Congo Belga

Congo Belga

El autor de este artículo es George Washington Williams, el cual fue un Jurista, historiador, clérigo y político estadounidense de raza negra,. Participó en la Guerra Civil Americana aunque terminó por desertar y escapo a México. Volvió a su país se graduó en leyes en Ohio. Su interés por el proyecto del Rey Leopoldo II le llevo en 1890 al Congo Belga. Allí quedo horrorizado por las atrocidades cometidas por la administración de Leopoldo II, lo que le llevó a escribir este artículo el cual es una carta abierta dirigida al rey en la que enumeraba los horrores que eran desconocidos para el mundo. Falleció en 1891 en el barco que le llevaba de vuelta a su país.

Leopoldo II de Bélgica nacido en 1835 en Bruselas fue el segundo rey de los belgas y propietario del Estado Libre del Congo. Sucedió a su padre, Leopoldo I, en el trono de Bélgica en 1865 y permaneció hasta su muerte en 1909. Leopoldo II fue capaz de persuadir a la Conferencia de Berlín de 1884-85 para que se le entregara el Congo a la entidad independiente que él creó, el Estado Libre del Congo, convirtiéndose él en el dueño del territorio y no el estado belga, se le considera responsable de la muerte de unos 10 millones de congoleños.

Al comienzo de la década de 1830 las potencias europeas intensifican sus posiciones en África y Asia, allí realizan una explotación informal y poco profunda ya que se asientan mayoritariamente en la costa. Controlan los cauces de los ríos y los puertos comerciales sin llegar a ejercer una ocupación.

Este será el proceso seguido por todas las naciones hasta la década de 1880.

En 1876 Leopoldo II rey de Bélgica creo la Asociación Internacional Africana cuyo objetivo era la protección de los nativos africanos de la explotación defendiendo la paz, la cultura y la civilización. Esta organización financio al explorador americano Henry Morton Stanley para realizar una expedición en el rio Congo, al completarla no quedaron zonas sin explorar en territorio africano. El creciente nacionalismo Europeo fruto de del liberalismo y las guerras napoleónicas llevo al imperialismo, esto provoco que las grandes naciones europeas enviaran expediciones a los territorios africanos para que estas aseguraran las posiciones geoestratégicas y comenzaran a explotar los recursos del lugar en busca de materias primas. Para ejercer un mayor control de las regiones se comenzó a ocupar y a dominar los territorios, comenzado así la creación de los grandes imperios que durarían hasta el final de la segunda guerra mundial. Debido al afán de prestigio las naciones europeas empezaron a controlar grandes extensiones de tierra y sus intereses comenzaron a chocar, por ello entre el 15 de noviembre de 1884 y el 26 de febrero de 1885 se celebro la conferencia de Berlín con el fin de delimitar las zonas que cada nación europea dominaría, repartiéndose toda África entre los europeos, a excepción del reino de Etiopia que se convirtió en un estado independiente. Leopoldo II había creado la Asociación Internacional del Congo, cuyos fines eran el mantenimiento de la paz en las regiones africanas de la cuenca del Congo, a pesar de que se uso para explotar las riquezas de la cuenca de ese río. Por ello se le entrego el estado libre del Congo a esta asociación lo que convirtió al rey en el dueño de su propia colonia privada.

Así, la costa mediterránea africana quedó en manos de Francia y el Reino Unido; la costa oriental se dividió entre los alemanes al sur y los británicos al norte. La costa occidental africana quedó en poder de los belgas, franceses y británicos. Los españoles se hicieron con el Sáhara Occidental, Guinea Ecuatorial y algunas zonas de Marruecos; los italianos consiguieron Somalia y los portugueses extendieron su control sobre Angola, Cabo Verde y Guinea-Bissau, Santo Tomé y Príncipe y Mozambique,

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