Corrientes Historiograficas
neffer17 de Abril de 2013
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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MINISTERIO DE PODER POPULAR PARA LA EDUCACION
UNIVERSIDAD PEDAGOGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR
LUIS BELTRAN PRIETO FIGUEROA
MAESTRIA EN ENSEÑANZA DE LA HISTORIA
Resumen De Paradigmas Historiográficos Contemporáneos
Profesor: Reinaldo Rojas
Alumno: Diego Hernández
02/11/2012
INTRODUCCION
La palabra paradigma gramaticalmente refiere a un ejemplo o conjunto de formas que sirven de modelo en diversos tipos de reflexión según la real academia de la lengua española, añadiendo que este conjunto virtual de elementos pueden aparecer en un mismo contexto.
Más el termino paradigma además de un ejemplo que sirve de norma si se observa bajo la óptica de la filosofía platónica del mundo de las ideas, es un prototipo del mundo sensible en que vivimos. En este sentido Juan Manuel Santana Pérez profesor titular de la universidad de las palmas en Gran Canaria, conjuga dicha expresión, paradigmas, con los términos: contemporáneos de contemporaneidad e historiográficos de historiografía, al referirse al título de su libro -Paradigmas historiográficos contemporáneos- en un silogismo, un razonamiento deductivo riguroso, pues en dicho título estas tres preposiciones están dispuestas de tal forma que al leerlas, su conjugación sea inducida por fuerza a los estudios bibliográficos y críticos sobre historia o a la forma propiamente dicha de escribir sobre el arte de Clio y principalmente a sus fuentes que la han trasformado en ciencia.
Sobre esos “fundamentos teóricos epistemológico de una disciplina que busca forjarse -según el Dr. Reinaldo Rojas- como parte constitutiva de las ciencias sociales o ciencias del hombre en el contexto de las grandes revoluciones científicas del siglo XX”, el presente trabajo que no busca o buscará la complejidad investigativa de un análisis en su materia, de la historia de la historia, como la descomposición de una sustancia en los distintos principios o elementos que la componen. Pretende más bien ser un resumen, una reflexión de la misma, la de centrar el pensamiento en algo que hay que considerar con atención, como es el fruto de la tarea del historiador, la forma de hacer historia, de escribir sobre la historia, historia que, según Santana Pérez, es la explicación de los cambios acaecidos en la esfera económica, social y cultural, merced a las interacciones entre ellos , y para ello habrá de diferenciarse entre los cambios más lentos, los espontáneos y los simples acontecimientos.
A continuación se parafraseará la obra del autor canario Juan Manuel Santana Pérez, y de la misma se citará, si fuese necesario, palabras textuales del célebre historiador referido sobre los paradigmas historiográficos contemporáneos, con la única intensión de resumir su trabajo de tal manera que, sirva para aclarar dudas y dilucidar la forma de abordar esos acontecimientos ocurridos a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX que han permitido la diferenciación paradigmática en la fluidez de corrientes que llevan lejos o traen muy cerca, según la conveniencia, a los investigadores que escudriñan o escudriñaran los hechos en la dimensión del tiempo.
EL PARADIGMA POSITIVISTA
Según Juan Manuel Santana Pérez al referirse a la historiografía a comienzos del siglo XX en la página 38 de su obra (Paradigmas historiográficos contemporáneos) la revolución de octubre de 1917 supuso una transformación importante y notable a nivel mundial, porque significó el levantar una sociedad socialista, centrada en un modelo económico contrario al capitalismo. La expansión revolucionaria a Hungría y Alemania, junto con los conflictos laborales en Italia, Gran Bretaña y España, provocaron sentimientos encontrados y en la clase dirigentes el terror.
Hubo esfuerzos, por parte de grupos sociales, sobre todo en el periodo comprendido entre las dos guerras mundiales, de estabilizar la economía, pero, todos estos intentos fracasaron con la crisis del 29. Sin embargo algunos sectores utilizaban la táctica de la represión contra los revolucionarios y el esfuerzo por integrar a los sectores moderados. En Estados Unidos , por ejemplo, se aplastará el sindicalismo revolucionario ejecutando sus principales líderes y en Alemania asesinaron a Luxenburg, en España predominaría la represión patronal. Todas estas tendencias, esta forma de actuar, iban siempre acompañadas de una manera de hablar y de reescribir las cosas que, según Juan Manuel Santana Pérez, se trataba de negar toda validez científica de su historia.
Limitar la historia, sin tener un conocimiento científico de la misma, en su práctica intelectual para descalificarla, era una actividad, una manera de combatir el Marxismo y en consecuencia, su pensamiento.
Por esta razón el autor afirma que habrá tendencias de consideraciones que se consideran erróneas como leyes -El personaje más destacado de esta línea será el austriaco-británico Karl Popper, cuyo ataque a la historia procede desde el terreno de la epistemología. Sostiene que suele haber una confusión entre tendencia y ley- La historia se ocupaba de hechos aislados, de amplias generalizaciones teóricas. En esta etapa el historiador no tiene orientaciones adecuadas para seleccionar puntos de vista que le permitan distinguir lo que es esencial de lo que es accesorio…por ello se explica que existan tantas interpretaciones y que todas estén taradas en el origen de la arbitrariedad, que las hace inverificables e incapaces a la categoría de teoría.
Karl Popper pensaba así, sin embargo en esos tiempos manifestarse como anticomunista era coincidir con los nazis, lo que no parecía tener demasiada lógica para un judío, de modo que cayó sus reflexiones hasta 1.935, año en que publica su obra, La Miseria del Historicismo, al que siguió en 1.943 otro libro titulado La sociedad vierta y Sus Enemigos. Según juan Manuel Santana, la disputa presente en las obras se centra en la viabilidad de una ciencia histórica comparable a otras ciencias, capaz de formular leyes realmente verificables en la realidad. Para el, la historia no tiene ningún significado, pero siguiendo a Taylor Wilkins, se debe decir que Popper tomó un pensamiento Kantiano al escribirlas, puesto que coincidía con la idea de que el significado no es algo que forma parte de la naturaleza de la realidad histórica. Sin embargo, aunque suene paradogico, se refleja en sus trabajos una preocupación moral por el curso del desarrollo histórico.
Popper niega que la historia tomada como una totalidad exista. El cifra al historicismo como la consecuencia de dar a la historia la posibilidad de averiguar el futuro. Según él, no conocemos la historia y únicamente abarcamos el pasado que nos llega con datos añadidos por el historiador o las fuentes, por lo tanto, la interpretación que se haga de esos hechos no es un conocimiento verdadero. Se infiere al leer sus concepciones que la subjetividad humana impedía que la historia pudiera desarrollase como ciencia, porque la misma siempre iba a ser un canal que permitiese la manipulación de los hechos para inducir a la gente a determinado contexto.
En la Alemania nazi, en ese conjunto de circunstancias, por ejemplo, se valoraba a Spengler, su ensayo escrito sobre la desigualdad de las razas humanas publicado en 1.853 y 1.855, donde afirmaba que los protagonistas de la historia son las civilizaciones y que cada una de ellas era producto de una raza. Para este historiador germánico, los términos civilización y raza, sin lugar a dudas, equivalentes. Todas las razas decaen al ponerse en contacto y mezclarse con otras inferiores; esta es por consiguiente, según Spenler, la causa de la decadencia de las civilizaciones.
Visiones así manipulaban la historia, actitud que puede inferirse, contrastaba con el trabajo del historiador, ya que la tarea de abordar las civilizaciones consiste, y debe consistir en estudiar cada uno de los rasgos sólo para compararlos. Pero Spengler no atiende a vincular los elementos no culturales. La mayoría de las veces lo que estorbaba a su razonamiento, lo liquidaba. El dinero es una magnitud anorgànica; así se eliminaba toda la historia económica, -según Juan Manuel Santana-.
A diferencia de Spengler, Arnold J. Toynbee es un historiador profesional cuyas obras fueron elogiadas en círculos académicos, afirmando que las unidades que debe estudiar la historia no son ni las naciones ni los periodos, sino las sociedades. Su concepción de la historia reposa en la idea de que esta es obra de individuos y de reducidas minorías elegidas, que son los que encuentran los caminos que los demás imitan.
Todos estos intentos de escribir la historia fueron aportando nuevas concepciones y teorías que influenciaron de manera decisiva la formación de nuevas categorías científicas en la historia basadas en la supremacía del método y del dato.
En el siglo XIX nació el paradigma positivista, en virtud de los acontecimientos revolucionarios europeos de esa centuria hasta 1.917. La influencia de su impacto en el mundo académico de finales del siglo XIX fue tan notable que, es necesario estudiarlo, analizarlo y referirlo a la historiografía actual, -según Santana Pérez- para poder entender la evolución de la misma.
Desde sus orígenes, el historicismo, el positivismo y el idealismo, pese a tener definiciones distintas a nivel teórico, son términos utilizados como sinónimos en la historiografía.
“El historicismo – según el mismo autor- insiste en la observación y la inducción como principios fundamentales del conocimiento científico.
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