matrimonio, los hijos, la educación para la vida, retribución por su trabajo y otros aspectos continúan siendo demandados en esta parte del mundo por las mujeres.

En un contexto marcado por una cultura machista y adultocéntrica, la subestimación es apenas uno de los problemas que afecta a las latinoamericanas en estos tiempos.

Desde niñas, estas son educadas por lo general bajo patrones que de manera tradicional las hacen sentir víctimas de la sociedad y las impulsan a mantener cierta dependencia con respecto a los varones.

La sujeción de las representantes de este sexo a tales consideraciones también en el mercado laboral explica la desproporción entre profesionales hembras y su presencia en puestos de relevancia dentro de sus empresas o en organizaciones sociales.

Por lo general, las mujeres son mal retribuidas por su trabajo con relación a sus contrapartes y se ven obligas a prostituirse, emigrar o trabajar en labores informales, lo que las hace especialmente vulnerables ante la mortal pandemia desatada en el siglo anterior.

Más de la mitad de las personas aquejadas por ese virus en el mundo son mujeres y en Latinoamérica suman dos de cada tres personas de 15 a 24 años.

En igual medida, las niñas están sujetas a este riesgo en el área: entre los adolescentes de 15 a 19 años, cinco o seis pertenecientes a este sector contraen la enfermedad por cada varón en las regiones más afectadas.

Investigaciones reflejaron que una importante proporción de infecciones se deben a la violencia de género en el hogar, la escuela, centros de trabajo y en otras situaciones sociales.

CONCEPCIÓN ESTRATÉGICA DEL MARISCAL ANTONIO JOSÉ DE SUCRE

El pensamiento y la obra del Gran Mariscal Sucre fueron inigualables; su vida fue tan ejemplar, asombrosa y extraordinaria, que su primera biografía la escribió el mismo Libertador Simón Bolívar. Sucre fue soldado, estadista, diplomático, congresista, primer presidente de la República de Bolivia, extraordinario estratega e ingeniero militar. Fundó periódicos, universidades, cortes de justicia y diseñó leyes.

El presente trabajo tiene la finalidad de realizar un pequeño recorrido por la vida de este gran héroe venezolano, con el propósito de reconocer la grandeza de un hombre que murió en la flor de su juventud en pro de los valores libertarios. Estratega sin igual y dueño de una benevolencia legendaria, cuyo pensamiento progresista aún marca el camino en la construcción de una mejor patria. Acuñado en monedas, vitoreado en discursos, bustos de plazas y demás, el pensamiento de Sucre persiste orgulloso y reluciente al lado de Bolívar.

II. UNA VIDA DEDICADA A LA LIBERTAD E INTEGRACIÓN DE AMÉRICA

A. ¿QUIÉN FUE REALMENTE ANTONIO JOSÉ DE SUCRE?

Hablar sobre el Gran Mariscal de Ayacucho es ahondar en una vida fascinante, de quien estuvo entregado de lleno a la causa patriótica, con ideas progresistas e igualitarias con proyección latinoamericana.

Cuando se habla de Antonio José de Sucre, es fácil asociarlo con el adjetivo de “Gran Mariscal de Ayacucho”, un título ganado a pulso por este héroe de la independencia que vio luz un 3 de febrero de 1795 en Cumaná. De familia aristócrata, cuyos orígenes se remontan a Bélgica, siempre despuntó, desde muy joven, como un defensor de la libertad y de la unidad.

El Mariscal Antonio José de Sucre se inició en la milicia desde los 13 años, y ya a los 15, era subteniente de Milicias de Infantería de Cumaná y peleó a las órdenes del Generalísimo Francisco de Miranda.

VALORES DE SIMON BOLÍVAR

La Constitución Bolivariana de Venezuela nos dice que la nación fundamenta su patrimonio moral y sus valores nacionalista “en la doctrina de Simón Bolívar“; y como nos señala el Diccionario de la Academia Española, Doctrina: es enseñanza, es ciencia, es sabiduría, y un conjunto de ideas u opiniones que abarcan un amplio espectro religioso, filosófico, político y social, sustentados por una persona o grupo; que para nuestro entender de identidad nacional y el gentilicio, fueron las enseñanzas de nuestro Libertador a través del Ideal Bolivariano.

Ideales: la Lengua española lo define como un modelo perfecto que, en el campo socioeconómico, es el ápices subliminal de un modelo de estado, el cual Simón Bolívar resumía en una sola palabra: Felicidad..!

“Son derechos del hombre: la libertad, la seguridad, la prosperidad y la igualdad. La felicidad general, que es el objeto de la sociedad, consiste en el perfecto goce de estos derechos”

Simón Bolívar

El término “Ideales” fue acuñado en el campo político por el filósofo Antoine Destutt de Tracy, uno de los llamados ideólogos que intentó identificar el concepto de la sociedad revolucionaria mediante el “Pragmatismo de las Ideas”, cuyo concepto revolucionario para su época, ya había sido profundizado por Simón Bolívar:

“La súbita reacción de la ideología exagerada va a llenarnos de cuantos males nos faltan, o más bien los van a completar. Usted verá que todo el mundo va a entregarse al torrente de la demagogia, y desgraciados de los pueblos y desgraciados de los gobiernos”

Simón Bolívar

En el campo político, la ideología conlleva irremediablemente a la manipulación de la conciencia y la demagogia, como sabiamente nos alertó Bolívar, puesto que es el componente fundamental del totalitarismo absorbente que se filtra con sus perniciosas doctrinas, o en práctica de violencia revolucionaria que destruye la libertad civil y política de los pueblos; su seguridad económica y social; y el propio estado espiritual y de conciencia humana… Por ello, Bolívar, el Libertador y Padre de la Patria americana, señaló la Unidad Sudamericana a través de la fórmula de la integración, si aspiramos alcanzar una vida efectiva de felicidad que nos da la libertad, el bienestar y la democracia participativa y protagónica.

VALORES DE SIMON RODRIGUEZ

Rodríguez quería que la educación, en Venezuela y América, se impartiera con calidad, en torno al desarrollo personal de los individuos, su capacidad de comprender y analizar la sociedad en la que viven, su desarrollo humano y personal en el contexto del desarrollo social y comunitario inspirado en principios y valores como la igualdad, la equidad, libertad, emancipación social y humana. Una educación que permita a cada uno desarrollar a plenitud sus talentos y construirse como persona y ciudadano solidario y productivo. Que le enseñe a ser, a convivir, a aprender y a trabajar. En fin, una educación que le enseñe a cada individuo crecer y desarrollarse como persona y a preocuparse por su entorno social, que le enseñe los valores y principios de su sociedad. Formar individuos que enfrenten al mundo valiéndose de sus destrezas y habilidades. Formar personas pensantes que no se valgan solo de la memoria y por ultimo que se les enseñe a trabajar y a valorar su trabajo. Y con estas bases se contrita una genuina Educación de Calidad.

Bases para una Educación de Calidad.

1.- Educación para formar personas y auténticos ciudadanos.

2.- Educación que enseñe a aprender

3.- Educación que enseñe a trabajar y a valorar el trabajo y al trabajador.

1.- Esta primera dimensión está orientada a formar y educar para formar persona y auténticos ciudadanos, con una educación en los valores de la convivencia,

Rodríguez estaba convencido de que era urgente emprender un proyecto educativo diferente que, pues bajo retórica e principios y proclamas, seguía intacta la vieja estructura de servidumbre. La independencia no había desmantelado el viejo orden colonial, para ser eficaz este proyecto educativo tenía que ser propio, original, hecho en la propia entraña americana.

El fin primordial de la educación es formar ciudadanos y es por eso que todos deben tener acceso a ella, ya que, como decía Rodríguez "sin educación popular no habrá verdadera sociedad…". Esta educación debe estar vinculada a la solidaridad que se expresa en las múltiples y pequeñas dimensiones del vivir y convivir diario.

Para tener personas y auténticos ciudadanos, debemos superar la pobreza y profundizar la democracia, y esto requiere de un proceso simultáneo.

La democracia se puede construir dependiendo de nuestra actitud, de nuestra voluntad, de nuestra voluntad de cooperación, de nuestro respeto, de nuestra responsabilidad, de nuestra solidaridad. Podemos hacer una escuela y una universidad diferente, de docentes, de administrativos, de representantes y comunidad que tengan en su horizonte los intereses de la mayoría y la construcción y vivencia de la genuina democracia.

VALORES DE FRANCISCO DE MIRANDA

Francisco de Miranda

Por: Carlos Escarrá Malavé | Miércoles, 26/03/2008 09:16 PM

El próximo 28 de marzo se conmemora el nacimiento de uno de los más insignes luchadores de nuestra independencia, el Generalísimo Francisco de Miranda, quien con su invaluable obra, y con los beneficios que le representaba ser un hombre universal, fue uno de los pioneros en iniciar un proceso de articulación entre los diversos pueblos, para la lucha por la independencia, reflejando de esta manera lo que siempre caracterizó a su persona, es decir, el gran espíritu de libertad e igualdad, por el que luchó en diversas latitudes.

Desde luego, no puede dejarse pasar por alto que, tanto la obra de Miranda como la de nuestro Libertador Simón Bolívar, representaron los anhelos de libertad e igualdad que fueron forjados por nuestros aborígenes, y por los intentos libertarios de Andresote, José Leonardo Chirino, Gual y España; todos en la búsqueda del rompimiento de las cadenas del imperio español. Sin embargo, la labor desarrollada por Francisco de Miranda en la comunidad internacional de la época, en la búsqueda de la consolidación del apoyo y la solidaridad internacional con el proceso de independencia de nuestra patria, lo constituye en uno de los pioneros y precursores en la aplicación de una noción de integración de los pueblos vista como herramienta para alcanzar el bienestar y la felicidad de los mismos.

Así, orientado por las ansias y el espíritu de libertad, Miranda llevó a cabo la expedición en el año 1806 que tuvo por finalidad iniciar una serie de acciones destinadas a promover y a obtener la independencia de los pueblos en la América hispana y es en dicha travesía, comandada desde el buque "Leander", cuando fue levantada por primera vez nuestra bandera tricolor, el 12 de marzo de 1806 en Haití, primer país de nuestra América Latina en adquirir la independencia y al cual Miranda había acudido en apoyo para afrontar la empresa que tenía propuesta.

Es en ese momento cuando Miranda lanza aquel juramento que todavía retumba en las costas y tierras de nuestra América: "Juro ser fiel al libre pueblo de Sur América, independiente de España, y servirle honesta y lealmente contra sus enemigos y opositores y observar y obedecer las órdenes del supremo gobierno de este país legalmente constituido y a las órdenes del general y oficiales superiores a mí." Francisco de Miranda y su tripulación partieron rumbo a nuestra patria, y cuando llegó a Ocumare de la Costa, en la madrugada del 28 de abril, fue atacado fuertemente. La operación no alcanzó éxito en esa oportunidad, pero Miranda logró escapar y con una flota integrada por los buques el Leander, el Express, la Attentive, la Provost, la Lily, el Bacchante, tres cañoneras y tres buques de transporte, llegó a las costas de Coro el 1 de agosto de 1806. En la madrugada del día 3, tomó el Fortín de San Pedro, donde se izó por primera vez en suelo patrio nuestro tricolor.

Sin embargo, no obstante de que la voluntad emancipadora no llegó a alcanzar el éxito en dicha oportunidad, sin duda aquel suceso histórico constituyó una fuente de inspiración que marcó de forma trascendental el inicio un nuevo capítulo en el proceso revolucionario de independencia de nuestro país, y que luego continuaría el propio Miranda, para posteriormente ser alcanzado en forma definitiva por nuestros aguerridos próceres, bajo el mando del padre de nuestra patria Simón Bolívar; todo lo cual constituye a Miranda, sin duda alguna, en uno de los más grandes hombres de esta tierra, cuya vida y obra representan un invalorable legado en la consolidación de los valores de la libertad e igualdad de nuestros pueblos latinoamericanos.

VALORES ANTONIO JOSÉ DE SUCRE

Antonio José de Sucre (1795- 1830) es uno de los venezolanos

más preclaros que entró en las páginas de nuestra historia por amor a la

libertad, a la patria y a su pueblo. También por su probidad,

desprendimiento, ecuanimidad y justicia en el cumplimiento de sus deberes

como hombre y como soldado de un ejercito que se echo el miedo a las

espaldas para romper las cadenas que oprimían a nuestras sociedades.

Antonio José de Sucre y el padre de la patria, El Libertador

Simón Bolívar, son las figuras tutelares, creadoras y resplandecientes de

nuestra patria. Por ello han trascendido los umbrales de la historia de la

inmortalidad.

La vida y obra de Antonio José de Sucre está llena de

episodios interesantes, que se llenan de luz con los grandes aportes que

dejó para beneficio de toda América Latina y de toda la humanidad. Fue él un

excepcional hombre de su tiempo, quien con sus reflexiones y preocupaciones

por la libertad e independencia de nuestros pueblos marcó pauta en el tiempo

que le toco vivir. Junto con el ejercito patriota él se dedicó a

construir un mundo mejor, una patria independiente de todo dominio foráneo.

Su preocupación fue amplia y se extendió por todos los pueblos, las llanuras

y cordillera andina, llegando hasta Perú y Ecuador, que hoy a 208 años de

su nacimiento, todavía andan luchando contra los grupos oligárquicos para

construir los espacios de la libertad.

Sucre fue testigo puntual de una historia que se desarrolló

con violencia. De allí, tal vez, su pensamiento y su energía los concentró

en el puño y filo de una espada para lograr la verdadera originalidad de las

sociedades americanas. Su espada nunca la empuñó para asesinar, sino más

bien para romper las cadenas del odio y la opresión, que mantenían hundida a

América en los charcos de la ignorancia y el sometimiento.

El despertar de América, el despertar de nuestra patria

Venezuela, comienza con los primeros gritos de Bolívar y Sucre. Con ellos

nace la semilla de la libertad. Sucre y Bolívar, fueron la energía que

impulsó a Venezuela, a Colombia, a Bolivia, a Ecuador y Perú, a emprender la

marcha por los caminos de la independencia. Ambos fueron protagonistas de

una época. Sus influencias, sus pensamientos no dejan de sentirse en la

actualidad, especialmente en estos momentos cuando grupos oligárquicos

quieren acabar con la democracia.

Resulta interesante recordar a estos dos hombres de nuestra

historia. Ambos dedicaron su vida, su tiempo su capacidad, sus fuerzas y

toda su voluntad para darnos ese don tan preciado como lo es la libertad.

Ambos líderes abrieron las puertas para que los vientos de la libertad

comenzaran a golpear suavemente el rostro y el corazón de los hijos de

América. Es la hora de que todos los venezolanos asumamos como estandarte

las ideas y principios de estos dos grandes hombres.

PROPUESTA DE SIMON BOLÍVAR

Las propuestas de Simón Bolívar, de 1820, no constituyeron un programa de acción política de carácter provisional, sino que eran ya un programa de gobierno sólido y con porvenir, destinado a dar estabilidad a la República, hacerla perdurable y, al mismo tiempo, borrar en el ánimo de los ciudadanos los efectos perjudiciales de la dominación colonial.

En el Discurso de Angostura -la primera pieza orgánica de la conciencia americana y sin duda el primer análisis sociológico moderno de la realidad hispanoamericana-, después de sugerir un concepto de práctica política identificado con los principios aristotélicos de sabiduría, rectitud y prudencia, Simón Bolívar consideró y dio por hecho que la República tenía ya ciudadanos aptos para gobernarla.

En tal sentido, propuso tres caminos que trajeran a la República la deseada estabilidad y resolvieran la ausencia de virtud que padecía. El primero era el establecimiento de un poder ejecutivo fuerte y vitalicio. El segundo era la creación del senado hereditario. El tercero, en fin, era la educación del resto de los ciudadanos, y estaba basado en los lineamientos del culto cívico de la república jacobina.

Este proyecto republicano, que mezcla los principios y la naturaleza de una república aristocrática con las leyes y funcionamiento de una monarquía, constituye la más acabada expresión de la reelaboración de las ideas ilustradas para convertirlas en respuestas factibles y practicables en el gobierno de las colonias españolas de América. Se trata de la república bolivariana que madurará con el establecimiento de la República de Colombia a partir de 1821.

PROPUESTA DE SIMON RODRIGUEZ

Antes de entrar en materia es conveniente resaltar la importancia de leer críticamente al propio Simón Rodríguez, sus biógrafos y otros ensayistas. En esa bibliografía encontramos que se repiten ciertas afirmaciones que no parecieran tener asidero concreto. Por ejemplo, se habla a menudo de la influencia de Rousseau sobre el pensamiento educativo y político de Simón Rodríguez. Los que afirman esto parecen no haber leído ni a Rousseau ni a Rodríguez. Por otro lado, encontramos en los primeros escritos de Rodríguez algunas propuestas que no tiene nada de revolucionarias. Sobre estos asunto comentaré en otro artículo. Lo anteriormente descrito obliga a una lectura radical, que vaya a las raíces, y que conduzca a identificar las propuestas realmente revolucionarias para su época y su relevancia para la situación actual. Es precisamente a algunas de esas ideas que dedico este artículo.

En su “Estado Actual de la Escuela y Nuevo Establecimiento de Ella”, escrito en 1791, Simón Rodríguez presenta detalles acerca de la organización de una Escuela de Primeras Letras para la ciudad de Caracas. Hay algunas ideas en esa propuesta que encuentro sumamente interesantes. Una está relacionada con el tamaño de la escuela y su distribución en la ciudad. Propone Rodríguez que se creen cuatro escuelas, una en cada feligresía, atendida cada una por un maestro y tres pasantes. Uno de estos maestros será el Director de la Escuela. Este Director estará a cargo de los asuntos administrativos y pedagógicos de las cuatro escuelas, con el fin de lograr en ellas “una perfecta uniformidad, privando las innovaciones arbitrarias, el partido y la discordia” (Rodriguez, 1794, p. 211 en la edición de la Colección de Libros Revista Bohemia). Esta idea de Rodríguez de dividir una Escuela en cuatro escuelas pequeñas (de una sola aula) distribuidas en diferentes partes de la ciudad es apoyada parcialmente por investigaciones recientes acerca de las ventajas de las escuelas pequeñas. Otra idea revolucionaria en esta propuesta tiene que ver con la organización de la labor docente. Los cuatro maestros y los doce auxiliares se reunirían el último día de todos los meses en la escuela principal bajo la coordinación del Director. En esa reunión mensual se discutirían asuntos relacionados con el funcionamiento de las escuelas y se acordarían los planes de acción para el mes siguiente. Se llevaría un libro de actas de estas reuniones, el cual se titularía “La Nueva Construcción, Régimen y Método de las Escuelas”. Dejemos que el propio Simón Rodríguez nos explique este asunto, el mencionado libro serviría “para tener un principio seguro en qué fundarse, y una noticia ordenada de las materias que deban tratarse. Escribiéndose a continuación todos los descubrimientos, progresos y limitaciones que se vayan haciendo, vendrá a ser ésta con el tiempo una obra de mucha utilidad para las Escuelas; porque se tendrán a la vista desde sus principios, y se formará una colección de buenos discursos y noticias que ilustren a los que hayan de seguir en su gobierno” (Rodriguez, 1794, p. 212 en la edición de la Colección de Libros Revista Bohemia). Esta idea es realmente revolucionaria. La elaboración del conocimiento pedagógico se haría de manera sistemática y a partir del estudio y discusión de situaciones reales por parte de los mismos maestros. Este conocimiento y reporte de prácticas quedaría registrado por escrito para ser usado por los pasantes y futuros maestros.

PROPUESTA DE EZEQUIEL ZAMORA

Zamora se radica en la población aragüeña de Villa de Cura donde establece una tienda de víveres; allí desarrolla un prestigio de comerciante probo y respetuoso. Para ese momento en que el joven Ezequiel aún no ha frisado los 30 años, su relación con los comerciantes y el pueblo le permiten palpar el descontento social provocado por la crisis económica que ocasionó la guerra de la independencia y ante las propuestas del abanderado del liberalismo Antonio Leocadio Guzmán se une a él, convirtiéndose en el Jefe regional de los Liberales.

El 7 de septiembre de 1846 Zamora se alza en Guambra, utilizando las consignas: Tierra y hombres libres, Respeto al Campesino y Desaparición de los Godos, ganando la devoción popular y el nombre de «General del Pueblo Soberano».

El 20 de febrero de 1859 estalla en Coro la Guerra Federal con Juan Crisóstomo Falcón a la cabeza como supremo caudillo del movimiento. Zamora se une a Falcón a quien de inmediato lo nombra Jefe de Operaciones de Occidente. Como brazo ejecutor de la Guerra Federal desarrolla una gran actividad y gracias a su carisma logra organizar un ejército popular a favor de los federalistas. El 4 de junio de 1859 recibe el título oficial de «Valiente Ciudadano».

Tres meses dedicó Zamora a la organización de las tropas para lo que sería la batalla decisiva, como en efecto lo fue el 10 de diciembre de 1859, la famosa Batalla de Santa Inés, donde es derrotado el ejército centralista. Después de esta acción Zamora se dirige al centro del país y en el asalto a la ciudad de San Carlos, Estado Cojedes, el 10 de enero de 1860 muere el General Ezequiel Zamora, uno de los líderes de la Federación, durante la Guerra Federal. La bala que asesinó a Zamora no se supo nunca de dónde partió; algunos afirman que provino del bando enemigo; otros sostienen que fue de sus propios compañeros de armas.

Ezequiel Zamora nació en medio de las violentas luchas que contra España realizaban los libertadores de Venezuela; en la hondonada de Cúa, en los valles del Tuy Medio, en un pueblo apacible y tranquilo. Pasó los primeros años de su vida acudiendo a una escuela elemental donde aprende los rudimentos de la lectura y la escritura.

Si bien es cierto que perteneció a "los blancos de orilla", la posición de su familia no era del todo precaria, pues eran propietarios en medio de una situación económica que hacía depender la vida de la producción agrícola.

El haber aprendido a leer y escribir le valió mucho en un país donde el analfabetismo era un mal crónico en más del 90% de la población; con este instrumento pudo lograr nociones de ideas políticas y entender la doctrina del Partido Liberal, leer los periódicos y una que otra obra de Historia Universal donde se reflejaba la lucha de los pueblos por alcanzar la libertad.

Ezequiel Zamora se fue formando también en el campo de la vida real, adquiriendo la experiencia de la "universidad de todos los días". Cuando su madre Paula Correa se traslada a Caracas, Zamora trata de continuar sus estudios, pero la vida en la capital era distinta y tuvo que ayudar a su madre en labores que le produjeron el sustento. Así vemos cómo, desde muy joven va adquiriendo experiencia y configurando su noble y recia personalidad, para luego ponerla al servicio de una causa que a la larga será desvirtuada y hasta traicionará los postulados por los cuales luchó Zamora.

Los liberales no fueron sumisos a la posición del nuevo gobierno conservador encabezado por Julián Castro y de inmediato procedieron a planificar qué debían hacer para quitar del poder a los conservadores, y vemos cómo Ezequiel Zamora quien se había embarcado hacia Curazao, entra en contacto permanente y directo con los jefes del liberalismo, pero en mayor contacto con las gentes que se quedaron en el país, ellos le irán suministrando información y no descansará en su empeño de reiniciar la lucha contra los que ostentaban el poder porque no importa quién estuviera en él, qué pensamiento pusiera en práctica, cuál el carácter de la Constitución; lo importante era estar en el poder, era necesario buscar las formas de obtenerlo y Zamora que era hombre de "tareas a emprender", comprendió que su participación en el Gobierno sólo se lograba a través de la intervención armada, así que no tuvo que esperar mucho tiempo y pudo dirigir desde la isla de Curazao la insurrección que se produce en Coro el 20 de febrero de 1859.

PROPUESTA DE FRANCISCO DE MIRANDA

En 1807 regresa a Inglaterra y logra que se apruebe el armado de una expedición al mando del duque de Wellington pero la acción napoleónica en España desvía los planes. El 19 de abril de 1810 estalla la Revolución en Venezuela.

Sus esfuerzos diplomáticos continúan, esta vez con la pluma (escribe sus ideas en un periódico) hasta el 14 de julio de 1810 cuando arriban a Londres los miembros de la Junta Suprema de Gobierno de Caracas: Bolívar, López Méndez y Bello. Estos persuaden a Francisco de Miranda a retornar a su tierra natal, propuesta que es aceptada. El 10 de diciembre de ese año llega a La Guaira donde es recibido por el propio Simón Bolívar y por una población aclamante. Es nombrado Teniente General de los Ejércitos de Venezuela. Es promotor de la Sociedad Patriótica y en 1811 es parte del Congreso Constituyente.

Insta a la declaración inmediata de la independencia, que se proclama el 5 de diciembre de 1811 adoptando la misma bandera creada por él que flameó en el “Leander”.

PROPUESTA DE ANTONIO JOSÉ DE SUCRE

l teniente Sucre participó

en las tropas del general Francisco Miranda, pero ante la capitulación, emigró a Trinidad; regresó en 1813.

Con el general Santiago Mariño hizo las campañas militares de 1813 y 1814; continuó en la guerra de

Independencia contra el ejército realista del Pacificador Pablo Morillo. En 1817 el Libertador Simón Bolívar le

confirió el grado de coronel, y en 1819 recibió el grado militar de general de brigada. El Libertador nombró al

general Sucre como jefe del Estado Mayor, y después como ministro Interino de la Guerra. Participó en los

tratados de armisticio y regularización de la guerra, de acuerdo con las propuestas de paz que hizo el

Pacificador Pablo Morillo, las cuales fueron aceptadas por el Libertador. En 1821, el general Antonio José de

Sucre fue nombrado jefe del Ejército del Sur de Colombia. Sucre buscaba la liberación de Quito, para

continuar con la de Perú y Alto Perú; esta era la estrategia militar del Libertador, quien tuvo la idea de

liberar a la Nueva Granada para luego continuar con Venezuela y seguir hacia el sur hasta el Alto Perú. El

general Sucre dirigió y triunfó en la batalla de Pichincha, al occidente de Quito, el 24 de mayo de 1822. Con

la derrota de los realistas, Sucre y el Ejército Libertador del Sur entraron triunfalmente a la ciudad de Quito.

Esta provincia fue incorporada a la República de Colombia o Gran Colombia, a pesar del rechazo de los

guayaquileños, quienes reclamaron que las relaciones comerciales se hacían más con el Perú que con

Colombia. Sin embargo, la presencia del Libertador Bolívar y de Sucre influyó notablemente en el ánimo de

los patriotas quiteños y guayaquileños, quienes aceptaron su incorporación a Colombia. El 26 de julio de

1822 tuvo lugar la entrevista de Guayaquil entre los dos Libertadores de América del Sur: Bolívar y José de

San Martín. Con el triunfo de Pichincha, el último presidente de la Real Audiencia de Quito, don Melchor de

Aymerich, firmó pocas horas después, la capitulación ante el general Antonio José de Sucre. Con este triunfo

se aseguró la independencia de Ecuador.

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