Conquista y colonización del territorio zacatecano. Época virreinal : Fronteras y sus Características

Conquista y colonización del territorio zacatecano. Época virreinal Fronteras y sus Características

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Frontera Religiosa. Para la evangelización fue un territorio muy complejo, áspero y conflictivo. Los grupos religiosos tenían la encomienda de nuevos territorios, nuevos conversos y sobre todo de ser un parte muy activa en el proceso de pacificación. Cada nuevo trozo de frontera volvía a plantear problemas para su atención  y es que a su consideración el Reino de Galicia había muchas gentes bárbaras e infieles por convertir, aun con todos los esfuerzos posibles eran muy pocos los avances debido a los pocos religiosos para tan grande territorio. Aun con la creación de nuevas provincias el territorio aún era demasiado extenso para la evangelización. Para ello se crearon monasterios con la finalidad de ser un enlace para las misiones más lejanas al norte. Los monasterios no llegaban a cubrir con su influencia extensiones semejantes debido a lo débil de las rutas y a la poca protección, se suscitaban ataques por parte de los chichimecas.

La extensión desmesura provocó que la mayoría de los poblados indígenas atendidos por religiosos franciscanos funcionaran como visitas, es decir, cuando un religioso pasaba por tales poblados les impartía la misa y el bautismo. Ante tal situación los Agustinos pedían que se les asignaran el área de San Cristóbal de la Barranca, argumentando que en tales lugares no había atención en cuanto a la doctrina. Por otra parte, el cabildo eclesiástico acusaba a la orden franciscana de descuidar la doctrina en la Nueva Galicia, por querer abrir misiones en tierras nuevas. La tierra fragosa de Nueva Galicia también fue una causa parcial que explica la continua falta  de religiosos en dicha área. Poco era el interés de los religiosos franciscanos al acudir a la Nueva Galicia, por las condiciones del territorio y su extensión; y por la falta de seguridad en ejercer su ministerio. Preferían quedarse en México, Morelia o Guadalajara, posiblemente porque también había necesidad de religiosos y por las ventajas de comodidad y seguridad que en ellas se ofrecían.

Las principales características de la frontera geográfica. Contaba con 120 leguas y estaba ubicada en el eje norte-sur (desde taximaroa, en Michoacán, hasta la desembocadura del río Grande en Nueva Galicia), y en la dirección este-oeste oscilaban entre 20 y 50 leguas, es decir un territorio en donde quedaban comprendidas las jurisdicciones de los actuales estados de Jalisco, Michoacán, Nayarit, Colima, Zacatecas y en menor magnitud Sinaloa. Hacia 1567 gran parte del territorio no había sido conquistado.

La posición geográfica era muy propicia para la el desembarque y la llegada de nuevos habitantes para poblar el inmenso territorio y además de tal territorio constituían un paso decisivo para el acceso a Florida, más aun con el valor que en sí mismos tenían por sus yacimientos mineros. Al territorio no se le había fijado algún límite en el norte, ya que conforme se daban nuevos descubrimientos, se iba recorriendo la frontera. En 1562, se reforzó el acceso al norte con la fundación del real minas de Mazapil que, sirvieron para contener los avances guachichiles y siendo por igual un punto de suministros y descanso para quienes trabajaban en las minas y para los viajeros con rumbo hacia el Nuevo Reino de León.

La magnitud del territorio, la topografía muchas veces abrupta, los climas con demasiado calor y humedad, o exceso secos y fríos, las áreas de más difícil tránsito, las zonas desérticas y las cordilleras de la sierra madre occidental, fueron un continuo obstáculo para nuevos descubrimientos y también el establecimiento de nuevas villas y ciudades.

La frontera social. No había un modelo social aplicable al territorio de frontera, mejor dicho, a la sociedad de la frontera. Se tuvo que ir fraguando a lo largo del tiempo y también, de acuerdo a la consolidación de los asentamientos españoles. Las instituciones sociales se vieron afectadas de manera considerable por las incursiones de chichimecas y por la violencia que se generaban en los campamentos mineros. Crímenes y violencia se daba en su mayoría por indígenas; hechos ocasionados por abuso y mal trato. Tanto la guerra como la violencia de la naciente sociedad colonial, eran parte cotidiana de los informes de autoridades y religiosos. Los caminos no eran muy seguros lo que propiciaban poca actividad en las minas. Se utilizaron algunos métodos para la pacificación que consistía principalmente en adentrarse a los asentamientos  de indios pacíficos. Sin embargo, estas mismas situaciones propiciaron que se les quitaran sus tierras, se les condenara a la servidumbre de los españoles y que se les desplazara de sus tierras a otros lugares, todo lo anterior con el pretexto de que no le rendían obediencia al Rey. La violencia se desarrolló en las zonas donde había un mayor contacto entre diversos grupos sociales y culturales, pues daba origen no solo la confrontación de europeos e indígenas, sino también entre indígenas de distintas áreas de procedencia. A finales del siglo XVI y comienzos del XVII, la composición social había avanzado muy rápido hacia el mestizaje en las zonas del norte, especialmente en los reales de minas, y nuevos grupos se iban formando. Para 1607, Zacatecas y las regiones al norte de ella, se encontraban llenas de forajidos negros, mestizos y mulatos, todos vaqueros armados. La existencia de grupos de poder, encargados de administrar justicia paralelamente a la Audiencia, desde luego que alteraba el funcionamiento social y restaba importancia a las autoridades  coloniales, sobre todo en la frontera. De tal manera que en la Nueva Galicia, se llegaron a presentar problemas muy serios que afectaban a los indios mineros, no solamente había un maltrato físico y pocas condiciones para el trabajo seguro, sino que también se les alteraban su salario y sus turnos.

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